Existen 64 casonas en el primer cuadro de la ciudad que presentan daños estructurales y condiciones de abandono. De estas, al menos tres inmuebles están en riesgo de colapso. Así lo reconoció la delegada del Instituto Nacional de Antropología e Historia, Rosa Estela Reyes García quien destacó los retos jurídicos que dichas propiedades enfrentan. Al señalar que “Cada casa es un caso”, advirtió que hay unas que han sido invadidas, otras se encuentran en juicios intestamentarios y algunas más, no ha sido posible localizar al propietario “Todas estas circunstancias diversas, hace que este fenómeno de casas abandonadas, tenga un abanico muy amplio de solución. Hemos impulsado algunas recuperaciones. Unas se han vendido y otras se restauraron. Hay algunas a las que no se les ha hecho nada y nunca dejará de ser un patrimonio en riesgo”.
La funcionaria federal advierte que las recientes precipitaciones pluviales han contribuido a acelerar el deterioro de los inmuebles. De igual manera , celebró el hecho de que se hayan instalado “Mesas de conservación” en donde participan autoridades de los tres niveles de gobierno “Actuamos de manera más o menos coordinada para prevenir ciertos riesgos ; apuntalamos, algunas intervenciones y hay muchos factores. Funciona esta coordinación para casos específicos como el de las casas”. Rosa Estela Reyes, advirtió que para poder ingresar a un inmueble únicamente se puede hacer con el acompañamiento de Protección Civil en casos donde el riesgo es inminente para los peatones y propiedades aledañas.
Rosa Estela Reyes, dijo en entrevista que desde el 2018 a la fecha, se ha podido disminuir el número de casonas en estado de abandono. Y es que al tomar las riendas de delegación, se encontraron con más de 90 propiedades en dicha situación. Acotó que el número es variable pues cuando se actualiza el inventario, eventualmente se pueden sumar otras casonas.
Consciente de que la dinámica económica no se puede frenar y del impulso que han tomado ciertos giros en el primer cuadro de la ciudad, la delegada del INAH externó su preocupación por la proliferación de las terrazas que han sido habilitadas como bares y restaurantes. Refirió que no sólo se trata sobre el cumplimiento de las normas, sino del riesgo que implica para quienes asisten a esto lugares “Como ha pasado en las ciudades aledañas a la CDMX, han sido explotadas comercialmente. Han adquirido casas que se convierten en hoteles, restaurantes y otros negocios que han generado el uso de azoteas como terrazas y su estructura no está hecha para ello. Eso para nosotros es un tema muy delicado que derivado de la pandemia y la situación económica que nos dejó, ha hecho una explosión tremenda de esta necesidad de recursos y por lo que se ponen estas terrazas”.
La delegada del INAH, advierte que aún cuando están abiertos a asesorar a los propietarios para un correcto uso de sus inmuebles , así como los pasos a seguir para fortalece sus estructuras, nunca cederán al mantenimiento de la imagen urbana del corazón de la capital. Añadió que ya se han registrado casos de personas que caen de las azoteas “Les ponen un barandal y terminan siendo un nivel adicional”.