Las autoridades municipales y federales mantienen acciones conjuntas para atender la problemática de las casas abandonadas en el Centro Histórico de Querétaro, muchas de las cuales presentan deterioro estructural o conflictos legales que impiden su rehabilitación.
El superintendente del Centro Histórico, Marco Álvarez Malo, informó que actualmente no existen inmuebles que representen un riesgo para los peatones, según los dictámenes de la Coordinación Municipal de Protección Civil. Señaló que se han identificado y asegurado los predios que presentaban daños estructurales, al tiempo que se trabaja en su rehabilitación y mantenimiento en coordinación con el Patronato del Centro Histórico, un organismo ciudadano recientemente conformado.
“Hemos venido identificando primero a propietarios de estos inmuebles. Por supuesto, están asegurados los inmuebles que presentaban alguna condición de riesgo para el peatón, para la integridad de las personas, y en los que hay que rehabilitar hemos venido avanzando en localizar a los dueños”, explicó Álvarez Malo.
Detalló que tres casas presentaban riesgo estructural, mientras que dos inmuebles —ubicados en la Avenida Universidad y la calle Nicolás Campa— eran utilizados como refugio por personas en situación de calle, quienes fueron canalizadas con dignidad a espacios de transición o albergues, con apoyo de la Guardia Cívica.
“Hemos estado muy atentos en donde estos inmuebles abandonados habían servido de refugio para personas en situación de calle, tratando con toda dignidad a estas personas, invitándolas a pasar a algún lugar de transición, y pudiendo liberar ciertos espacios para que sean seguros para los vecinos”, agregó.
Por su parte, la directora del Centro del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Querétaro, Rosa Estela Reyes García, indicó que el problema de las casas abandonadas es complejo y tiene causas jurídicas diversas. Algunas propiedades están intestadas, otras no tienen propietarios localizables o enfrentan procesos legales sin resolver.
“Nuestras casas abandonadas son un montón y tienen una bola de problemas jurídicos diversos. Hay algunas que están intestadas, hay otras que el dueño ya no está, hay otras que las van a vender, hay mil opciones de salidas que tiene”, explicó.
El INAH ha trabajado en conjunto con el municipio para apuntalar inmuebles que presentan riesgo de desplome, a fin de proteger tanto a los transeúntes como al patrimonio arquitectónico. Sin embargo, la funcionaria reconoció que se trata de un programa “muy ambicioso y diverso”, debido a la complejidad legal de cada caso.
“Hemos podido intervenir apuntalando algunas de estas casas con el apoyo del municipio, con un poco de recursos del municipio, pero no está tan fácil. Yo pensé que era más fácil comprar casas abandonadas, pero las condiciones de por qué están abandonadas son muy diversas”, señaló Reyes García.
La directora también estimó que el número de casas abandonadas oscila entre 60 y 120 inmuebles, cifra que varía conforme algunas son restauradas y otras caen en deterioro. Además, advirtió que la gentrificación ha encarecido considerablemente el valor del suelo en el Centro Histórico, lo que dificulta la adquisición o rehabilitación de estos espacios.
“La gentrificación nos está afectando muchísimo en el centro. En los últimos 20 años ha aumentado muchísimo el metro cuadrado y no hay una política de control de precios en bienes raíces”, puntualizó.





