DESDE LOS BALCONES
El Senador de la República, ha dejado de ser el depositario y la reserva política del Estado Mexicano; se decía de él antaño, que era y fue un reservorio de viejos intereses, casi siempre conservadores.
¿Qué ha sido más recientemente, de Miguel de la Madrid a la fecha? Un órgano constitucional del poder en turno, encargado de vender, de entregar y de destruir la Reforma Agraria, el IMSS, los ferrocarriles, Pemex.
Después de los prolegómenos del Tratado del Libre Comercio y la firma del mismo, después de la aceptación y tramitación del Fobaproa, después de las reformas a la Ley Federal del Trabajo, (outsorsing de por medio) el Senado recibió a los cabilderos interesados en las mejores concesiones del subsuelo marino del Golfo de México.
Muchas cosas y personajes menores han pasado por el Senado de la República, desde el famoso Queretano Diego Fernández de Cevallos, hasta el yucateco de triste y sucia fama, Emilio Gamboa Patrón. Con eso quedaría dicho todo o nada, según se quiera ver y aceptar.
¿Cuántas veces han sido Senadores los que alguna vez lo fueron, después de una primera vez? Don Manuel Moreno Sánchez, aquel destacado intelectual y político opositor de Díaz Ordaz, sólo en una ocasión fungió como tal y jamás abdicó de su postura revolucionaria como inteligente crítico social y excelente articulista.
El profesor Enrique Olivares Santana, ex gobernador de Aguascalientes, viejo maestro y dirigente de su gremio, serio, conciliador, jamás actuando fuera de sus casillas y cordial con amigos y adversarios, hombre mexicano de pies a cabeza y conciliador como pocos, sin enemigos.
Por primera vez, al Senado de la República, llega una gran mayoría de senadores provenientes de una de las más grandes corrientes populares, encabezadas por el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador y con él, otros hombres procedentes de todas las estructuras sociales, de todos los estratos y hasta de todas las orientaciones sociales. No todos Senadores de Mayoría, hay varios de ellos plurinominales; otros repetidores por segunda y tercera vez en el cargo; pero hacen una mayoría aunque no del todo ideológicamente homogénea, hasta parte de la derecha logró colarse por ahí y eso tiene sus reflejos contradictorios ahora.
No hay mucho que decir de la integración actual del Senado de la República, donde se refugian, plurinominalmente, los representantes del régimen más corrupto que hasta ahora ha padecido el país, sin que den muestras de rectificación alguna.
Lo más negativo de todo, es que ahí mismo, dentro de esa gran mayoría se propicien campañas de división interna, de seco y estéril futurismo en ese semidesierto político parlamentario.
¿Qué otros funestos episodios esperan a este nuevo y mayoritario Senado de la República? Nadie lo sabe, frente a un muestrario de fácil triunfalismo y nula preocupación revolucionaria de verdad. Ojalá estuviéramos equivocados y todo fuera, fuego de paja seca. Por todo ello, no hay para que alargar estas líneas escritas para El Periódico “PLAZA DE ARMAS” de Querétaro.