Columna invitada
Pasajeros con derechos
Pasajeros con derechos En los últimos años, el servicio de transporte aéreo en nuestro país ha registrado un constante crecimiento, dejando de ser de uso exclusivo de personas con alto poder adquisitivo para convertirse en un transporte usado por millones de personas todos los días, lo que ha generado una gran variedad de ofertas y costos.
México se ubica como el sexto proveedor de productos aeronáuticos de EU; cada 2 minutos despega un avión con tecnología mexicana; en nuestro país se diseña gran parte de la turbina del avión más grande del mundo, el Airbus 380; y el mayor productor del mundo de motores de aviones tiene su mayor centro de investigación fuera de Estados Unidos, en Querétaro.
Esto convierte a nuestro país en uno de los más atractivos para invertir en fabricación, manufactura e ingeniería aeronáutica, tal como lo confirma la Secretaría de Economía que ha registrado una tasa de crecimiento anual promedio del 15% de esta industria desde el 2009 y se estima que para el 2020 exportaremos más de 12 mil millones de dólares, y estaremos en el top 10 de exportadores de la industria aeronáutica.
Por tal motivo, es importante voltear la mirada a los usuarios de vuelos aéreos para que los beneficios que les otorga nuestro país a quienes se dedican a esta industria se vean reflejados en el servicio que brindan.
Esto es necesario, porque bajo el esquema actual de operación de las aerolíneas no se reconocen los derechos a los cuales los pasajeros deben tener acceso cuando el servicio se preste con deficiencias atribuibles a la propia empresa, tales como retrasos o sobreventa de pasajes.
En los últimos años las aerolíneas han abusado de las tarifas y los usuarios se enfrentan con frecuencia a cargos adicionales por pagar con tarjeta de crédito, tarifas extra para seleccionar asiento o incluso para imprimir el pase de abordar, así como cancelación sin previo aviso de vuelos.
Tomando en cuenta estas circunstancias, en la Cámara de Diputados aprobamos un proyecto de reforma que reconoce los derechos de los pasajeros, entre ellos, que las aerolíneas mantengan permanentemente a su disposición la información relativa a las tarifas y que estas sean claras y exactas, sin opción a cobros extraordinarias; la prohibición de que en vuelos redondos se niegue el uso del boleto de regreso, por perder el primer vuelo; que en caso de retraso del vuelo, la aerolínea compense al pasajero con alimentos, bebidas o descuentos en otros vueltos, si el retraso fuera menor a cuatro horas, o con el reintegro del precio del boleto o el pago de un hotel y de pasajes terrestres, si el vuelo se retrasa más de cuatro horas.
Estos son sólo algunos de los beneficios que ahora deberán ser analizados por los senadores para que los pasajeros cuenten con derechos que los protejan de los malos servicios que prestan algunas aerolíneas, de esta manera, no sólo viajarán seguros, sino también protegidos.