QUERETALIA
El Querétaro Constituyente
Al terminar su periodo gubernamental, Perusquía pasó a la capital de la República, en donde volvió a ocupar el cargo de director general del Timbre, en el que permaneció hasta que el presidente Carranza abandonó la capital, el 6 de mayo de 1920. Emulando la epopeya de dos años antes, don Ernesto Perusquía se dirigió a Veracruz acompañando a don Venustiano Carranza, pero al ocurrir el desastre de Tlaxcalaltongo y la desbandada a pleno campo, el propio señor Carranza ordenó la dispersión, antes de encontrar su trágico fin. El leal Ernesto Perusquía logró llegar a Veracruz, en donde permaneció oculto, y por fin salió rumbo a Estados Unidos, donde permaneció voluntariamente desterrado hasta el año de 1923 en que regresó al país; desde esa fecha hasta su muerte se retiró de la política. Falleció el 15 de junio de 1946 en Tequisquiapan, Querétaro, siendo sepultado posteriormente en el lote de Los Constituyentes en el Panteón Civil de Dolores de la ciudad de México.
Jose María Truchuelo Ruiz
Sin duda, el constituyente queretano más destacado. Nació en Querétaro, Qro., el 29 de abril de 1880. Estudió en el Colegio Civil queretano. Próximo a obtener su título de abogado, fue secretario del juzgado de primera instancia de lo civil, en la propia capital queretana. Recién titulado fue defensor de oficio. Durante el movimiento revolucionario, cuando Querétaro se encontraba bajo el mando de las fuerzas convencionistas, José María Truchuelo se desempeñó como secretario de Gobierno del general Teodoro Elizondo. Poco tiempo después, al triunfo de los carrancistas, fue nombrado director del Colegio Civil; sin embargo, su estancia en este puesto fue muy breve, ya que en noviembre de 1915, durante la administración del gobernador Federico Montes -y a raíz del restablecimiento del municipio libre- fue elegido síndico del Primer Ayuntamiento Libre de Querétaro.
Al triunfo de la Revolución, fue abogado consultor del gobierno de su estado, secretario general de Instrucción Pública, profesor de Derecho Constitucional y gobernador de su estado natal al triunfo del obregonismo en 1920. Cuando fue electo diputado al Congreso Constituyente por el distrito de Cadereyta, se le designó tercer secretario de aquella memorable Asamblea que formuló la Constitución de 1917. Así como era de aburrido y parsimonioso al hablar este notable liberal, demostró una gran capacidad jurídica, política y parlamentaria durante su desempeño.
Dos años después, en 1919, el licenciado Truchuelo se presentó como candidato a las elecciones para gobernador de Querétaro y las ganó. No obstante, él era entonces uno de los dirigentes del Gran Partido Liberal Queretano, de tendencia obregonista, y como la pugna entre el presidente Venustiano Carranza y el general Álvaro Obregón se encontraba en su peor momento, la secretaría de Gobernación desconoció su triunfo y apoyó en cambio a su opositor, Salvador Argáin, de filiación carrancista y primo del gobernador saliente Ernesto Perusquía.
Como la especialidad del licenciado Truchuelo era el Derecho Constitucional, en este campo se sitúa una de las aportaciones más importantes que hizo a su estado: la expedición de la primera Ley del Trabajo que tuvo la nación, mediante la cual se reglamentaba el artículo 123 constitucional. Así pues, con una ley de esa naturaleza, Querétaro se colocó a la vanguardia del país en materia jurídica.
Durante su periodo se puso especial atención a la organización jurídica de la entidad, y el gobernador dotó a Querétaro de un novedoso cuerpo de leyes para reglamentar el funcionamiento del Ministerio Público, de los tribunales de justicia y de la Tesorería General del Estado, entre otras dependencias. Aunque muchas de estas leyes no se encuentran ya en vigor, el empeño de Truchuelo refleja la tendencia legalista que animó su administración.
Asimismo, expidió también la Ley General de Hacienda del Estado y la Ley General de Hacienda de los Municipios, con lo que cumplía el ideal revolucionario de proporcionar a los municipios sus propios ingresos. Además, inició el reparto agrario en Querétaro, con el propósito de llevarlo a cabo dentro de los estrictos límites de la legalidad, expidió antes la Ley Agraria del Estado, con la que buscaba fraccionar las grandes propiedades rústicas y en la que se establecía el fraccionamiento voluntario de los latifundios.
Otra de sus preocupaciones fundamentales de Truchuelo fue impulsar la educación. Para ello, expidió una ley en la que se establecía que todas las fincas campestres, empresas mineras o industriales debían contar con escuelas que impartieran educación elemental tanto a niños como a adultos. De acuerdo con su costumbre, el gobernador hizo cumplir esa ley al pie de la letra.
Carlos Ramírez Llaca
Ingeniero militar. Nació en esta ciudad el 22 de septiembre de 1885.
Sus estudios de ingeniería los realizó en el Colegio Civil del Estado.
