QUERETALIA
Juan Nepomuceno Frías Fernández
Nació en la ciudad de Querétaro en el año de 1884. Estudió en el Colegio Civil del estado hasta obtener el título de abogado en el año de 1906.
Se dedicó al ejercicio de su profesión en un bufete que abrió al público, concurrido por muchas personas, debido a la honradez y eficacia en sus litigios. En el año de 1909 formó, en compañía de otras personas, el Partido Antirreeleccionista Queretano, que gozo de gran popularidad, habiendo sido candidato al gobierno de Querétaro, triunfo que no obtuvo por haberse inclinado el pueblo a favor de Carlos M. Loyola.
Después el pueblo lo eligió diputado al Congreso de la Unión, habiendo formado parte de la legislatura llamada maderista, legislatura que fue disuelta sanguinariamente por el presidente usurpador, legal pero ilegítimo, Victoriano Huerta, y sus miembros encarcelados en penitenciaría de Lecumberri. En Congreso Constituyente representó al primer distrito electoral de Querétaro y terminada esta histórica Asamblea, radicó en la Ciudad de México, en donde murió el 18 de agosto de 1921 siendo presuntamente asesinado por los obregonistas al ser diputado federal y oponerse a la prórroga de la aplicación del artículo 27 en favor de las compañías petroleras extranjeras.
Ernesto Perusquía Layseca
Nació el 10 de marzo de 1877 en San Juan del Río, Querétaro. Muy joven se trasladó a México e ingresó en la entonces Administración del Timbre de la República, en cuya dependencia prestó sus servicios por largos años hasta alcanzar el más elevado puesto. Como inspector del Timbre, antes de la revolución, recorrió algunos estados de la República, principalmente el norte.
A principios de 1913, y encontrándose en Saltillo, Coahuila, teniendo a su cargo la Oficina Federal del Timbre, se dio cuenta que se conmovió el país con la noticia del asesinato del presidente la República, Francisco I. Madero; por su cargo oficial, y en lo particular, mantenía estrecha relación con el gobernador de Coahuila, Venustiano Carranza, por lo cual inmediatamente apoyó la protesta por el magnicidio del presidente Madero y aprobó el desconocimiento que hizo el señor Carranza del gobierno de Huerta. Su apoyo a la rebelión carrancista no sólo fue moral, sino que inmediatamente puso en manos del señor Carranza cincuenta mil pesos de su propio peculio, más todos los fondos de la oficina recaudadora de su cargo, no obstante que sabía, de antemano, que de haber fracasado la rebelión, en ello se hubieran ido su fortuna y su vida. Desde ese momento, siguió paso a paso la ruta que llevaba Venustiano Carranza, depositando en él su entera confianza y lo siguió hasta la entrada a la capital, siendo ya, para entonces, el primer jefe de la Revolución. En el Congreso Constituyente solamente tuvo participación en tribuna al discutirse si se prohibiría terminantemente en el texto constitucional las peleas de gallos, los juegos con apuesta y las bebidas alcohólicas. Fue designado como integrante de la segunda Comisión Revisora de Credenciales de diputados constituyentes electos, pero al no estar presente en la Academia de Bellas Artes fue sustituido sin ejercer el cargo. Al organizarse el gobierno, se lenombró administrador principal del Timbre, siendo secretario de Hacienda el licenciado Luis Cabrera.
En 1916, concurrió al Congreso Constituyente como diputado por su estado natal, por el distrito de San Juan del Río, y como tal, firmó la Carta Magna que nos rige. Al ser diputado constituyente afecto a la fracción carrancista en el seno del Congreso, votó en contra de los principales artículos aprobados el 3º, 27 y 123. En el año de 1917 fue electo gobernador de Querétaro, habiendo sido el primer gobierno constitucional que tuvo el estado después promulgadas las Constituciones general y local. Una vez finalizadas las labores del Congreso Constituyente que elaboró la Carta Magna de 1917, y habiendo sido elegido Venustiano Carranza presidente de México, también en Querétaro se realizaron elecciones constitucionales, durante el gobierno provisional de Emilio Salinas. A estas elecciones presentaron dos candidatos: Ernesto Perusquía, favorecido por Carranza, y Rómulo de la Torre, quien durante el gobierno de Carlos Loyola había sido encarcelado por ser partidario de la candidatura de Alfonso Veraza. Ante la presión de los carrancista, De la Torre se retiró de la justa electoral; así Perusquía fue elegido gobernador del estado de Querétaro y tomó posesión el 30 de junio de 1917. Después de la serie de gobiernos interinos o nombrados por juntas y jefes revolucionarios que tuvo el estado a partir de 1911, Perusquía sería el primer gobernador constitucional con la entrada en vigor de la Constitución de 1917y el primero que lograba cumplir exactamente las fechas de su mandato. Provenía de una familia muy rica y distinguida. Al asumir el mando del estado, contaba con 40 años de edad. El periodo de Perusquía estuvo marcado por circunstancias difíciles y por serios problemas que se venían produciendo desde el comienzo de la Revolución. En primer lugar, después de tantos años de lucha, había que volver a crear la burocracia del estado, sobre todo porque al dejar de ser Querétaro la “Capital Provisional de la República” las autoridades nacionales habían abandonado la ciudad y los servicios públicos se habían interrumpido.
