Las autoridades de Japón han aumentado este lunes a 222 la cifra de víctimas mortales por el terremoto de magnitud 7,6 en la escala Richter registrado en el país el día de Año Nuevo, si bien las labores de búsqueda y rescate siguen adelante para dar con el paradero de otras 22 personas que siguen desaparecidas.
Actualmente quedan unas 500 personas aisladas en una decena de localidades de la prefectura de Ishikawa, la más afectada por el seísmo, dado que las carreteras de acceso a estas zonas siguen completamente bloqueadas, según informaciones de la cadena de televisión NHK.
Las autoridades locales han alertado de que las duras condiciones en los centros de evacuación, donde han obtenido refugio miles de personas, suponen un peligro para salud de los presentes. Cientos de centros de evacuación que dan cobijo a unas 20.000 personas han sufrido cortes en el suministro de agua y electricidad a lo largo del último día y, según datos del Gobierno, se estima que al menos 13 de los evacuados han fallecido debido a enfermedades crónicas tras ser trasladados a estos refugios temporales.
El Gobierno se ha propuesto ahora reubicar a los desplazados para intentar que tengan acceso a una mejor calidad de vida y evitar así un mayor número de muertes a medida que sale adelante la construcción de viviendas temporales para los desplazados.
El Ministerio de Sanidad ha señalado que comenzará a enviar trabajadores de otras partes del país a la prefectura de Ishikawa, quienes se trasladarán a las zonas con menos personal.
El balance previo anunciado por el Gobierno situaba en 215 la cifra de muertos y hablaba de al menos 28 desparecidos, además de 2.500 personas aisladas en la prefectura de Ishikawa.