GOTA A GOTA
Hay que reconocer que la presente administración ha respetado los espacios culturales, aunque en condiciones precarias dada la estrechez de los recursos financieros que nos remite al mantenimiento deficiente de los inmuebles, despido de personal… ¿Qué ha faltado? Hasta donde puedo observar, una ausencia de política editorial. Explicable tal vez en términos de poco amor al libro, a diferencia de administraciones anteriores que destacan por la creación de un fondo editorial en el orden estatal y la publicación de documentos identitarios en el orden municipal, como aquella que coordinó el entusiasta Miguel Ferro en los tiempos de Roberto Loyola.
No olvido en cambio, el logro plausible de la apertura del Museo de Arte Contemporáneo ubicado en el ex-convento del convento de la Cruz. Con una salvedad: carece de una colección. ¿Por qué? Lo ignoro. Pero que quede claro: sin una colección, no pasa de ser una galería de exposiciones temporales. ¿O es que no hay artistas queretanos, que vivos o muertos, merezcan una presencia? Pienso que sí. Desde los ya históricos, tan notables como Abelardo Ávila hasta los jóvenes en plena actualidad: como Gustavo Pedraza, Ramsés de la Cruz… y otros muchos. La colección puede formarse con adquisiciones, convenios en comodato por un largo tiempo, o donaciones. De no conseguirse todo quedará en un hermoso cascarón.
He sabido de otras aperturas. Pero en la página oficial de la dependencia responsable, no aparecen. ¿Cuál es, pues, el legado que nos dejan a los queretanos? Recuerdo legados de los años recientes y no tanto. Algunos de ellos, sobresalientes: la atención que merecieron las misiones de la Sierra por parte de Rafael Camacho, el Museo de Arte que favoreció Mariano Palacios; la adquisición de valiosos acervos hemerográficos, publicaciones conmemorativas y apertura del Museo de la Ciudad, entregado al Municipio gracias a Enrique Burgos; el Centro Cultural ‘Gómez Morín’ obra de Ignacio Loyola, el Centro de Convenciones con sus teatros de Francisco Garrido aunque concluido por José Eduardo Calzada; el Centro Queretano de la Imagen promovido por éste último… y la tarea de rescate y conservación de Jaime Font.
Hay que dejarlo en claro: elevar una Dirección a Secretaría no es conceder a la gestión cultural una mayor importancia. Es sólo una decisión burocrática hasta cierto punto banal.
Cuáles son las asignaturas pendientes. De eso me ocuparé en la siguiente entrega.