No hay en México un autor que escriba literatura de temática LGBT+, de la trascendencia que han tenido un Pedro Lemebel en Chile, Reynaldo Arenas en Cuba, o Manuel Puig en Argentina. Luis Zapata es el más prestigiado de nuestro país, y Jorge López Páez por el cuento Doña Herlinda y su hijo que, al convertirse en película dio vuelta al mundo. Nótese que son hombres gay. Ninguna mujer, lesbiana o no, mexicana, que yo pueda recordar (si me equivoco ellas me pulverizarán. Me aguanto).
Ana Clavel escribe Por desobedecer a sus padres, la historia de un poeta que Roberto Bolaño convirtió en personaje en Los detectives salvajes con el nombre de Ernesto San Epitafio, que es Darío Galicia. Clavel recupera la vida y muerte del escritor que solo publicó dos libros, antes que le abrieran el cráneo por aneurismas —o lobotomizado, según las versiones—, con el consentimiento de padre y madre que no aceptaban su condición homosexual. Historia ubicada a finales de los 60 a 2019, cuando fenece.
Galicia era rebelde, comunista, activista de primeros movimientos homosexuales; abiertamente gay (cuando el asesinato de Pasolini en 1975, rabioso, quería protestar: “¡Debemos salir todas pintadas a las calles y apedrear, incendiar!”). Clavel es notable en jerga LGBT de esaépoca, como pocos libros del tema. Un poeta conducido a muerte por asesinato social, hoy es un desquite a la realidad en esta novela/crónica/ensayo… Ana Clavel avienta al abismo literario las cenizas del poeta: Darío Galicia emerge…
Por desobedecer a sus padres es potente literatura, con derecho propio al lado de escritoras/es que se han ocupado del movimiento LGBT+. No es cualquier obra ni cualquier autora. No es un gay que cree saber literatura pero describe sus memorias sexuales, sin ser Salvador Novo. La novela es una apuesta a la discapacidad y crueldad contra indefensos, marginados por su diversidad sexual. Un poeta idealizado en la literatura de Roberto Bolaño, hoy un desquite con la hermosa, delicada literatura de Ana Clavel, que juega con el laberinto de Lewis Caroll en Alicia en el país de las maravillas.
Un imprescindible para lectores que aman y pugnan por derechos humanos: abrir el cráneo para entender un mundo.