ALHAJERO
Olga Sánchez Cordero no esperó a que le restregaran las burlas y las críticas de que ha sido objeto –ella y la propia Secretaría de Gobernación que encabeza– a lo largo del año transcurrido.
Desde su presentación en la tribuna, sin que mediara pregunta alguna de los senadores, la ex ministra de la Corte salió a defenderse: tuvimos una reducción “abrupta” del presupuesto por el traspaso de funciones a otra Secretaría, pero la Secretaría de Gobernación mantiene sus funciones “sustantivas”.
-La política migratoria –“quiero ser enfática en ello”- es y seguirá siendo función de la Secretaría de Gobernación. La ley no ha cambiado, ¡ni va a cambiar!
Lo de la coordinación intersecretarial que encabeza la Secretaría de Relaciones Exteriores –añadiría- no meramente una “coyuntura singular”. Nuestra relación (entre la SRE y Segob) es “permanente y cordial”.
Sánchez Cordero aseguraba: “La Secretaría de Gobernación no ha sido disminuida. Está más fuerte que nunca”.
Ese fue el arranque de la comparecencia. ¡A la defensiva por completo! Asegurando que no está enclenque ni está de florero.
Uno hubiera pensado que se vendría una lluvia de críticas –de por sí están “renunciando” a doña Olga desde antes que ocupara el Palacio de Cobián y peor aun cuando se vino la crisis migratoria–, o al menos la mirarían con cierto escepticismo, pero ocurrió exactamente lo contrario.
Lo que sucedió luego, en las cuatro horas que duró la comparecencia, fue una lluvia de reconocimientos que culminaría con un fuerte aplauso de los legisladores al pie de sus escaños.
Beatriz Paredes sería una de las primeras senadoras en abrir paso a las muestras de apoyo: “La fuerza no radica en el poder burocrático, sino en la autoridad. Y a usted le sobra autoridad moral”, diría la ex gobernadora de Tlaxcala y primera mujer, a su vez, en responder un Informe presidencial.La intervención de la priista llevaría, además, a la comparecencia de Sánchez Cordero uno de los cuestionamientos más fuertes que se escuchó en el salón de sesiones: el de la Ley Bonilla.
Paredes advirtió del “tufo separatista” en Baja California y pidió cuidarse del “cinismo” y de las tentaciones de “un gobernadorcito que pude creerse un pequeño presidente”. A lo que doña Olga respondió tajante: “La Ley Bonilla es inconstitucional. Punto. ¡Lo sostengo!”
La panista Kenia López –así como Patricia Mercado de MC, Verónica Delgadillo del PES, y prácticamente todos cuantos subieron a la tribuna- daría el aldabonazo a los reconocimiento s con un “Hemos esperado 194 años para una secretaria de Gobernación. La necesitamos fuerte, empoderada…” En suma, la ex ministra parece tener más apoyo de las fuerzas opositoras que de las huestes de Morena (que ansían su posición).
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