EL CRISTALAZO
Auspiciado por el Fondo de Cultura Económica, el doctor Hugo López Gatell, quien en el pasado día del infancia revivió aquella vieja emisión radiofónica de “Los niños catedráticos”, fue invitado a exhibir –mientras la curva se aplana pero no se vuelve plana–, otra de sus habilidades: como un declamador sin maestro, nos leería un poema del gran Miguel Hernández.
No se si los versos seleccionados pertenezcan a “Perito en luna” o a otro de los libros más conocidos del desafortunado poeta alicantino Hernández, “El rayo que no cesa”.
Quizá por similitud pertenezca a este último, para establecer una paralela con “El rollo que no cesa”; obra máxima del nunca solo doctor López Gatell, quien hoy por hoy supera en fama y atractivo a Luis Miguel.
De acuerdo con la información divulgada ayer, el FCE, es decir, Taibo II, la intención de poner al doctor frente al micrófono para leer poesía, guarda relación con la excitativa de permanecer en casa.
Y si se ha buscado un poema alusivo al refugio domiciliario, en la obra de Hernández, pues ignoro cual de todos sus poemas sea, porque el pobre de Don Miguel murió en la ergástula horrible del franquismo y eso del confinamiento, en su caso, suena grotesco.
Así pues parece un argumento un tanto cuanto retorcido, lo cual –a fin de cuentas–, no nos debería extrañar. Pero quizá este haya sido el poema elegido, digo, por aquello de las defunciones y su contabilidad. Dice Hernández:
“..Sentado sobre los muertos
que se han callado en dos meses,
beso zapatos vacíos
y empuño rabiosamente
la mano del corazón
y el alma que lo mantiene.
“Que mi voz suba a los montes
y baje a la tierra y truene,
eso pide mi garganta
desde ahora y desde siempre.
“Acércate a mi clamor,
pueblo de mi misma leche,
árbol que con tus raíces
encarcelado me tienes,
que aquí estoy yo para amarte
y estoy para defenderte
con la sangre y con la boca
como dos fusiles fieles…”
O a lo mejor le dijeron, doctor, con su entonada voz, díganos esta maravilla a través de https//t.co/NkJ23B9MwZ:
“…Es preciso matar para seguir viviendo.
Un día iré a la sombra de tu pelo lejano,
y dormiré en la sábana de almidón y de estruendo
cosida por tu mano…”
Pero en tanto se satisfacen los anhelos líricos del inmune epidemiólogo, ahora declamador sin maestro, la conferencia matutina se anega con la sabiduría de Jenaro Villamil, quien nos explica cómo funciona la otra epidemia: la “infodemia”.
Como cambian las benditas redes sociales a malignas plataformas difusoras de distorsiones malvadas.
“…Lo que ahora estamos observando es que sí hay ganadores en esta pandemia, desgraciadamente, y los ganadores son estas plataformas justamente.
“El nivel de ingresos y de ganancias que han tenido en este primer trimestre del año empresas como Facebook, empresas como Google, empresas como Amazon, como Microsoft y en menor medida, aunque muy importante también, Twitter, son el resultado de esto, justamente.
“Facebook, tan sólo en el primer trimestre de este año, tuvo ganancias superiores a los que los mexicanos residentes en Estados Unidos mandaron a México en remesas. Facebook tuvo cuatro mil 902 millones de dólares de ganancia, cinco mil millones de dólares para hacerlo cerrado; facturaron 18 mil 737 millones de dólares.
“Y no hablemos de Google, porque Google es el gran gigante que tuvo más de seis mil millones de dólares de ganancia, seis mil 836 millones de dólares.
“¿Y YouTube a quién pertenece?
“A Google. YouTube generó en este periodo un crecimiento muy, muy importante de 52 por ciento más que en el primer trimestre del año 2019.
“Entonces, cuando estamos hablando de “infodemia” estamos hablando sobre todo de algo que es un fenómeno transnacional en donde están estas grandes plataformas.
“Twitter, por ejemplo, también ha crecido mucho, Twitter ha tenido un incremento de los usuarios, de 152 a 166 millones de usuarios en todo el mundo…”
Y el Señor Presidente comenta:
“No es el propósito censurar, es informar a los ciudadanos cómo funciona este mecanismo del todo nuevo porque en siglos no veíamos algo así…”
A fin de cuentas los males del mundo provienen todos del mismo surtidor de agua puerca: el capitalismo rapaz, salvaje, incontenible, individualista, clasista, racista y perverso.
SOLEDAD
Cuando el Señor Presidente hace público su acompañamiento al doctor López Gatell, y lo cobija bajo su ala de gallina, involuntariamente nos lleva a recordar aquella frase de la política mexicana de antes:
–No te preocupes, Rosario…