EL JICOTE
No sé si a López Obrador se le aplique el calificativo de los presidentes: “El solitario de Palacio”. Lo apabullante es que el Presidente no parece percatarse de la existencia de un mundo exterior. Prueba de ello es que repite frases que ya son objeto de la burla nacional, no obstante, insiste en ellas. Ante la noticia del retroceso que registró la economía mexicana del 0.1% el Presidente manifestó que: “tiene otros datos”. A lo mejor su intención no es aclarar la información sino hacernos reír. Reiteró su descalificación a esta forma de medición basada en el crecimiento, según él, muy propio del neoliberalismo. Lo importante, afirma, es que haya distribución del ingreso. El Presidente parece considerar que los mexicanos padecemos una amnesia crónica y que ya se nos olvidaron sus discursos de campaña, Sin embargo las “benditas” redes sociales se encargan de sacudirnos el alzheimer nacional y ahora divulgan un mensaje donde el Presidente aparece diciendo: “El crecimiento de 2% ha sido un fracaso”. Cuando uno de sus entrevistadores lo rectifica; “Un crecimiento mediocre”, López Obrador enfatiza: “Fracaso completo”. Agrega: “Porque estoy convencido de que si no hay crecimiento no hay empleos, si no hay empleos, no hay bienestar, no hay paz, no hay tranquilidad, esto que estamos padeciendo ahora en México, se ha originado, además de la corrupción, en la falta de crecimiento”. Del 4%, y del “yo sí sé cómo hacerlo”, que prometió en campaña mejor ni hablamos. Ante la realidad que ahora lo desmiente, el Presidente afirma que el crecimiento francamente no importa, “Bingo”, lo que importa es el desarrollo, que debe reflejarse en la distribución del ingreso. Es un galimatías sin sentido discutir si lo importante es el crecimiento o el desarrollo, hay un consenso entre los especialistas de que si no hay crecimiento es nulo lo que se tiene que distribuir. Supongamos que la afirmación presidencial de que efectivamente lo importante es el desarrollo, el Presidente debería otorgar alguna prueba de que en su gobierno se ha avanzado en la redistribución del ingreso. Algo que es muy audaz por no decir imposible, pues esa medición la hace el CONEVAL que entrega resultados hasta 2021. Procedamos a dar con el respeto debido otra sugerencia al Presidente. No se puede cambiar de discurso ni la jerarquía de los valores políticos sobre la base de caprichos personales. ¿Cómo es la línea de conducta de un gobierno caprichoso? Es interesante conocer las raíces de la palabra “capricho”, tiene su derivación del temperamento de las cabras, mismas que se distinguen por ser tan tenaces como agresivas. Ante la resistencia de la realidad asumen dos rasgos; la huída y la contradicción, se ponen en fuga y tienen la tendencia de moverse en la dirección opuesta de quien las pretenda conducir. Señor Presidente, respetuosamente, pero no se puede dar en el discurso político esos cambios sin explicación ni fundamento. Si sus convicciones son tan profundas que tiene borrado de su diccionario la palabra autocrítica, no huya de la crítica y con datos reconocidos por todos, hágale frente. Serán la mejor prueba de que su gobierno es racional y lógico y no se conduce por caprichos.