DESDE LOS BALCONES
No se puede oponer lo delincuencial inopinado a lo político y menos, a lo militar del modo que sea.
Está visto que los grandes rentistas de la tierra, en Sinaloa y del resto del país, quisieron topar al gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador, de la única manera que lo han ensayado en otras latitudes latinoamericanas, con lo más aventajado del delito social: la economía negra poderosa, altamente capitalizada, bien armada y pertrechada, enfrentada a la fuerza pública.
Pero AMLO ha marcado otra perspectiva y otros métodos, como forma de trabajar lo social y lo político: el contacto con las masas populares del país, desde posiciones del bienestar social, desde donde se apoya a los jóvenes, a los profesionales de la medicina, atendiendo las más amplias necesidades populares hasta donde alcancen los recursos del Estado.
No es la fuerza, ni la violencia contra las masas, contra los grupos antisociales o no; es el paciente e incansable trabajo político, el lenguaje sencillo, las fórmulas simples, ayudar a las masas hasta más no poder.
¿Qué tiene enfrente AMLO? ¿Con qué lo quieren enfrentar? Con el desgaste fascista, con la confusión y la intimidación, pero no es ni será suficiente mientras los enclaves pasivos de las entidades federativas, estén a la expectativa, a la espera del desquebrajamiento social, del cansancio social y político, ignorando algo fundamental: AMLO viene trabajando desde lo más profundo del país contra el saqueo bárbaro y la utilización clientelar del Estado Político, ya sin el adjetivo al que estuvo adherida la burguesía.
Colombia, por ejemplo, reclutó a los paramilitares de los estratos marginales de la droga, del despojo de las tierras y del desplazamiento campesino y de la canalla urbano policíaca, etc.
Pero esa experiencia ya también fracasó en México, en el pasado se echó mano de uno de esos instrumentos, el general Oscar Naranjo, en México fue un estorbo, un ornamento inútil y una muestra de total incapacidad política de parte de quienes pretendieron usarlo aquí.
Culiacán, ciertamente, presenta una fisonomía social y política especialísima. ¿En qué radica esa especificidad? En 1970, Culiacán fue una capital de provincia con poco más de 80 mil habitantes, hoy sobrepasa quizá el millón 200 mil habitantes; está al centro del enorme valle de once ríos que bajan de la Sierra, con gran productividad, con grande exportación de productos de la tierra y bajos precios de producción que contrastan al alza con los precios de mercado. ¿Con que sobreviven las capas medias de Culiacán y las de Mazatlán, del Fuerte, de Guasave, de Mochis, de Mocorito, Huamúchil, etc.? Viven y trabajan con las sobretasas de la renta de los distritos de riego, de la propiedad de la tierra, amortiguada esa valorización con las extensiones ejidales cultivas en desventaja diferencial con quienes pueden invertir en grande en la agricultura capitalista.
Esos poderosos intereses estancados, atapados en sus plus rentas y una que otra plusvalía complementaría; pero así y todo, no puede haber eternidad agraria apropiativa de renta dependiendo de las fluctuaciones del exterior. Y eso que Sinaloa es una de las entidades con más pujanza económica, pero con una reproducción ampliada reducida, que no tiene más salida que la parcelación si acaso, y un regionalismo vasto, vibrante que hoy esgrime el delito y la confrontación política. ¿Qué piensan los que dominan esa economía? Escocia e Irlanda, en los albores del capitalismo inglés, ofrece una experiencia frustrante; lo mismo Ucrania y hasta podríamos invocar a la potente agricultura de Alta California y la propia actividad inmobiliaria de Florida en EU.
Por eso se tiende aislamiento social y a la exaltación localista placentera de Sinaloa, de la que tan satisfechos se muestran los sinaloenses, algunos de ellos mis amigos, de otro tiempo, de una época casi fenecida al igual que nosotros.
Entonces, ¿para qué la provocación social, las armas y los rifles modernos, las camionetas, los hoteles, las playas y el consumismo de todo tipo? EL DORADO SOCIAL NO EXISTE. HUBO BARRUNTOS DE ELLO. EL CAPITALISMO MUNDIAL VIENE DE CAIDA, DE REGRESO A ENCONTRARSE EN ESOS VALLES SIN INDUSTRIA, CON LA SIERRAS INCOMUNICADAS Y CON UNA MASA RURAL ESPESA A LA ESPERA DE OPORTUNIDADES.
Por eso el Ejército y la Guardia Nacional no se les enfrentó a la manera calculada que se quería, para luego rematar con los medios de comunicación y dizque el azoro mundial de lo acontecido, celebrado hasta en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión; gritos y desgarramiento de vestiduras, pero nada más, no saben hacer otra cosa y así quieren topar con uno de los gobiernos más genuinamente populares, el de AMLO.