Altar de Dolores
Una de las manifestaciones católicas populares durante la Semana Santa es el Altar de Dolores y a fin de preservar esta práctica que forma parte del patrimonio cultural inmaterial del país, diversos recintos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) mantiene la tradición de colocar el altar ocho días antes del Viernes Santo. |
Este año los altares –además del expuesto por manos queretanas en Plaza de Armas- han sido instalados en los museos (CDMX) nacional de las Intervenciones y de El Carmen, así como en los ex conventos de Acolman, Estado de México; San Andrés Apóstol, en Epazoyucan; el Templo y Ex Convento de San Nicolás de Tolentino, en Actopan, y en el Museo de Sitio del Ex Convento de San Francisco de Asís, en Pachuca, estos tres últimos ubicados en Hidalgo.
En esta ocasión, el Museo Nacional de las Intervenciones (MNI) presenta un altar basado en los elementos que colocaba el poeta y periodista Guillermo Prieto (1818-1897), el cual se podrá ver del 7 al 30 de abril, de 9 a 18 horas, en el Portal de Peregrinos del recinto.
En un comunicado, el INAH explicó que el público puede visitar estos montajes los recintos mencionados para apreciar esta costumbre que llegó a México en el siglo XVI con el arribo de los primeros evangelizadores durante la Conquista, y que evoca el sufrimiento que padeció la Virgen María por la muerte de su hijo Jesús.
Al respecto, Pavel Navarro Valdez, investigador del MNI, explicó que hacia 1825, era responsabilidad de las grandes familias de México colocar y compartir con la comunidad estos altares.
En sus memorias, Guillermo Prieto escribió: “Dispuso mi abuelo un suntuoso Altar de Dolores, profusión de aguas de colores, sembrados de tiestos porosos con trigo, alegría, lenteja, sartas de yoloxóchitl y manojos de trébol; a torrentes flores de chícharo, amapolas, retama, rosas, jazmines y claveles”.
“Alfombras formada de polvo de café, salvado, arena y hojas de flores y chichicastli; cirios en arrobas y naranjas con banderitas de oro volador y papel picado, y ollones colosales de chía, horchata, tamarindo, timbiriche, todo debido servir, según se requería, con su polvo de canela aromática en vasos o jícaras”.
En el Museo de El Carmen, la figura principal del altar es la Virgen María en su advocación de La Dolorosa, en cuyos atributos se pueden apreciar un corazón con siete puñales y los símbolos pasionarios: la corona de espinas, los clavos, el martillo, la escalera, la bolsa con 30 monedas y los dados con los que algunos soldados se jugaron la túnica de Cristo.
La ofrenda se complementa con diversas plantas y germinados de chía, alpiste, trigo, cebada o amaranto, que representan el pan de vida en que se convirtió el cuerpo de Cristo (Eucaristía); naranjas agrias que refieren a la amargura, banderitas, papel picado y esferas brillantes que aluden al dolor de la Virgen María, además de aguas teñidas que recuerdan sus lágrimas derramadas en El Calvario. Este montaje puede ser apreciado en la Sala El Refectorio hasta el 30 de abril.
Mientras que en el Ex Convento de Acolman, Estado de México, la pieza central es una escultura de la Virgen de Dolores, que data del siglo XVII y fue hecha de madera estofada y policromada, que antaño se utilizaba para procesiones en el municipio. }
Otro de los elementos que destaca como parte del montaje es un tapete elaborado con semillas que recrea la cruz atrial del siglo XVI de este inmueble histórico, de estilo tequitqui y que tiene esculpidos símbolos de La Crucifixión. Este altar estará dispuesto en el baptisterio del templo hasta el 17 de abril.
La maestra Elena González Colín, directora del Ex Convento de Acolman, refirió que el Altar de Dolores además de evocar los sufrimientos de la Virgen María, también incluyen elementos descritos en otros montajes, como flores blancas y frutos naturales, que aluden la pureza y el inicio de la nueva vida.
En el estado de Hidalgo, tres recintos bajo resguardo del INAH también presentan altares de Dolores: el Ex Convento de San Andrés Apóstol, en Epazoyucan; el Templo y Ex Convento de San Nicolás de Tolentino, en Actopan, y el Museo de Sitio del Ex Convento de San Francisco de Asís, en Pachuca.
De acuerdo con José Vergara, investigador del Centro INAH-Hidalgo, en estos espacios La Dolorosa se coloca en la parte más alta y céntrica de los altares, los cuales están constituidos por 14 escalones que representan las estaciones del Viacrucis; atrás de éstos se cuelgan cortinajes morados que significan luto y penitencia, y la imagen se acompaña de siete velas o sirios encendidos que aluden a los siete dolores de la Virgen y la luz de Dios.
También se elaboran frontales y tapetes de aserrín pintado, pétalos de flores y semillas, con el fin de recrear en ellos los instrumentos de la Pasión, como la columna y el látigo de la flagelación; la vara de carrizo, la corona de espinas, los clavos, el martillo y la lanza que atravesó el costado de Jesucristo.
Asimismo, se acomodan hierbas olorosas, como la manzanilla, que los fieles ofrendan cada año a la Virgen para mitigar su pena. Los altares en estas sedes hidalguenses permanecerán hasta el 2 de mayo.
Paralelamente a la exposición del altar, del 25 al 28 de abril, en el Templo y Ex Convento de San Nicolás de Tolentino se impartirá el taller gratuito “Decorando emociones en el Altar de Dolores”, de 10:00 a 14:00 horas, concluyó el INAH.notimex