De acuerdo con la reciente encuesta de la empresa Consulta Mitofsky, el precandidato mejor posicionado para la alcaldía de Querétaro por parte de Morena es el ex panista Arturo Maximiliano García. Dicen que “para que la cuña apriete tiene que ser del mismo palo”, y es una fórmula que el partido del Presidente AMLO está usando en aquellas plazas que son muy difíciles para los morenos, como lo es Monterrey con Felipe Cantú y San Luis Potosí con Xavier Nava, ambas capitales de sus respectivos estados y ambos con estirpe panista, así como seguramente se hará en Querétaro con Arturo Maximiliano.
La apuesta no es menor, la capital representa uno de cada dos votos que se emiten en el Estado de Querétaro y por eso la movida estratégica de presentar a un candidato rentable que le quite votos al PAN, sumándolos a MORENA, su candidata a la gubernatura y a los candidatos a diputaciones federales y locales. Esto explica claramente que Arturo Maximiliano se convierta en la verdadera oposición para los panistas, que quieren retener la capital y con ella conservar el Estado, en un proyecto que por parte del PAN encabezan Mauricio Kuri y Francisco Domínguez. No se trata de una dicotomía o de una asimetría políticas, sino de una oposición real, de conceptos polares, de formaciones e intereses divergentes, de proyectos opuestos. Si Maximiliano es candidato de Morena, el PAN pierde su primera jugada estratégica, evitar que éste se les oponga en su meta.
Lo anterior ha dado pie a que quizá un par de personajes radicales dentro de la estructura de Morena, se pudieran estar aliando por debajo de la mesa, para ayudarle al PAN para tratar de frenar a Arturo Maximiliano García, precisamente porque es su principal opositor. Ninguno de los otros candidatos de Morena o de otros partidos le pueden ganar la reelección a Nava, algunos de los contendientes tan solo los metieron para intentar pulverizar el voto. Los ultra radícales de Morena están dispuestos a unirse al PAN y al gobierno local en un objetivo común, no dejar pasar a quien les puede ganar la partida interna y la externa, eso es lo que hoy une a un pequeño sector de MORENA con el actual gobierno panista.
Maximiliano está más cercano a la ideología de la izquierda que de la derecha. Cuando militó en el PAN se le identificó más dentro del grupo liberal, neopanista, opuesto a los conservadores, los yunques, grupo este último que llevó a Francisco Domínguez a la gubernatura y que pretende ahora darle continuidad a su influencia vía Mauricio Kuri.
Sí, hay que decirlo, Arturo Maximiliano fue un panista destacado, conocedor de la doctrina y los principios de esta institución política que no se contraponen con los de ningún otro partido, por ejemplo, el respeto a la persona humana o sobreponer el interés público sobre el interés personal, principios que han sido abandonados por las recientes dirigencias del PAN. Los actuales dirigentes no se han tomado el tiempo de leer las fuentes ideológicas del Partido, son “pragmáticos”, lo que les interesan son las cosas materiales, por eso se alían formalmente con quienes antes combatieron con valentía, han perdido la esencia, buscan el poder por el poder y el dinero. No se parecen en nada a los antiguos dirigentes como Carlos Castillo Peraza que sí conocía la Filosofía y había leído las encíclicas en donde abrevaron los principios del PAN: Pacem in Terris, Rerum Novarum, Quadragessimo Anno, Mater et Magistra o Populorum Progressio.
La molestia panista es porque Maximiliano se movió hacia la 4T. Los principios y valores de la Cuarta Transformación coinciden, en cambio, con esos principios esenciales que los fundadores del PAN vieron como pilares, pero aún más, vinculados con las tesis progresistas del Concilio Vaticano II. La 4 T es una especie de “Aggiornamento” del valor de la política como bien común, va por la equidad social, busca una “economía moral”, que restituya a los pobres y disminuya las desigualdades, va del lado de la verdad de los pobres. Arturo Maximiliano García tendría como reto reivindicar la socialdemocracia como modelo de sociedad y revertir las herencias del ciclo conservador.
Arturo Maximiliano significa el cambio, las propuestas del PAN la continuidad de personas y hegemonías. Está claro entonces por qué el complot del gobierno panista con infiltrados en Morena, con un evidente toque de desesperación, para que evitar que llegue a la candidatura el verdadero opositor al actual gobierno, Maximiliano, que pudiera truncar el proyecto transexenal panista.