EL JICOTE
No presumo singularidad, se lo atribuyo a que ya estoy en la fila de la ventanilla final de la vida y no se piensa como el común de las personas, todas más jóvenes que yo, pero realmente me invade una extraña fascinación, mezcla de curiosidad, angustia y asombro. Por estadística ya estoy en la cuenta regresiva, la oportunidad de vivir esta experiencia es un privilegio, es como ser testigos del antes y después de Cristo o el encuentro de Europa con América. Observar este despliegue de imaginación, de solidaridad universal, de humor. Todo es sorprendente y escandaloso, estamos realmente ante una nueva era. La felicidad es nuestra gran meta de la existencia, pero es insulsa e intrascendente, este encierro nos ha llevado al ensimismamiento, a replantear nuestros valores, a pensar. Estamos ante el renacimiento de la filosofía. Todo es gracias a los parteros de siempre: la soledad, el dolor y la posibilidad de morir.