DESDE LOS BALCONES
Mañana, martes 17 de diciembre del año 2019, estará frente a un Juez de Texas, el ingeniero Genaro García Luna, ex titular de varios cargos en la esfera de la investigación política y policíaca, todos dentro de la esfera de la proverbial Secretaría de Gobernación del gobierno de México, a lo largo de varios sexenios.
El ingeniero García Luna es el primer titular de la para él creada Secretaría de Seguridad Pública, paralela a la antigua secretaría de gobernación y lo mismo que a la Procuraduría General de Justicia de la República.
La nueva y recién fundada Secretaría de Seguridad Pública, no necesito de ninguna autonomía propia, para erigirse y alzarse con un gran poder casi absoluto, frente al resto de los poderes del Estado Mexicano.
¿Qué fue lo que detonó y creo este poder tan misterioso y decisivo, revestido de legalidad y reconocimiento hasta en las esferas internacionales? Fueron los procesos convulsos y emergentes en que participara la derecha, procesos que favorecieran el derrumbe de su economía pública y mixta, para entrar en una etapa privatizadora, en realidad trasnacional, bajo cuyos mecanismos el valor y el poder del narcotráfico se entronizaron y para ello requirieron de un control nacional policíaco que “hegemonizara” al lado del Estado, a ese poderoso elemento catalizador del narcotráfico.
Dos gobiernos de la república, como en el fascismo, sucesivos crearon a este personaje y dentro de él y al margen del mismo a esa Secretaría de Seguridad Pública, mitad policíaca, mitad civil, para que pudiera caminar entre las poderosos de los dos entes tradicionales de las Fuerzas Armadas: el Ejército y la Marina de México; en realidad una fuerza policíaca experimentada y probada a lo largo del tiempo en los bajos fondos de la represión.
Algún día se conocerán los pormenores de este experimento para policíaco, a la manera como operaran antaño en diversos países al sur del Río Suchiate y hasta la distante Patagonia.
Mañana, ese enigmático personaje comparecerá con otro uniforme y quizá encadenado de pies y manos, frente a un Juez texanos, de EU, para hacerle saber los cargos de que se le acusa y que comprometen la seguridad del derecho internacional a través del soborno y complicidad en el ese vasto comercio ficticio que tanto agudiza los ciclos de crisis del capital mundial.
¿El ingeniero Genaro García Luna tendrá más espectadores interesados en nuestro país que en los EU? Eso no lo sabemos, pero los círculos emergentes de la derecha y del centro de la política nacional sin dudas que se estremecerán y seguirán atento el desarrollo de este mayúsculo proceso internacional de uno de los más enigmáticos cabecillas que han pululado en el Valle de México, alumbrado por los reflectores que le dieron luz y sombra de dos Presidentes de la derecha, en realidad tres, el último de los cuales le permitió institucionalizar una especie de fideicomiso pluripoliciaco sui, como no lo tuvieron ni Colombia, ni España y, que, en México se intentara y materializara con alguna cristalización sofisticada, todo en las manos y bajo el control de las fuerzas que auparon el poder de este misterioso y oscuro personaje, salido de las infanterías de la vieja investigativa represiva mexicana.
Mañana será el día esperado, poco anunciado, en que el mundo civil y el del hampa se junten para enterarse de lo que ahí suceda, al menos en apariencia.
¿Qué pasos en falso y qué procesos equívocos y contradictorios, hicieron caer a Genaro García Luna y a sus aliados ausentes, en una situación de algo parecido a un juicio internacional? No lo sabemos y acaso nunca se sepa a cabalidad. Pero esto empezará mañana, después de transcurridos más de 18 años de poder oculto y omnímodo.
¿Qué hizo necesario que acontecieran las cosas de ese modo, sin que al decir de algunos no les constaran los hechos, ni los sucedidos sangrientos del caso?