TABLERO
- Justo reconocimiento al primer rector de UAQ
- Maestro, abogado e historiador, gran personaje
- La última entrevista, publicada en junio de 1980
- Histórica la mala relación con los gobernadores
Por fin.
En un acto de estricta justicia –más vale tarde que nunca- Querétaro abrirá el panteón de sus ilustres al padre de la UAQ, Fernando Díaz Ramírez, abogado, maestro e historiador, personaje irrepetible, cuyas cenizas se encuentran en un templo de la ciudad.
Así lo aprobó por unanimidad, a propuesta de la rectora Teresa García Gasca, el Consejo del Panteón y Recinto de Honor de las Personas Ilustres de Querétaro, convocado por el presidente municipal Luis Bernardo Nava, con la inexplicable ausencia de un representante del deshojado Congreso Local.
El próximo 25 de febrero ingresará Fernando Díaz al espacio presidido por la Corregidora Josefa Ortiz de Domínguez y en donde ya se encuentra, junto con otros célebres, el general Octavio S. Mondragón, en cuyo gobierno se creó nuestra máxima casa de cultura.
Ambos, Díaz y Mondragón –más allá de las rivalidades- le dieron a Querétaro, hace casi 69 años, su mayor institución educativa.
La propuesta de su inclusión no es nueva. En PLAZA DE ARMAS lo habían planteado ya el cronista Andrés Garrido del Toral y la contadora Natalia Carrillo García, autora de libros sobre el Municipio de Querétaro y sobre sus esculturas, bustos y placas, en donde hay un capítulo especial a propósito del antes y mejor llamado Panteón de los Queretanos Ilustres, inaugurado en 1988 por el presidente Miguel de la Madrid Hurtado, el gobernador Mariano Palacios Alcocer y el alcalde Manuel Cevallos Urueta.
Don Fernando Díaz murió en 1981.
Unos meses antes nos concedió su última entrevista, publicada el jueves 26 de junio de 1980 en el periódico Noticias y en la que admitió que nunca habría nadie más importante en la historia de la Universidad Autónoma de Querétaro.
“No es que me considere o no me considere. Es que he sido y seré el mejor rector de toda la vida. Porque yo fundé la Universidad, porque la sostuve sin recursos y porque yo la hice toda. Fuera de Idiomas que no sé para qué sirve, de Psicología y de Medicina, todas las demás escuelas yo las formé. Y recuerde que fui 14 años rector, lo que nunca podrá ser nadie”.
Efectivamente, un padre al que nunca se le presentó una indisciplina, como le dijo a este reportero. “Pero es que usted no entiende, respondió con aquella voz cavernosa. No era posible que hubiera una indisciplina. Yo dirigía la Universidad como líder, como rector y como director de todas sus escuelas”.
Don Fernando se desempeñó durante casi 14 años como rector y medio siglo como maestro. Fue todo, hasta gobernador interino en la transición de Constantino Llaca al coronel Abraham Araujo y escribió 12 libros esenciales de la historia queretana.
Hablamos en su casa del andador de 5 de mayo 18, hoy Museo de los Conspiradores.
El fundador de la UAQ era un padre dictador. Así, soltó, con toda la seguridad del mundo: Nuestro maestro el señor Vega decía que no se movía una hoja sin la voluntad de Dios. Así en la Universidad, no se movía nada si yo no quería. Nunca les negué a los muchachos el derecho a pensar, pero sí el de hablar.
Murió, en 1981, unos meses después de esta conversación guardada celosamente en el archivo personal y de PLAZA DE ARMAS, para el mítico libro que, dios mediante, saldrá este 2020.
En sus casi 69 años, la UAQ ha tenido 17 rectores, sin contar al licenciado y coronel Juan Álvarez, a quien el gobernador Octavio S. Mondragón nombró al frente del Colegio Civil, pero no alcanzó a ver nacer la Universidad, porque murió en una reunión de rectores en Guadalajara.
La historia moderna comienza entonces con Fernando Díaz el 24 de febrero de 1951, pero tiene sus gloriosos antecedentes en los colegios de San Ignacio y San Francisco, dirigidos por los jesuitas de 1625 a 1767 y que al ser expulsados pasaron a manos del clero secular de 1778 a 1832, siendo cerrados y reabiertos durante la Independencia y la gestación de la República, hasta su cierre definitivo en 1867.