Con conocimiento de causa y fundamento para ello, se rebeló al régimen porfirista. Luchó contra él hasta su derrocamiento y se unió al antirreeleccionismo, para lo cual prestó su contingente militar, primeramente al partido Reyista y al morir Madero combatió denodadamente al usurpador Huerta.
Guerrero incansable. Luchó a favor del constitucionalismo y al triunfo de este fue elegido Diputado al Congreso Constituyente por el 18° distrito del estado de Guanajuato.
Se caracterizó por la defensa de la lucha revolucionaria, del campesinado y la clase proletaria.
Al finalizar el Congreso Constituyente se dedicó al ejercicio de su profesión y la defensa de sus ideales en bien de la patria, sin embargo, nunca pudo apartar de su mente el recuerdo de su hermano J. Trinidad, capitán del mismo ejército, quien fue ajusticiado aquí mismo en Querétaro: la noche del 31 de diciembre descargó su pistola en un restaurante, probablemente para celebrar la llegada del Año Nuevo. En la lucha por desarmarlo hubo más disparos y dos personas resultaron heridas, aunque no de gravedad. Una vez aprehendido fue juzgado por un tribunal militar. Aun cuando fue defendido hábilmente el diputado constituyente Juan Sánchez, de Oaxaca, la sentencia condenatoria fue a la pena de muerte. Considerando excesivo el castigo, el 10 de enero de 1917 un grupo de diputados constituyentes expuso el caso ante el Pleno del congreso. Formaron una comisión que solicitara clemencia al primer jefe. No tuvo éxito. La sentencia se cumplió inexorablemente. Algunos historiadores consideran este caso como una sombra del Congreso Constituyente: llevar la ley al extremo.
El Ing. Carlos Ramírez Llaca falleció el 26 de julio de 1939. También se fundaron escuelas en todos los municipios, y en la ciudad de Querétaro se construyó el edificio de la escuela Vicente Guerrero. Se estableció la educación cívica y se atendió la enseñanza preescolar al crearse los primeros jardines de niños. Asimismo, la educación superior fue beneficiada durante este periodo al reabrirse, por órdenes de Truchuelo, el Colegio Civil del Estado -hoy Universidad Autónoma de Querétaro-, que había sido cerrado por el gobernador Montes, y reimplantar y actualizar en él la carrera de abogado, eliminada en 1914. Se fundó, además, el Ateneo de Abogados -con la intención de elevar el nivel cultural de estos profesionistas- y se favoreció el desarrollo de la prensa estudiantil, de tal forma que los periódicos del Colegio Civil y de la Escuela Industrial Femenil alcanzaron un gran prestigio en la época.
Las mujeres recibieron un apoyo importante durante la administración de Truchuelo: por una parte, se otorgó mayor presupuesto a la Escuela Industrial Femenil, lo que elevó su nivel académico y, por la otra, se inició la admisión de mecanógrafas en algunas dependencias oficiales, en sustitución de los hombres que hasta ese momento desempeñaban en forma exclusiva tal trabajo.
Entre las obras públicas efectuadas durante su gobierno destaca la introducción del agua potable y el alumbrado público en varios poblados del estado. Además, emprendió el embellecimiento de la ciudad, con un proyecto que contemplaba la creación de jardines en distintos puntos; el hermoso jardín Guerrero fue uno de los nacidos durante ese periodo, como la apertura de las calles de la República -hoy Tecnológico-, la del Centenario -hoy Colón- y la de Guadalupe -hoy 16 de Septiembre entre Guerrero y Juárez-.
También tuvo la idea de cambiar el nombre del Teatro Iturbide por el de Teatro de la República, lo que se llevó a cabo el 5 de febrero de 1922, en una ceremonia a la que concurrieron varios de sus compañeros constituyentes.
La administración del licenciado Truchuelo se caracterizó siempre por su apego a la legalidad. La única vez que se ausentó del cargo fue justamente para evitar que su honestidad se pusiera en entredicho. La causa fue un asunto relacionado con la Lotería de Beneficencia Pública del Estado, que había sido otorgada en concesión a la Compañía Juan N. Arriaga, tras un decreto expedido por la Legislatura local desde 1898, pero que desde 1915 funcionaba con serias irregularidades.
El licenciado José María Truchuelo pasó a la historia de Querétaro como uno de los mejores gobernadores que la entidad ha tenido desde 1917. Su periodo fue del 28 de noviembre de
1920 al 1º de octubre de 1923.
Después de dejar la primera magistratura de su estado, Truchuelo se desempeñó como profesor de Derecho Constitucional y como presidente del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, cargo en el que se distinguió por su profundo interés en el mejoramiento de la administración de justicia. Además, en dos ocasiones ocupó el cargo de ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, refundándola con el apoyo del presidente Lázaro Cárdenas. Murió el 25 de mayo de 1953 en la Ciudad de México, cuando todavía desempeñaba esta última actividad. Sus restos están en el lote de Los Constituyentes en el Panteón de Dolores de Tacubaya, junto con sus compañeros de epopeya.