QUERETALIA
Las fechas de la fundación de Querétaro son aproximadas. Lo único que se sabe con certeza es que en uno de sus recorridos de reconocimiento, el encomendero de Acámbaro de nombre Hernán Pérez Bocanegra, situado Acámbaro -en la frontera con el pueblo indio de Querétaro-, entró en relación amistosa con Conni y su gente. Por eso le correspondió el mérito de introducirlos al orden cristiano y español. También puede tenerse como cierto que Conni y las familias que lo siguieron sabían que no quedaba otro camino sino aliarse con los españoles. Habían huido de Jilotepec, introduciéndose en las tierras chichimecas, para escapar al régimen del encomendero Juan Jaramillo. Ya establecidos en Querétaro, se creó la encomienda de Acámbaro, pero ¿a dónde iban a huir ahora?, se pregunta Martha Eugenia García Ugarte. “Además, sabían que las expediciones españolas en la gran Chichimeca no cesarían hasta controlar la región ya fuera a sangre y fuego o mediante la negociación de la convivencia. Así que optaron por la única alternativa que tenían: la de convertirse en aliados de los españoles para recibir un trato preferencial. Conni y los suyos reconocieron como señor al encomendero de Acámbaro y adoptaron la religión católica.” Es posible sustentar la gloria y honra de la familia Tapia.
Ramos de Cárdenas dejó en la oscuridad el año en el que Conni se trasladó (no para comerciar, sino para establecerse definitivamente) a La Cañada en su Relación Geográfica de 1582. Pero al relacionar lo asentado en varios documentos y comparar las fechas de la fundación probable de los otros pueblos de los valles centrales de Querétaro, puede pensarse que fue entre 1522 y 1531. Por 1537, Conni y las familias que lo acompañaban movieron el asiento del pueblo hacia la región de Carretas. Posiblemente fue aquí donde lo encontraron Juan Sánchez Alanís y Hernando Pérez de Bocanegra y Córdoba, quien recibió la encomienda de Acámbaro en 1538.
Ambos convencieron a Conni y a su gente para que aceptaran el bautismo y la religión católica. Conni fue bautizado con el nombre de Hernando de Tapia. El sacramento lo realizó un fraile franciscano de nombre desconocido que acompañaba al encomendero de Acámbaro. Se calcula que su bautizo fue entre 1541 y 1545, porque en 1542 Pérez de Bocanegra recibió un número considerable de mercedes de tierra en la frontera de Querétaro y Michoacán a fin de que salvaguardara esa región que estaba comprometida por la guerra del Mixtón, escribe Somohano. La decisión del encomendero de Acámbaro de cristianizar a los pobladores pacíficos de Querétaro podría haber tenido como trasfondo, además de otros intereses personales e imperiales, evitar que se sumaran a la rebelión indígena que desembocaría en la Guerra Chichimeca, por ello insistió “en extirpar todo vestigio de cristianismo y en expulsar de la tierra indígena a los españoles”.
Como las tierras del cerro de Las Lomas de Carretas (hoy fraccionamiento Loma Dorada) resultaban inadecuadas, de nueva cuenta se cambió el poblado, en esta ocasión al lugar que ahora ocupa la ciudad de Santiago de Querétaro. La fecha aproximada del asiento definitivo del pueblo se sitúa entre 1540 y 1550, cuando Juan Sánchez de Alanís trazó las calles den forma de ajedrez, de acuerdo con el ordenamiento urbano del Renacimiento y el modelo establecido por los franciscanos en el poblado indio de San Francisco Acámbaro de Michoacán. Algunos autores, en apego a la conocida Crónica de Michoacán del franciscano Pablo Beaumont, indican que el cambio de Querétaro fue en 1550, porque lo relacionan con el trazo del camino de la plata México-Zacatecas realizado por el fraile Sebastián de Aparicio.
La fuente más completa y confiable para el estudio de Querétaro en el siglo XVI es la Relación Geográfica de Querétaro, escrita por Francisco Ramos de Cárdenas en 1582, opinó Wright hacia 1988. Siguen en importancia histórica los Documentos Sobre el Cacicazgo de Bernardo y Diego de Tapia, escritos entre 1569 y 1604. También está fundamente de acuerdo con las anteriores fuentes el manuscrito redactado por el cacique otomí Francisco Martí de la Puente en la segunda mitad del siglo XVII y publicado en el libro Conquistadores Otomíes en la Guerra Chichimeca de David Wright.
Entre 1521 y 1531 Conni salió de la provincia otomí de Jilotepec con sus parientes y amigos para vivir en el territorio de los nómadas. Pasaron varios años vestidos de pieles y pasando hambres en diferentes partes del actual estado de Guanajuato. Hacia 1531 vivían en el hoy San Miguel de Allende. En algún momento de la década de 1530-1540 se trasladaron a la cañada de Andamaxei, “la gran cancha del juego de pelota” en el oriente del valle de Querétaro, por la similitud entre la topografía del lugar y las canchas para el juego de pelota que se encontraban en las principales ciudades prehispánicas. Allí estos otomíes sostuvieron relaciones amistosas con los chichimecas de la zona, dándoles de sus cosechas de maíz, frijol y chile, según el escritor norteamericano en cita.
En el legajo llamado la Información de méritos y servicios de Hernando de Tapia se planteaba la pregunta – para que dieran su parecer los testigos: “si saben que a donde está ahora poblado el pueblo de Querétaro estaba despoblado y puede haber treinta años poco más o menos que don Fernando de Tapia con sus amigos comenzó a poblar y atrajo así a los bravos chichimecos que había en la comarca que estaban por las sierras y barrancos de ella y los trajo de paz, una veces por bien y otras por mal…”. El mismo Juan Sánchez de Alanís fue uno de los testigos y es el único de los tres que presenta David Wright, a partir del documento en cita, que estuvo presente en los primeros tiempos del pueblo de Querétaro. La respuesta de Sánchez de Alanís es por demás interesante y va de acuerdo con lo que dice la Relación Geográfica de Querétaro de 1582: (habla Juan Sánchez de Alanís) “este testigo vio a donde ahora está fundado y asentado el dicho pueblo de Querétaro estar despoblado sin ninguna población, perdido todo y hecho montaña y barrancos en el dicho tiempo que dice la pregunta (1571), y desde dicho tiempo a esta parte el dicho Don Hernando lo conquistó por que andaban por allí muchos chichimecos de guerra y el los hizo venir de paz con dádivas y buenos tratamientos que les hacía y el dicho Don Hernando pobló el dicho pueblo de Querétaro como la pregunta dice y sabe este testigo que sólo el dicho don Hernando hizo servicio a Su Majestad”.
Resulta pues que, según las fuentes más auténticas, la mal llamada conquista de Querétaro fue esencialmente pacífica. Conni, después de varias décadas de estar tratando a los nómadas, primero como mercader y después como buen vecino, supo cómo ganar su cooperación y amistad cuando se fundó el pueblo. Las autoridades novohispanas tardaron cuatro décadas en entender esto, después del estallido de la brutal Guerra Chichimeca. Aquí la historia tiene una lección de gran importancia para el hombre moderno, según el gran investigador David Wright.