DESDE LOS BALCONES
A pocos observadores escapa, otros lo disimulan, que el problema social e histórico de Bolivia, es una cuestión conflictiva regional que abarca directa e indirectamente a varios países sudamericanos y que esto no empieza, ni acabará con la simple deposición de su gobernante Evo Morales Ayma.
Lo que expresan las fuerzas conservadoras en México, tiene poca o nula significación, como no sea el constatar el retraso ideológico, político en que se mueven, como cuando acudieron, tardíamente, a recurrir a la estirpe de los Habsburgo, para que viniera en su auxilio, cuando ya estos mismos estaban en repliegue total y en plena decadencia en toda Europa y hacia todas y cada de las fronteras de la conflictiva internacional de entonces, que iba a desembocar en el ascenso de los fascismos y el nazismo, sumado a la pérdida de influencia de el propio Vaticano.
Bolivia esta al centro de Sudamérica, pero a su alrededor Sudamérica se cimbra y estremece, en Brasil principalmente; pero luego en el Perú, en Ecuador, Chile ni se diga, y le sigue el resto de esas naciones que ya han pasado por episodios, a su turno de lucha social.
Digámoslo en breves términos. Bolivia pude desbordar fácil y prontamente los marcos de la camisa de fuerza con que la quiere asfixiar algún segmento o todos juntos de sus capas oligárquicas.
Evo Morales Ayma, es sólo el factor político más visible con las masas populares, sus indígenas por delante, que no aceptarán un nuevo régimen oligárquico fragmentario y parasitario como lo han sido siempre.
Bolivia no camina sola con exclusividad histórica alguna, es toda Sudamérica la que se encuentra resquebrajada por el saqueo externo y la crisis mundial a secas; tal y como ese puñadito de oligárquicas cree haberse favorecido con el retroceso social y político de Brasil, por caso; y al igual que Chile, no ha podido reponerse del trauma Pinochetista y lo que le sigue. Bolivia acusa la doble presión de Brasil sobre todo, más las transformaciones que tarde que temprano sobrevendrán o estallarán, tal y como lo vemos en Cochabamba, por hablar de una región indómita e indígena, sin que se vea todavía la irrupción de la fuerza del universo minero, como en otro tiempo se manifestaron en Catavi y Oruro, etc.
Es como considerar, entre nosotros, los mexicanos, que los ataques, de esa misma canalla lumpenesca, a la UNAM, es un mero episodio reducido a Ciudad Universitaria y que el silencio sepulcral de todos los universitarios del país, constituye todo un desentendimiento político de los propósitos con QUE la derecha pretende atacar a la enseñanza pública superior en todo el país, para hacerla suya.
La historia del colonialismo y del neocolonialismo de todo tipo, empezando por lo cultural y sus procesos de suplantaciones morales y espirituales no acaba de empezar; esto mismo, de otra manera se ve en las calles y en la vida de más de 11 millones de bolivianos, digamos lo que digamos o dejemos de decir por conveniencias inmediatistas. CUIDADO CON BOLIVIA, CUIDADO CON LAS UNIVERSIDADES PUBLICAS EN MEXICO, CUIDADO CON LAS AGRESIONES Y LAS VERBALIZACIONES DE LA DERECHA INTERNACIONAL Y EN NUESTRO PAÍS.