Hyarace un mes las queretanas tomamos las calles para reivindicar la lucha que las ancestras hicieron por nosotras. Salimos con el corazón en la mano, la digna rabia a cuestas, sin miedo, con la cara en alto y nuestra arma más poderosa: la voz.
De todo vivimos, amor, comprensión, el desahogo de la impotencia que a más de una nos carcome ante las violencias, por unas horas nos sentimos seguras, libres además de poderosas pues sabíamos que ahí en esa plaza de la constitución ya no estábamos solas.
Durante la concentración se dio lectura a dos posicionamientos puntuales en donde se instó a las instituciones del estado a atender diversas problemáticas que vivimos las mujeres, a la no criminalización de la protesta la cuál seguirá existiendo cada que toquen a alguna y solicitamos que nuestra palabra sea escuchada cuando señalamos que nuestros agresores se encuentran dentro de la administración pública como en los ayuntamientos de Jalpan y Arroyo Seco.
Todo muy bien, por lo menos una vez al año nos acuerpamos, nos acompañamos y movilizamos por y para nosotras pero ¿qué pasa durante los otros 364 días del año? Las colectivas por lo menos continuamos trabajando nuestras agendas, sumando esfuerzos con las instituciones que “tienen otros datos”, buscando hasta con lupa aliadas y aliados en los espacios de toma de decisión donde lamentablemente encontramos a much@s insensibles que usan sólo la lucha feminista como memebrete. Todos los días son de lucha constante, de trabajo continuo, de pensar, repensar y aperturar caminos por los que podamos hacer brecha para las que vienen. Antes de la marcha del 8M varios colectivos estaban presentes en los medios o abordando instituciones, bien, pero hoy me dirijo a las que no pertenecen a las colectivas, su participación es sumamente importante durante y después del 8 de marzo, las necesitamos a todas porque la nuestra es una batalla que se libra en las calles pero también en los escritorios plasmando los justos reclamos, hacemos historia cuando logramos que se castigue a los agresores como debe ser y ello solo se realiza ante las instituciones. Tenemos que pasar del reclamo a la propuesta, al trabajo que nos ocupa de turbio en turbio y de claro en claro con el único fin de no darle espacio al sistema para que nos cierre las puertas.
La brega es larga, cansada y dolorosa es cierto, pero la certidumbre de, deber cumplido vale la pena. Cada que conocemos de una nueva vinculación a proceso, de una nueva reforma aprobada en beneficio nuestro comprobamos que vale la pena luchar. Aquí cabemos todas, las de todas las ideologías y posturas, las que llevan décadas caminando por el feminismo pero también las que se acaban de sumar al mismo porque el fin de unas y de otras es exactamente igual: hacerle frente al patriarcado para lograr un mundo más justo para las queretanas.
El 8M de 2022 será recordado por el día en el que las mujeres de Querétaro salieron a las calles a hacer las cosas distintas, nos quedan tantas lecciones que reflexionar, varias violencias de parte de algunas activistas contra las propias activistas, la sensación de que nos queda mucho por hacer, tanta pluma que arrastrar, demasiada tinta que derramar, bastante que gritar, mucho por deconstruir.
Sé que es probable que leas esta columna, sueles hacerlo, a ti que nos cuidaste desde dentro, que reprobaste la intervención policiaca desde un inicio: no eres “ingenua” por ponerte del lado correcto de la historia, no eres débil, te reconozco como una aliada y muchas como yo, nos sentimos orgullosas de que una de las nuestras lidere con tu inteligencia, temple y talante, gracias.