DESDE LOS BALCONES
Todavía no permea lo suficiente, ESO que está gestándose en México, a partir de la ruptura política entre los miembros de una clase que acaba de irse y algunos miembros de la clase media, recién ascendidos al protagonismo de la vida del Estado Mexicano.
Pudiera ser que alcance protagonismo histórico el caso de Rosario Robles Berlanga, recién declarada sujeta a juicio y detenida en una cárcel mexicana.
Esto es distinto a lo acontecido a Elba Esther Gordillo, nada qué ver con don Joaquín Hernández Galicia, o los diferentes casos acaecidos en México, como el de Jorge Díaz Serrano, poderoso director de Pemex y luego preso, sin que pasara a mayor cosa.
El caso de la Ex secretaria de Sedesol y Sedatu, puede pasar a mayores. ¿Por qué? Por ser quizá el eslabón más débil de la cadena de un régimen que acaba de fenecer, pero que lucha de mil maneras, porque todo lo realizado no pase de expedientes penales a medio empezar y luego se desvanezcan.
Todo indica que esto no va a ser así. ¿Por qué? Porque detrás de estos despilfarros millonarios públicos, se encuentra la violencia social y la inseguridad, cuestión a la que estaban destinados esos programas, durante varios sexenios, sin que los recursos alcanzaran la finalidad que se propusieron.
Si algo caracteriza a los gobiernos tecnocráticos, entre ellos a los de la derecha de bajo y alta tonalidad, es el despilfarro de los dinero y los créditos públicos durante varios sexenios; el de Peña Nieto, el que más, no porque sea más o sea menos, sino porque se produce dentro de una coyuntura de crisis internacional del capitalismo en general y, dentro del hundimiento del subdesarrollo económico mexicano, echado a perder por estos abusos palaciegos y políticos de todo tipo.
¿Hasta dónde puede llegar al caso Rosario Robles? ¿Quién lo sabe? Habrá que analizar cuanto es el poder de resistencia y de oposición con que quieran jugar esos grupos en contra del Presidente Andrés Manuel López Obrador, de la manera como lo han venido haciendo hasta ahora, o cuanto es el poder de rectificación política de los mismos. Eso es lo que está en juego por lo pronto y a ello están convocados todos los gobernadores, los partidos políticos y quienes hayan tenido que ver con la trama financiera de apoderarse de esos dineros, al igual que lo hicieran con los recursos del petróleo y la cuantía desperdiciada de la deuda pública, que sobrepasa, acaso, los 200 mil millones de dólares y sus intereses al alza.
No es poca cosa el asunto Rosario Robles, como tampoco el de Lozoya Austín y lo que le siga. Pero una cosa es cierta, esto va increcendo y tal vez no todo pare sólo en un delgado expediente penal. Pero es mejor no adelantar vísperas, cuando apenas empiezan a tronar los cohetes del novenario político sexenal mayor del nuevo siglo XXI, que empezara con los “amigos de Vicente Fox”, por ejemplo y todo lo que después le siguiera hasta hoy. La historia no engaña, si acaso se equivocan algunos oportunistas con ella.