Para mediados del presente año habrá dos elecciones estatales muy significativas para lo que será la competencia electoral madre en el 2024.
Pero antes de que se decidan en las urnas las gubernaturas del Estado de México y de Coahuila, mismas que se cierran en el Estado de México donde Alejandra del Moral tiene un repunte importante y los priístas traen varios ases bajo la manga que pueden descarrilar a MORENA, y en otra latitud la coalición conformada por por el PRI, el PAN y el PRD se mantiene como preferida del electorado en Coahuila, los mexicanos tenemos que superar algunas dudas por demás importantes.
1.- ¿Cómo se comportará la Suprema Corte de Justicia en el supuesto de sea esa instancia la que decida la validez o el rechazo del tramposo Plan B que aliente el gobierno federal?
2.- ¿Qué nivel de independencia tendrán los personajes (personajes del talante de un entreguismo que sobrepasa lo servil al entreguismo demostrado al oficialismo como el inefable Enrique Galván Ochoa) que evaluarán a las figuras públicas que aplicarán para ser los nuevos integrantes del Consejo Nacional del INE?
3.- ¿La sucesión del rector en la UNAM será un proceso en el que nadie presione a la Junta de Gobierno para elegir al doctor Enrique Graue? Ya suena como gran favorita la maestra Rosaura Ruíz, Aunque indicó que no le interesa contender por la Rectoría para relevar a Enrique Graue (en efecto tiene razón, porque no cumple con algunos requisitos para dicho cargo), la entrada de la Dra.Rosaura al campus CU tiene varias lecturas políticas, entre ellas la siguiente: Con el propósito de fortalecer a su Grupo Político dentro de la UNAM e influir en el proceso de Sucesión de su Rector, la Jefa de Gobierno de CDMX ha ido tejiendo fino sus Alianzas con la Burocracia Dorada de la mano del “Neoliberal” Dr. Juan Ramón de la Fuente y de la Dra. Rosaura Ruíz que conocen muy bien ese terreno.
Sin embargo se mencionan a otros actores que tienen presencia en los centro de poder de la UNAM. El especilista Hugo Sánchez Gudiño hace el siguiente análisis y apunta con posibilidades a los siguientes académicos::
“Leonardo Lomelí Vanegas, Secretario General quien encabeza las preferencias. Uno de los Hombres de confianza del Dr. Graue porque conoce la problemática y las entrañas de la Universidad. Su flanco débil, es que lo ubican cercano a los académicos que el Presidente López Obrador ha llamado “Intelectuales Orgánicos” y que desde las Mañaneras ha cuestionado sistemáticamente; Dr. Luis Álvarez–Icaza Longoria, actual secretario Administrativo, que muchos ubican equivocadamente cercano a la 4 T (donde también se dice tiene vínculos con el Grupo de la Jefa de Gobierno de la CDMX). El flanco débil de este Ingeniero, además de ser poco conocido políticamente, es que se le vincula por obvias razones con su hermano, el Senador Ultra-Crítico del Gobierno y del Presidente AMLO, Emilio Álvarez Icaza; Dos mujeres se suman a la lista: la Dra. en Biología Patricia Dávila Aranda, secretaria de Desarrollo Institucional (afín al Dr. Graue) y la Dra. en Sociología, Guadalupe Valencia García, coordinadora de Humanidades, considerada dialoguista con presencia y puentes de comunicación con la 4 T; El Dr. William Lee, coordinador de Investigación Científica, que más parece un Candidato de Relleno; El Dr. Raúl Bustamante, director de la Facultad de Derecho, que ha visto afectada su imagen por el caso del Plagio de la Ministra; y el Dr. Imanol Ordorika, exlíder estudiantil del CEU, investigador de la UNAM y experto en los Movimientos Estudiantiles Universitarios. Tal vez de todos los citados, sea quien mejor conoce la historia de la UNAM, sus problemas y la dinámica política que mueve a todos sus actores.”
En medio de la polémica suscitada por el presunto plagio de la tesis de la ministra Yazmin Esquivel, asuntos tan vitales para la marcha del país como la sucesión en la UNAM, se están debatiendo en los centros de poder y la sociedad mexicana sigue con una creciente desconfianza de sus autoridades.
La desconfianza en las autoridades de los tres niveles de gobierno en el país es el sentimiento que preside el ánimo de una sociedad cada vez más decepcionada por sus gobernantes.