Verónica Gascón
En el país, 39 por ciento de los jóvenes que iniciaron en la vida laboral lo hicieron de manera informal, lo cual puede marcar su trayectoria en otros empleos, advirtió un análisis de OCC Mundial.
“Se detectó una tendencia hacia el trabajo informal, 85 por ciento de personas mayores de 50 años comenzó su vida laboral con prestaciones, a diferencia de los jóvenes entre 18 y 20 años, solo 20 por ciento contó con ellas y 39 por ciento comenzó con un empleo informal. Esto es relevante, ya que evidencia una transformación en el mercado laboral”, advirtió el estudio de OCC.
Según una encuesta aplicada a 2 mil 68 personas, la mayoría empezó a trabajar en un empleo con contrato y prestaciones, mientras que 10 por ciento lo hizo a través de prácticas profesionales o servicio social, y otro 5 por ciento lo hizo a través de un trabajo temporal o por proyecto.
Karla Villanueva, gerente de estrategia de OCC, comentó que estos resultados revelan una alta incidencia de informalidad en los primeros pasos laborales de los jóvenes.
Añadió que el dato está en línea con cifras del Inegi, que reporta que más del 50 por ciento de los jóvenes de entre 15 y 24 años que trabajan lo hacen en la informalidad.
“Esta situación refleja barreras estructurales en el acceso al primer empleo formal, como la falta de experiencia, la desconexión con el mercado laboral y la limitada oferta de vacantes dirigidas a jóvenes sin trayectoria previa”, dijo Villanueva.
Consideró que los jóvenes tienen posibilidades reales de incorporarse a la formalidad, siempre y cuando desarrollen habilidades específicas (técnicas y blandas); participe en prácticas profesionales o voluntariados y fortalezcan redes profesionales o networking.
“La capacitación constante y el uso de plataformas digitales de empleo son aliados importantes. Tan solo de enero a marzo de este año, en OCC se publicaron 129 mil 547 ofertas de empleo formal, lo que demuestra que existen oportunidades para quienes están preparados y activamente en búsqueda”, expuso.
Añadió que las consecuencias de la informalidad laboral a largo plazo pueden afectar la calidad de vida de las personas.
Entre ellas están la falta de seguridad social, como acceso a servicios médicos, licencias, pensión o ahorro para el retiro.