FERNANDO VENEGAS RAMÍREZ
Al iniciar el segundo año de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, el delegado de programas federales Gilberto Herrera Ruiz advirtió que “éste no es un gobierno más, sino una forma de gobernar diferente, de trasformación y grandes cambios en donde una parte de la sociedad se siente afectada en sus intereses y otro sector beneficiado o con grandes expectativas” porque antes se hacían grandes negocios con todo: la basura, el agua, el transporte, la tierra y la educación.
A través de Radio y TV UAQ, entrevistado por el conductor Marco Antonio Lara, también colaborador del periódico PLAZA DE ARMAS, resaltó los paradigmas de este sexenio: austeridad, lucha contra la corrupción y atención a los sectores más desprotegidos de la sociedad, a diferencia de los tiempos anteriores en donde se combinaban política y delincuencia para hacer negocios. “Teníamos una clase privilegiada. Se entraba al gobierno por “palancas” en busca de riquezas”.
Había en México dos formas de hacerte rico, mientras hace muchas décadas era el esfuerzo. “Ahora la forma era meterte a la política o a la delincuencia. Y los que se hacían más ricos eran los que combinaban ambas actividades. Un delincuente protegido por la cúpula política y el gobierno que hacía negocios con la delincuencia”.
Hoy vemos, señaló, que frente a los programas de austeridad, hay entes autónomos que se han amparado para evitar la reducción de sus salarios.
El gobierno de López Obrador está orientado hacia la gente más desprotegida y el impulso a la educación, por eso ha habido una redistribución del dinero. El presupuesto federal no ha bajado. Ha aumentado, pero orientado a que vaya a la gente sin intermediarios, que eran los gobernadores y presidentes municipales, con la respectiva sustracción de lo mismo.
Es una decisión importante que yo veo muy benéfica, dijo el también senador con licencia Gilberto Herrera Ruiz, al recordar que “las estancias infantiles generaban negocios. La basura se hizo un negocio. El agua también. El transporte público. Y no se diga la cuestión de la tierra. El patrimonio social de tanto ejidatario, en el que no le ha tocaba nada y otros se han enriquecido”.
A un ejidatario, denunció, le están comprando entre 30 y 300 pesos el metro cuadrado, que se vende a tres mil y ocho mil después. En qué país hay un negocio en el que sin hacer mucho, simplemente por los contactos y los negocios con los políticos, se logran ganancias de 10 veces la inversión.
Respecto a sus recorridos por las comunidades, afirmó “hemos andado en la Sierra y en todas las zonas de alta marginación del estado. Con el programa La Escuela es Nuestra. Ya no es el programa Escuelas al 100, en donde va el gobernador a donde hay muchos votos. Se trata de apoyar planteles en zonas de alta marginación y que están en el abandono”.
Aquí, en la capital, agregó, hay esperanzas de estudio. Allá, en los municipios serranos, está todo lejos y las escuelas son de palitos.
Con el nuevo programa de AMLO, les entregan a los padres de familia 350 mil, 500 mil pesos, para que ellos decidan en qué se invierten. Pueden ser libros, equipamiento, instalaciones, deportivas, mantenimiento o construcción de aulas. Ese es el gran secreto. La gente se reúne, acuerda, participa. “Tenemos mil 460 escuelas catalogadas. Y mil 300 que empieza en enero. Con 150 millones de pesos”.
Finalmente hizo un contundente señalamiento: la Reforma Educativa no ha llegado a Querétaro. Hay alumnos de preparatoria que tienen conocimientos de secundaria. Y de secundaria con conocimientos de primaria y niños de tercer grado que apenas están aprendiendo a leer. Ahí sí nuestros diputados que tanto votaron y defendieron la Reforma Educativa que pasen por las escuelas. Aquí mismo en Los Héroes, el nivel educativo es bajo. Hay un largo trayecto para cambiar”.