En esta columna quiero abordar las inquietudes más profundas de los ciudadanos sobre el revolucionario proyecto de saneamiento alternativo del río Querétaro, en su primera etapa de implementación. Este tema ha generado un diálogo intenso y necesario en nuestra comunidad, suscitando preguntas fundamentales: ¿Cómo va a cambiar este proyecto nuestro entorno urbano? ¿representa el comienzo de una nueva era en la gestión del agua? Y una duda crítica que resuena con fuerza: ¿No deberíamos empezar primero con la eliminación de las descargas de aguas negras? Estas preguntas reflejan una comprensión e involucramiento profundo de los desafíos que enfrentamos como queretanos y la urgencia de actuar. A través de esta columna, exploramos cómo el proyecto no solo responde atiende a estas inquietudes, sino que también se propone redefinir nuestra relación con este recurso vital, marcando un antes y un después en el manejo del agua en nuestra región.
Es importante recalcar que el enfoque de este proyecto va más allá de la mera estética; estamos comprometidos con la creación de un sistema resiliente y sostenible que incorpore principios de economía circular y mejora de la salud y bienestar humano.
El tratamiento y saneamiento adecuados de las aguas residuales son esenciales para reincorporar estas aguas a los cuerpos superficiales y a los mantos freáticos, posibilitando su reúso. Sin embargo, a pesar de los avances en la cobertura de agua potable y alcantarillado, el tratamiento de aguas residuales no ha aumentado proporcionalmente, lo que resalta la urgencia de proyectos de esta naturaleza que atiendan la situación.
Reconocemos que sería ideal no tener aguas residuales crudas en el río; sin embargo, es una realidad cultural e histórica que no ha podido resolverse en ningún estado del país, y, dada la situación actual, buscamos implementar soluciones que atiendan esta problemática compleja, protegiendo la salud pública y permitiendo el reúso del agua.
Las soluciones basadas en la naturaleza que se están implementando apuntan a restaurar la capacidad del río para autodepurarse, mejorando así su calidad y contribuyendo a la salud del ecosistema. Se busca no solo implementar un protocolo de saneamiento del río que lleva más de 12 años de desarrollo, sino también crear un sistema que sea capaz de adaptarse y recuperarse ante futuros desafíos ambientales.
A través de la reutilización y el reciclaje del agua, el proyecto apunta a completar el cierre del ciclo del hidrológico, reduciendo la necesidad de extraer agua potable de los mantos freáticos y el trasvase de agua, minimizando el impacto ambiental y social que esto conlleva. Este proyecto se enfoca en mejorar la calidad del agua, lo que tiene un impacto directo en la salud y el bienestar humano.
Al disminuir la presencia de contaminantes y patógenos, se estará contribuyendo a reducir los riesgos para la salud pública. Además, al mejorar la calidad del agua, se estará facilitando su reúso, lo que es crucial en una región donde el agua es un recurso escaso.
Este proyecto no es solo una respuesta a una necesidad inmediata, sino un compromiso a largo plazo con la sostenibilidad ambiental y la salud pública. Al implementar soluciones que consideran el ciclo completo del agua, estamos sentando las bases para un futuro más seguro y sostenible, no solo para Querétaro, sino como modelo para otras regiones que enfrentan desafíos similares. Existen numerosos ejemplos a nivel internacional donde proyectos similares han logrado resultados significativos en la conservación del agua, la protección contra inundaciones, y la recuperación de la salud de los ríos. Países como Alemania, Singapur y Holanda han implementado con éxito prácticas de manejo de aguas urbanas que integran soluciones basadas en la naturaleza, logrando no solo una mejor calidad del agua, sino también un entorno más saludable para sus ciudadanos.
El proyecto de saneamiento alternativo del Río Querétaro es un ejemplo claro de cómo la integración de tecnologías avanzadas y soluciones basadas en la naturaleza puede conducir a una gestión del agua más eficiente y sostenible, con beneficios directos para el medio ambiente y la sociedad. Estamos orgullosos de ser parte de un esfuerzo global hacia un futuro más resiliente y sostenible.
Este proyecto no es solo un hito para nuestra ciudad, sino un faro de esperanza en el ámbito global. Es un testimonio viviente de que, con innovación y compromiso, podemos enfrentar los retos más grandes de nuestra era y asegurar un mundo más sano y sostenible para las generaciones venideras. El río Querétaro, no solo será un símbolo de nuestra resiliencia ambiental, sino también un recordatorio constante de nuestra responsabilidad compartida hacia la madre Tierra.