Registra la historia oficial que 1868 a 1950 se mantuvo como Colegio Civil del Estado y, finalmente, el 24 de febrero de 1951 se creó la Universidad de Querétaro, bajo la Rectoría de Fernando Díaz Ramírez, siendo gobernador Octavio S. Mondragón.
Inició clases con las escuelas de Preparatoria, Derecho, Ingeniería Civil, Ingeniería Topográfica y Enfermería y Obstetricia. En 1952 el maestro José Vasconcelos acuñó el lema “Educo en la Verdad y en el Honor”.
Ese mismo año empezó a funcionar la Escuela de Ciencias Químicas; en 1953 la Escuela de Música y en 1954 la Escuela de Comercio, hoy Facultad de Contaduría y Administración.
Logró su autonomía en 1959 luego del movimiento estudiantil de 1958 para rechazar el relevo del rector Fernando Díaz, ordenado por el gobernador Juan Crisóstomo Gorráez para controlar la Universidad.
Gorráez y Díaz se conocían desde niños, reveló el fundador de la UAQ en nuestra plática de 1980.
-No es que fuéramos enemigos. Habíamos jugado canicas y trompo juntos. Es que cada gobernador quiere hacer Querétaro de nuevo. Pero Gorráez no había medido mi fuerza dentro de la Universidad, mi ascendencia entre el estudiantado.
Lección, por cierto, no aprendida por algunos de los gobernadores siguientes.
El próximo 25 de febrero, ingresará al panteón de nuestros ilustres don Fernando Díaz Ramírez, el padre de la UAQ, a 69 años de su fundación.
Más vale tarde que nunca.
-BLANCAS Y NEGRAS-
Rectores.
Los 17: Fernando Díaz Ramírez, José Alcocer Pozo, Alberto Macedo Rivas, Hugo Gutiérrez Vega, Enrique Rabell Trejo, Salvador Septién Barrón, Agapito Pozo Balbás, José Guadalupe Ramírez Álvarez, Enrique Rabell Fernández, Mariano Palacios Alcocer, Braulio Guerra Malo, Jesús Pérez Hermosillo, José Alfredo Zepeda Garrido, Dolores Cabrera Muñoz, Raúl Iturralde Olvera, Gilberto Herrera Ruiz y Teresa García Gasca.
Quince hombres y dos mujeres han dirigido a la Universidad Autónoma de Querétaro en estos 66 años de luces y sombras, de crecimiento académico, investigación y difusión cultural, pero también de enfrentamientos con el poder público que le reconoció su autonomía en enero de 1959, pero no ha podido ejercerla plenamente por su insuficiencia económica.
Difícil, accidentada, ha sido la relación con el gobierno déspota de Francisco Domínguez. Sobre todo con el rector anterior y hoy delegado federal Gilberto Herrera Ruiz que encabezó marchas de protesta y hasta un informe rindió a las puertas de Palacio y que, en una de esas, podía ser el sucesor. Algo han mejorado la cosas, pero no mucho, con la rectora Tere García Gasca.
Por su peso social y académico, la máxima casa de estudios de Querétaro ha sido y es codiciada por políticos de distintas corrientes. Todos los candidatos han pasado por ahí. Y seguirán pasando. De sus aulas salieron los gobernadores Mariano Palacios Alcocer, Enrique Burgos García y el actual, Francisco Domínguez Servién, junto con algunos de sus colaboradores, como el secretario de Educación Alfredo Botello, el secretario de Gobierno Juan Martín Granados Torres y el alcalde Luis Bernardo Nava, igualmente el ex candidato presidencial del PAN, Ricardo Anaya Cortés, el ex dirigente nacional priista Fernando Ortiz Arana y hasta el ex secretario de Agricultura y Ganadería, José Calzada Rovirosa que cursó un postgrado.
-LA FRASE DE LA SEMANA-
Del archivo.
Es que cada gobernador quiere hacer Querétaro de nuevo: Fernando Díaz Ramírez. 26 de junio de 1980. Serie Personajes de Querétaro. Noticias.
¡Ah, la historia!
-JUGADA FINAL-
Justiciero.
Al presidente municipal Luis Bernardo Nava, que ha tomado la lúcida decisión de apoyar la apertura del Panteón de los Queretanos Ilustres al padre de la UAQ, un histórico y universitario ¡JAQUE MATE!