QUERETALIA
Los Cronistas son testigos de su tiempo y tenemos la obligación de registrar los actos y hechos que tienen lugar en nuestras diferentes demarcaciones territoriales. Es por ello que la Asociación de Cronistas Municipales del Estado de Querétaro se da a la tarea de realizar trabajos sobre investigación y difusión de los elementos que conforman a la entidad queretana y que son: territorio, población, gobierno, soberanía interior, orden jurídico y el bien público temporal, además de su participación en la formación del Pacto Federal. Sin embargo, esa creación jurídico-política llamada “Estado” sería una entelequia vacía y condenada a la desaparición si no contara con dos ingredientes sociológicos que le dan consistencia al elemento llamado población y que evita que ésta sea una mera masa de humanos para ser un conglomerado organizado y que busca un fin, es decir, me refiero a la identidad de la pertenencia; ambos son sentidos o relaciones que humanizan a la sociedad.
La identidad es un sistema de relaciones simbólicas que tienen sus significantes respecto a una situación particular, como puede ser la lengua, lugar de origen, las costumbres de convivencia, la alimentación, entre otras. La pertenencia es del vínculo más fuerte entre un individuo y una colectividad que deriva hasta en la creación de una nacionalidad.
Existen en la organización estadual los símbolos que coadyuvan a encontrar y luego a reforzar esas relaciones de pertenencia e identidad del individuo con la colectividad, a veces se presentan esos símbolos como una bandera, como un himno común o como un escudo o blasón. Es por ello que en este trabajo los Cronistas municipales oficiales y honorarios profundizan su estudio sobre la evolución de los escudos oficiales de los diferentes municipios que conforman la entidad, los que han evolucionado con el paso del tiempo y con los vaivenes de la política. Al ser la ciudad Santiago la fuente de origen principal de la entidad, no nada más en el nombre de ambos sino que también en la manufactura de sus escudos oficiales, hay muchos rasgos que hacen muy parecidos al escudo del Estado con el del Municipio de Querétaro, a grado tal que es necesaria la publicación de la presente obra para reforzar ese conocimiento preciso sobre el desarrollo de ambas instituciones heráldicas y el de los restantes diecisiete municipios.
No es fácil comprender en el caso del escudo municipal el paso de pueblo, alcaldía mayor, ciudad, corregimiento, corregimiento de letras, distrito, prefectura y municipio libre, como en el caso del escudo estatal por las nomenclaturas políticas de provincia, distrito, Estado, departamentos y finalmente a estado miembro de la Federación Mexicana. Todos estos cambios en la nomenclatura del municipio del Estado repercutieron también en la representación de sus escudos oficiales, de acuerdo a la ideología o hasta el capricho del gobernante en turno. Sea pues esta pequeña pero sustanciosa obra una gran aportación al estudio de esos símbolos que nos dan identidad.
De las ideas de identidad y pertenencia locales surge la queretanidad. Esta no es una palabra para definir en un diccionario, sino que es una relación de pertenencia e identidad que te da el paso del tiempo. Es la queretanidad una atribución de la ciudad, no tanto de la entidad, aunque pudiera tal vez extenderse a ésta, pero es mucho más perceptible en la capital que en el resto del Estado.
El queretano actual es una amalgama de elementos tradicionales y modernos.
La queretanidad es un término de origen sociológico más que histórico y de hecho su discusión es relativamente reciente, puesto que procede de inicios de los años noventa del siglo XX.
Entre los queretanos de origen, la sensación de pertenencia palpita en su corazón al sentir su ciudad no sólo como lugar donde viven, sino como el origen de su forma de ser, el alma de su actuar, la herencia que lograron sus ancestros, la cuna de hechos históricos de importancia vital para la conformación de lo que ahora es México.
La queretanidad no representó conflicto porque la identidad de los queretanos no está en duda, sin embargo, es una preocupación porque se encuentra sujeta a una constante definición, que es un tanto común, ya que las identidades se van modificando y a la nuestra llegó su momento de cambio desde hace, al menos, tres décadas.