JUEGO PROFUNDO
Los números son historias. Anteriormente ya hemos hablado del futbol y su relación con las letras y hoy toca platicar de su relación actual con los números. Son hechos con una característica en común que han sido simplificados, clasificados, cuantificados y explicados a través de fríos y simples dígitos para poder llegar a conclusiones y tomar mejores decisiones; y como tal, esa es una definición de la estadística. Antes de los años noventa, los números como herramienta para tomar decisiones, no habían existido en el ámbito futbolístico; en un partido de futbol, en esas épocas, de los únicos números que se hablaba al terminar un encuentro, eran de los goles y tarjetas recibidas, y hoy en día, no puedes entender y/o explicar un partido sin la inclusión de los números: porcentaje de posesión, kilómetros recorridos, pases acertados, numero de atajadas, cantidad de robos de balón, faltas, etc, etc y así, en noventa minutos podríamos cuantificar lo que quisiéramos… Hoy en día, Los datos estadísticos en el fútbol representan un factor cada vez más importante en los equipos de fútbol que quieren mejorar sus resultados en cualquier competencia. Y eso, a los puristas del futbol, no les gusta nada.
A los románticos (y nostálgicos) del futbol, les molesta mucho y no entienden cuando un jugador aparentemente está dando un gran partido y el director técnico lo saca de cambio. Pero esto es simplemente porque ellos no tienen la información con la que cuenta el cuerpo técnico. A los puristas les basta con experiencia y “feeling” para tomar decisiones, pero el mundo actual y su competitividad, requieren de algo más. Antes, los ojeadores, basados en su forma de entender el futbol, elegían que jugadores eran los adecuados, y hoy, eso ha quedado casi obsoleto; en las mejores ligas del mundo prácticamente no hay equipo de fútbol que no tenga un equipo de especialistas para analizar datos. Las estadísticas se utilizan de forma habitual para prevenir lesiones, preparar partidos y fichar a jugadores; por ejemplo: cuando Esteban Cambiasso dejó el Leicester al finalizar la temporada 2014-15, el equipo se vio en la urgente necesidad de contratar a un medio de contención para sustituirle. El entrenador Claudio Ranieri y su equipo de auxiliares decidieron entonces confiar en los números. Y los números hablaban claro: en el ránking de las mejores ligas de Europa, el futbolista francés N’Golo Kanté estaba entre los mejores evaluados en las estadísticas de kilómetros recorridos, entradas realizadas, pases acertados y balones recuperados. Con esa información, el, jefe de los ojeadores del Leicester, Steve Walsh, viajó a Francia para echar un vistazo al galo y el club inglés lo fichó por solo 8 millones de euros. El resultado de esta operación todos lo conocemos: el sorprendente Leicester acabó ganando la Premier League 2015-16 con Kanté como uno de los jugadores más importantes de la temporada y de la liga debido a que el francés fue el que le dio el equilibrio al mediocampo. Después de esto, fue vendido inmediatamente al Chelsea FC en 30 millones de euros. Las decisiones basadas en números y datos reales, dieron ganancias en todos los aspectos al Leicester.
Jorge Valdano, cuenta a manera de anécdota la primera vez que tuvo contacto con los números aplicados al futbol y esto sucedió cuando era jugador del Real Madrid en los años ochenta. Comenta que el preparador físico del equipo tomaba notas de cada movimiento que hacían los jugadores en un partido, la distancia que recorrían, la velocidad, los pasos y pases que daba, etc., y todo esto lo hacía de una manera apurada, apuntándolo en un block de notas de manera manual. Valdano, intrigado, le pregunto: ¿para qué te sirven todos esos apuntes? Y su respuesta fue: “no tengo idea, pero cuando lo sepa, ya tendré los datos”. Esta inverosímil respuesta nos confirma, que los datos como tal no sirven, sino que deben estar acompañados de un análisis profundo. Los aficionados que actualmente entienden el futbol basado únicamente en esfuerzo y que aplauden al jugador que corre tras cada pelota, con frecuencia afirman: “los jugadores de hoy son divas, los de antes se dejaban el alma en cada juego”. Eso tiene el futbol, la apreciación del esfuerzo y la calidad en el balompié no está relacionada directamente con cantidad, sino con sensaciones y estas, no se pueden medir. Con la tecnología actual, se ha medido que en el Mundial de Chile 62, los jugadores corrían en promedio 5.5 kilómetros por partido y hoy en día, el promedio supera los 11.5 kilómetros por juego, esto quiere decir que el jugador actual corre y se esfuerza más, pero los aficionados añoran la entrega de antaño. Tal como dice Valdano en uno de sus libros: “Al parecer, los jugadores de antes, nos dejábamos el alma corriendo menos”.
Los números incluso sirven para justificar malas rachas y malos momentos, ya que dan los argumentos perfectos; si no me creen, pregúntenle a cualquier aficionado del Madrid cuando esté pierde, ya que hará referencia inmediata a la cantidad de títulos conseguida en el pasado.
Los números no son lo más importante y no son suficientes para explicar el fútbol. Pero son los actualmente permiten tomar las decisiones correctas. Pronto ya no se contratara a un jugador por tener “buena visión de juego”, se le contratará en base a su porcentaje de pases entre líneas o a su promedio de disparos realizados en un partido; sin embardo, el factor humano, la genialidad del mismo y su capacidad de adaptación hacen que el juego siga siendo un visceral generador de emociones tremendo. La apreciación y estética del futbol no se puede medir y ahí esta parte de su encanto. Por eso, con frecuencia oímos a los jugadores decir: “El fútbol es así”, y esta, es la excusa habitual cuando no sabemos explicar por qué un partido ha ido mal. Es la admisión y confirmación de que el fútbol es casi artesano y lleno de azar… como la vida misma. ¿Cómo medir el amor por unos colores? ¿Cómo medir la pasión y la emoción? Afortunadamente no se puede.
Y hablando de números, hoy 4 de marzo del 2020, este espacio: Juego Profundo, cumple su primer aniversario. Agradezco la confianza puesta en su servidor y sobre todo, te agradezco a ti lector por leerme. En estas primeras cincuenta y dos semanas y con más de sesenta mil palabras escritas, he tratado de traer a ustedes una opción diferente para leer acerca de nuestra pasión y no hay manera de medir las emociones que esto me genera. Los números son historias y esta es la de Juego Profundo año uno.
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