PLAZA DE ARMAS
- Palacios y Burgos al Patronato de la UAQ
- Que no aumentarán sueldo de diputados
- CafeINAH, conferencias sobre la ciudad
- Pancho y Nava niegan Parque de Disney
“Buenos muchachos”: Sabino
Insaciable.
Emilio Lozoya Austin pintaba para ser uno de los hombres con mayor futuro en la presidencia de Enrique Peña Nieto, a quien conocía desde años atrás. Sus opiniones en campaña tenían peso y era tomado en cuenta sobre todo –ahora sabemos por qué- en temas de financiamiento.
Investigaciones de Quinto Elemento, retomadas por Animal Político, revelaron que Olivio Rodrigues Júnior, experto en lavar dinero de Odebrecht para financiar campañas electorales, fue el responsable de transferir 3.1 millones de dólares entre abril y junio de 2012 a una cuenta ligada a Emilio Lozoya, en ese momento coordinador de vinculación internacional del entonces candidato del PRI a la Presidencia.
El mismo personaje transfirió otros 951 mil dólares a una segunda empresa -también ligada a Lozoya- en tres depósitos realizados en noviembre de 2012, días antes de que Peña Nieto asumiera la Presidencia de México.
Además, en años anteriores, que coincidieron también con comicios locales y federales, dos empresas offshore de Olivio habían transferido seis millones de dólares a una compañía fachada en Veracruz.
En fin, que don Emilio aprendió el camino del dinero fácil. Pero se topó, como escribíamos ayer, con el queretano Santiago Nieto Castillo en la Fiscalía para la Atención a Delitos Electorales (FEPADE), quien decidió investigar en 2017 ese tema. No llegó muy lejos y fue cesado por Peña Nieto.
Ahora, desde la Unidad de Inteligencia Financiera, Nieto Castillo es quien armó las acusaciones contra Lozoya, quien ya duerme en una cárcel de España.
La Fiscalía General de la República (FGR) le imputó los delitos de operaciones con recursos de procedencia ilícita, asociación delictuosa y cohecho, como parte de la investigación que se le sigue por presuntos sobornos que recibió de la empresa Odebrecht.
No debemos olvidar que por este asunto de calado internacional, ha golpeado a otros. El año pasado, Santiago Nieto, informó que el empresario Alonso Ancira, presidente del consejo de la siderúrgica Altos Hornos de México (AHMSA) , había sido detenido en España por la Interpol por su supuesta participación en “una serie de delitos que motivaron un grave daño patrimonial” a Pemex.
El queretano detalló en su momento que la investigación se centraba en transferencias de dinero que AHMSA realizó a una filial fantasma de la gigante brasileña Odebrecht, que a su vez hizo llegar los recursos a cuentas de Lozoya y sus familiares, a través de varias transacciones, incluidas operaciones inmobiliarias.
Las transacciones comenzaron días después de que Pemex compró en 2014 una planta de fertilizantes a AHMSA por cerca de 500 millones de dólares, según una investigación del sitio de noticias Quinto Elemento Lab, y que autoridades han dicho que era una “chatarra” valuada en apenas 50 millones de dólares.
Y es que hay un tema que dentro del equipo de EPN preocupaba sobre todo a mitad del sexenio: la voracidad de Lozoya en los temas de dinero.
Desde el cobro de cientos de miles de dólares por obtener una audiencia cuando fungía como director de Pemex, hasta el negocio con Ancira.
Y un tema que salpica al ex dueño de Gallos Blancos, Amado Yáñez, detenido por supuestamente haber defraudado financieramente a Pemex. En ese asunto, Emilio Lozoya vio un gran negocio.
Por ello, hizo la guerra imposible a Yáñez. Quería quedarse con su empresa, Oceanografía, una de las principales proveedoras de Pemex. Así, ofreció acuerdos por debajo de la mesa a distintos proveedores privados de la empresa de Yáñez y fabricó pruebas para que embargaran propiedades de Amado Yáñez, que también llevaba otro litigio con Banamex.
Al final, el ex dueño de Gallos Blancos recuperó sus activos, pero tuvo que intervenir hasta el gobierno de Holanda, pues Lozoya decidió quedarse con el enorme buque de bandera holandesa, Rabo Bank, arrendado a Yáñez. La información llegó hasta Los Pinos y pararon a Lozoya Austin.
Como esa historia debe haber al menos una decena, que iremos conociendo conforme se abran los archivos sellados por el gobierno de Enrique Peña que ahora está recuperando Santiago Nieto Castillo.
Veremos y diremos.
-OÍDO EN EL 1810-
Primicia.
Que el presidente del Patronato de la UAQ, Carlos Salvador Núñez Gudiño, está por anunciar la incorporación de dos cartas de lujo, con los ex gobernadores Mariano Palacios Alcocer y Enrique Burgos García, distinguidos egresados de nuestra máxima casa de estudios.
Enhorabuena.
-¡PREEEPAREN!-
Pobrecitos.
Diputados del PAN y Morena desmintieron la información de la legisladora Elsa Méndez, ahora del PAN, sobre el aumento de 20 mil pesos mensuales a la dieta de los esforzados representantes del pueblo. Seguirán ganando 56 mil.
Sin embargo, el panista Miguel Ángel Torres Olguín, en su carácter de presidente de la Junta de Coordinación Política, sí confirmó que cada integrante del Congreso dispone de una bolsa de 200 mil (más de dos millones de pesos por año) para el pago de asesores y gestiones.
¡Ah, bueno!
-¡AAAPUNTEN!-
CafeINAH.
Con este nombre está invitando la delegación del INAH a una serie de conferencias sobre Querétaro y su evolución, a celebrarse en el Museo Regional a partir del jueves próximo con la exposición del experto Jaime Font Fransi, director de Patrimonio del Estado.
“Evolución y traza urbana del Centro Histórico de la Ciudad de Santiago de Querétaro” es el título de su exposición.
Hay que ir.
-¡FUEGO!-
Queretalandia.
Más interesados en las noticias falsas que en las ciertas, como la de la presencia del crimen organizado en esta plaza, el gobernador Francisco Domínguez y el alcalde capitalino Luis Bernardo Nava se apresuraron a negar la construcción de un parque de Disney en Peña Colorada, divulgada por la página Acueducto, algo así como la del Deforma. Y no faltó quien lamentara el desmentido porque (con perdón de América Vizcaíno y todos los ambientalistas) parecía la mejor obra del sexenio.
¡Porca miseria!