ENERGÍA Y MEDIO AMBIENTE
Segunda Parte
Hemos dicho que la ecología política urbana (EPU) es una disciplina que permite un enfoque multidisciplinario para el análisis socioambiental de los asentamientos humanos y que el presupuesto básico de la EPU, sostiene que la población creciente de las ciudades generará impactos ambientales globales y, considera a la urbanización como un proceso que origina muchos de los impactos globales en el mismo sentido, otros autores consideran que las ciudades son, en esencia, la transformación de un medio ambiente biofísico en un medio ambiente construido y, a partir de esta premisa, proponen un análisis histórico de los cambios en el mismo, tanto en ciudades primarias como en ciudades contemporáneas, en donde identifican tres impactos principales:
1. El impacto por el diseño urbano, el cual, ha generado patrones para las sociedades urbanas y ha definido diversas relaciones con el medio ambiente biofísico, y por ende, tanto el diseño físico como la construcción de la ciudad, se presentan como reflejos de discursos socioambientales, que articulan temas sociales de poder.
2. El impacto por enfermedades que, con la emergencia y el crecimiento de las ciudades, y la densidad poblacional, se convirtió en un factor crucial en la propagación de las enfermedades tanto por el contacto directo, como transportadas en el aire, el agua, los insectos y otros vectores.
3.Y finalmente, el impacto por los controles de contaminación que se promovieron a inicios de la revolución industrial, lo que generó un giro profundo e irrevocable de las relaciones humanas con su medio biofísico. A partir de tales controles de contaminación y de protección del medio ambiente se instalaron en la sociedad ciertas preocupaciones nacionales e internacionales que, que permitieron la emergencia del movimiento medio ambiental moderno y dieron paso a las acciones políticas urbanas.
Justo es en lo urbano, que la transformación metabólica acelerada de la naturaleza, se vuelve más visible, tanto en su forma física como en sus derivaciones socioambientales, por eso, las áreas urbanas requieren una investigación sobre sus aspectos sociales, ambientales, económicos, culturales y políticos.
Hoy en día se asegura que “nos hemos convertido en una especie urbana”, es decir, la ciudad es una parte integral de la naturaleza y lo natural está íntimamente entrelazada dentro de la vida social de las ciudades.
La dialéctica ciudad-naturaleza se puede considerar como un sistema ecológico donde se expresan una cantidad medible de inputs y outputs medioambientales. Así, la actividad humana en las ciudades es profundamente dependiente de varios inputs (energía y agua) y genera también varios outputs (residuos). Ahora se vislumbra que “el mundo se encuentra en un estado de metabolismo perpetuo, donde procesos naturales y sociales se combinan en contextos históricos y geográficos específicos”, dando como resultado socionaturalezas producidas o naturalezas históricas compuestas por elementos biofísicos, económicos, políticos, sociales y culturales.
Las ciudades como proceso urbano, ya no se establecen, sino que cambian constantemente y se ven impactadas por procesos de emergencia como la aceleración y compresión. Las manchas urbanas se han esparcido a un ritmo más acelerado que el crecimiento de su población; conllevando una reducción de la densidad, un déficit cuantitativo, distributivo y cualitativo de áreas verdes y espacio público, una considerable segregación socio espacial e injusticia social, así como un aumento de la vulnerabilidad frente al cambio climático.
En Querétaro, hasta el 2030, serán los últimos de crecimiento poblacional del estado, y que traerán consigo procesos de urbanización significativos. Luego de estos años, principalmente la zona metropolitana de Querétaro alcanzará un equilibrio estable en el que las ciudades dejarán de crecer. A partir de ese momento, el problema no será el de cómo crecer, sino de cómo regenerar y mantener la infraestructura y tejido urbano.
Se ha definido como Ciudades Emergentes a aquellas que tienen un crecimiento poblacional y económico positivo por encima del promedio nacional y que tuvieran una población de entre 100 mil y 2 millones de habitantes. Pero estos aspectos sólo dan cuenta del incremento en el número de interacciones y la cantidad de elementos que interactúan, para producir la complejidad y la emergencia. Ahora también toca lidiar con otros temas, más no propiedades emergentes, como la inmigración, los adultos mayores, equidad de género, ciudades inteligentes y el abasto de la energía y agua.