SERGIO A. VENEGAS ALARCÓN
Del poder finito, lo efímero que las mayorías electorales y que nadie llega para quedarse, como lo demuestran las tres alternancias de México en este siglo, disertó el gobernador panista Francisco Domínguez Servién en la celebración constitucionalista, al criticar la perpetuación y privatización del poder público, aunque refiriéndose claramente al contexto nacional y muy probablemente al fenómeno de Morena, en un discurso de bienvenida con sabor a despedida.
No fue lejos por la respuesta, pues en su mensaje a la nación el presidente Andrés Manuel López Obrador no solamente recordó el lema de la revolución maderista, sufragio efectivo, no reelección, sino que refrendó su propuesta de revocación de mandato y la intención de someterse al juicio ciudadano en el 2022.
Y todo en el Teatro de la República, que el gobierno estatal, responsable de la organización, no pudo o no quiso llenar, por primera vez en un aniversario de la Carta Magna, que duró más de una hora y reunió a los titulares de los tres poderes, gobernadores, dirigentes de partidos políticos, miembros del gabinete e invitados VIP de la llamada sociedad civil.
Uno de los primeros en llegar fue el súper delegado Gilberto Herrera Ruiz que, muy en su estilo, mantuvo el perfil discreto que desespera a los suyos y festinan los contrarios porque no busca los reflectores y prefiere operar los temas de su competencia.
El Centro Histórico, estaba ahora sí que blindado por fuerzas militares y policiales desde la noche anterior y la mayoría de los convocados tuvieron que caminar bajo la lluvia para cruzar los filtros de seguridad.
Los chairos y manifestantes de la Carrillo Puerto, los de la Pancho Villa y otros, solo llegaron al Jardín Zenea o a las calles próximas al recinto histórico.
Tampoco pudieron entrar muchos de los reporteros de medios locales, confinados en la sala de prensa instalada en el restaurante de enfrente, en donde siguieron la transmisión oficial de televisión.
Ahí vieron y escucharon las intervenciones de los seis oradores, entre ellos la de la presidenta del Senado de la República, Mónica Fernández Balboa, de Morena, que saludó a Francisco Domínguez Servién como gobernador ¡de Guanajuato!, provocando sorpresa y risas entre los asistentes. Digo, porque si se han descompuesto mucho las cosas en los últimos cuatro años, pero no es para tanto.
Habló también el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el queretano Arturo Zaldívar Lelo de Larrea con un sólido alegato sobre la vigencia de la Carta Magna, el mejoramiento del sistema de nuestro marco legal y la firme conducción del país. “Vamos en la ruta correcta” sentenció, comprometiéndose a hacer lo correspondientes desde el Poder Judicial.
Igualmente desfilaron por la tribuna constitucionalista la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero y la presidenta de los diputados Laura Angélica Rojas Hernández.
Cabe mencionar que casi hubo equidad de género en la primera fila del presídium con seis mujeres y siete hombres.
Además del presidente López Obrador, el gobernador Francisco Domínguez estaban el jefe de la Corte, Arturo Zaldívar, la titular de Gobernación Olga Sánchez y varios secretarios del gabinete federal.
A saber: Luis Crescencio Sandoval, de la Defensa Nacional, José Rafael Ojeda de la Marina, Luisa María Alcalde de Trabajo, Alejandra Frausto de Cultura, María Luisa Albores de Bienestar, Alfonso Durazo de Seguridad y Javier Jiménez Espriu de Comunicaciones que fue el único que salió unos minutos del escenario.
Abajo estaban los demás del gabinete legal y ampliado, como los muy reconocibles Marcelo Ebrard, el canciller y la secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval Ballesteros sentadita al lado del zar antilavado Santiago Nieto Castillo, al que medios nacionales y locales candidatean ya para el gobierno de Querétaro.
Y en esa fila de privilegio, pero en la última butaca de la derecha el coordinador de los senadores del PAN, Mauricio Kuri González que llegó sin aparato de seguridad al lugar de la cita y hasta se dio tiempo para atender entrevistas en el jardín central y condenar, otra vez, la política de retroceso del gobierno federal.
Muy en la línea dura de Acción Nacional que mantienen los gobernadores, entre ellos Pancho Domínguez que ayer aprovechó para anunciar el término de su encargo como presidente de la Conago y recordar la transitoriedad de los hombres en el poder, porque no hay nada más efímero que las mayorías electorales y México ya lleva tres alternancias en este siglo, a lo que el presidente Andrés Manuel López Obrador reviró con la máxima maderista de la no reelección y su propuesta para la revocación de mandato.
Eran las 13:46 horas cuando el primer mandatario cerró su discurso de media hora dedicado a su tema favorito, la historia de México y una nada ortodoxa mención directa al presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, para reconocer su respeto a nuestra soberanía en la negociación del tratado comercial y la buena relación bilateral.
Luego el himno nacional, la despedida de los gobernadores y los aplausos para el jefe de la Nación que cumplía así la cita tradicional del 5 de febrero en el lugar en donde nació hace 103 años la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos.
Afuera seguía lloviendo y hacía frío en Querétaro, pero la especulación política calentaba el ambiente, porque hoy el gobernador se acordó –a año y medio de las elecciones- que el poder de los hombres es temporal y las mayorías efímeras.