El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha propuesto al Parlament quesuspenda la declaración de independencia de Cataluña para que en las próximas semanas se pueda llegar “a una solución acordada”.
“Asumo el mandato del pueblo de que Cataluña se convierta en Estado independiente en forma de república”, ha declarado el presidente catalán en su esperada alocución en el Parlament.
“Cataluña se ha ganado el derecho a ser un Estado Independiente y a ser escuchada y respetada. La independencia ha ganado unas elecciones y un referéndum. Las urnas han dicho sí a la independencia bajo una lluvia de porras”, ha asegurado.
Puigdemont también ha insistido en la idea de rebajar la tensión: “No esperan ni amenazas ni chantajes. Todos asumimos la responsabilidad que nos corresponde y la necesidad imperiosa de desatascar la situación”.
“No somos unos delincuentes, no somos unos locos, no somos unos golpistas, no somos unos abducidos. Somos gente normal que pide poder votar y que ha estado dispuesta a todo el diálogo que fuera necesario para hacerlo de forma acordada”, aseveró el president.
De esta forma, el Gobierno catalán parece haberse decantado por una fórmula “a la eslovena”, como reclamaba parte del PDeCAT. Según esta vía, el presidente de la Generalitat anunciaba la secesión pero la dejaba “en suspenso” por un plazo -probablemente unos meses- para intentar que el Gobierno español acepte iniciar una negociación.
Es la fórmula que verbalizó ayer Ramon Tremosa, eurodiputado del PDeCAT. El objetivo sería “declarar la independencia y suspender sus efectos durante un tiempo a la espera de poder sentarse en una mesa, sin condiciones previas, con el Gobierno español para negociar un referéndum acordado”, dijo. Otros dirigentes neoconvergentes, como el consejero de Empresa, Santi Vila, han defendido también este patrón.
El caos ha reinado en los momentos previos a la comparecencia de Carles Puigdemont . El pleno, convocado a las 6, se ha retrasado una hora y el PP y Ciudadanos han pedido que se suspendiese.
Puigdemont achacaba el retraso a sus contactos con los mediadores internacionales, pero, parece ser que el motivo real de la demora de su comparecencia eran las discrepancias con la CUP, partidaria de una declaración más dura.
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