Creó la villa de Ezequiel Montes, en la vieja delegación de Corral Blanco, lo cual llenó de júbilo a sus habitantes.
Ernesto Perusquía
Ernesto Perusquía logró consolidar el afecto del presidente Carranza hacia él, a tal grado que celebró éste su cumpleaños en Querétaro, el 29 de diciembre de 1918, y más adelante, en 1919, visitó la ciudad para inaugurar el alumbrado eléctrico del pueblo de La Cañada, el camino de la Cuesta Colorada y la Escuela Infantil Femenil.
Otros decretos importantes fueron la elevación, a la categoría de pueblo, de la congregación de San Joaquín de Ranas, que recibiría el nombre de El Mineral de San Joaquín; asimismo, se fijó una nueva división política de la entidad, con dieciséis distritos electorales, seis municipios y diez delegaciones.
Se llevaron a cabo diversas obras de mejoramiento urbano, tanto en la ciudad de Querétaro como en Amealco, Cadereyta, Tolimán, Colón y Jalpan. Se tendieron líneas telefónicas entre varias localidades pequeñas, se mejoraron y construyeron escuelas y mercados.
Una medida que dio gran popularidad a Perusquía fue el indulto o perdón de todos los reclusos que hubieran observado buena conducta en la cárcel y de todos aquellos reos que no hubieran cometido faltas graves.
La educación era una de las grandes preocupaciones de Perusquía. Por ello, envió fondos a varios municipios para que sus escuelas no fueran clausuradas; instituyó becas para la formación de maestros; estableció -en la biblioteca pública- un departamento especial para señoras y señoritas y, a través de la Secretaría de Fomento de Instituciones Diversas, logró la publicación de folletos instructivos sobre temas de agricultura, ganadería y horticultura.
Durante su Gobierno se inauguró el tren México- Guadalajara, que pasaba por Querétaro, beneficiando tanto el transporte público en general como el de los productos industriales y comerciales. Mostró gran preocupación porque los caminos se mantuvieran en buenas condiciones y se repararan en forma continua las principales rutas. Lo mismo hizo respecto de las líneas telefónicas ya existentes.
También Perusquía dio mucha importancia a la salubridad, ya que el estado había sido azotado por varias epidemias y volvió a poner en servicio el Consejo Superior de Salubridad de Querétaro y estableció un Plan de Salud. Sin embargo, todas estas medidas no pudieron evitar que durante su mandato, en marzo de 1919, aparecieran en el estado brotes de influenza española. El padecimiento causó gran mortalidad, pero fue rápidamente controlado. El Hospital Civil, sito en Santa Rosa de Viterbo -que desde 1915 se había convertido en Hospital Militar-, volvió a ser habilitado como centro sanitario para toda la población, conservando todo el instrumental, ropa y enseres que poseía. Para ayudar a los sectores más pobres de la población, Perusquía consiguió que los hacendados donaran, durante un año, cien litros de leche diarios, y que la fábrica El Hércules regalara cincuenta piezas de manta para confeccionar sábanas.
Cuando en 1917 -debido a inconvenientes en el abastecimiento de algodón- la fábrica El Hércules se declaró en paro, el gobernador intervino obligando a que se pagaran los sueldos a los tres mil obreros de dicha fábrica.
Estos mismos obreros, que formaban un sindicato fuerte y estaban muy politizados, obligaron al gobierno a crear la Junta Central de Conciliación y Arbitraje. Asimismo, s creó en 1918 la Comisión Agraria Mixta, que se encargó de resolver diversos problemas ejidales. Ahora bien, este fue un mal año para el agro y se perdieron cosechas. Para remediar el hambre que amenazaba a los campesinos, Perusquía hizo llevar un tren con seis carros de alimentos que se vendieron a los pobres, en el mercado de La Cruz y en varios municipios, a precios muy accesibles.
Transcurrieron así dos años de constantes mejoras para el estado de Querétaro, dos años durante los cuales Ernesto Perusquía logró nivelar las finanzas del estado y sacarlo adelante.