EL CRISTALAZO
Muchas son las cosas incomprensibles en el voluntarista intento de lograr una transformación nacional por medios administrativos y de control político, sean como sean, resulte como resulte o tal como decía la canción aquella: “…salga lo que salgare…”
En ese intento de transformar la realidad mediante la pronunciación de un ensalmo, como por ejemplo, forestar lo deforestado mediante el “mantra” de ir sembrando vida, sin más ni más, con la pretensión de arraigar a los hombres en su tierra natal, mediante oportunidades de empleo, producción y riqueza, del tamaño como ésta se logre y sin importar cuánto tiempo se necesite.
Los anhelos se logran nada más por el hecho de repetirlos. Es la palabra creadora, el soplo divino.
Pero mientras ese sueño o delirio (cada quien escoge) se logra, hay una realidad inevitable y penosa: el sostén de millones de personas se origina en los Estados Unidos en condiciones penosas de discriminación y ahora hasta de odio declarado, sin la mínima intervención de un Gobierno tan expulsor como los anteriores, pero cuya conciencia se alivia con el homenaje al heroísmo de los fugados por su aportación a una economía medianamente estable.
Por eso, entre las muchas cosas incompresibles de nuestros días, se registra esta loa al desarraigado y a sus “benditas” (como las redes sociales), remesas económicas, superiores a la desastrosa condición de nuestra antaño salvífica industria petrolera. “Los dólares que envían los connacionales a México —dice La Jornada—, representan una bendición; sin embargo, lo deseable es que ningún mexicano tuviera que irse por necesidades económicas, sino por voluntad, sostuvo el Presidente…
“…llegaban a irse hasta 500 mil por año en el periodo neoliberal. Lo que queremos es que se pueda desarrollar nuestro país y la gente no se vea obligada a emigrar…”
Pero más allá de tan noble propósito por retener a los hombres en la patria; La emigración ha disminuido por el cierre de la frontera del norte mexicano, no por la bonanza de una economía con crecimiento cero, cero (maromero).
Informa el Banco de México:
“Martes 3 de septiembre de 2019.- El ingreso de divisas por remesas sumó, entre enero y julio pasados, un monto histórico: 20 mil 524 millones de dólares, incremento de 7.45 por ciento en comparación con el mismo periodo de 2018…
“En particular, en julio pasado las remesas familiares fueron de 3 mil 270.3 millones de dólares, crecimiento anual de 14.4 por ciento y cifra mayor a la estimada por analistas, quienes situaban el aumento en 3 mil 17.1 millones.
“Los pasados tres meses esos envíos han superado la marca mensual de 3 mil millones de dólares, lo cual sugiere un continuo soporte de estos flujos para impulsar el consumo privado en el país, mismo que se ha desacelerado ante un menor ritmo de actividad económica y una elevada incertidumbre, entre otros factores.
“En ese sentido, las remesas acumuladas en los últimos 12 meses, de julio de 2018 al mismo mes de este año, se ubican en 35 mil 99.6 millones de dólares, nuevo máximo histórico que supera los 34 mil 687.3 millones al cierre de junio anterior, de acuerdo con analistas de la Casa de Bolsa Banorte.
“La dinámica de las remesas sugiere que los migrantes mexicanos han renovado sus esfuerzos por incrementar el apoyo a sus familias, a pesar de la moderación de la actividad económica tanto en Estados Unidos como en México, añadieron.
“En nuestra opinión, esto sigue estando impulsado por la incertidumbre asociada con la mayor posibilidad de deportación, sobre todo de los trabajadores indocumentados.
“De esta forma, la fortaleza y estabilidad de las remesas probablemente continuará apoyando el crecimiento del consumo, que sigue siendo el principal motor de crecimiento del producto interno bruto”.
Pues sí, en estas condiciones cómo no va a bendecir el Ejecutivo este volumen enorme de dinero, más allá de los tropiezos de las políticas públicas vigentes. Es una especie de maná de los caminantes.
PORFIRIO
¿Cuál de los dos Porfirio será el admirable diputado a quien sujs compañeros despiden de la mesa directiva con aplausos y vítores, como si fuera un torero con rabo y orejas?
Quizá sea quien vociferaba hace unos días sobre el peligro de darles alas a los alacranes cuya ponzoña hará peligrar la IV-T. O mejor, quien se retira por la tarde tras afianzarse con uñas y dientes a una presidencia efímera, por la mañana.
Como sea, en este caso el “Porfiriato” —en su fase reeleccionista—duró únicamente 48 horas.
Hemos escuchado, todos, el canto del cisne.