La directiva del equipo Querétaro rebasó con mucho el 30 por ciento del aforo del Estadio Corregidora el jueves pasado en el pésimo partido inaugural del futbol mexicano, con empate a ceros entre Gallos Blancos y Aguilas del América, en donde lo único ofensivo fue el grito homofóbico prohibido por la FIFA y las buenas costumbres. Más allá de la poca calidad del encuentro, fue evidente el exceso de público por parte de la empresa interesada en ganar dinero, aunque no ganen el juego, a costa de poner el riesgo la salud de los aficionados, con la complacencia o ceguera de las autoridades, mientras en todo el territorio -y aquí también- se disparan los contagios y hay peligro real de muerte entre jóvenes y niños. ¡Imperdonable!