ENERGÍA Y MEDIO AMBIENTE
Las declaraciones de Julio Cesar Oropeza Ferret, Superintendente de la Zona Querétaro División del Bajío de la CFE, en tono de júbilo por que en el último año se registraron 35,000 nuevos contratos de energía, para dar un total de 855,000 (697,000 corresponden a la zona Querétaro y el resto a la zona de San Juan del Río), con lo que el estado se sitúa en el lugar tercero a nivel del país con mayor número de clientes, por arriba de las ciudades de Tijuana Baja California y el propio León, Guanajuato (más no de la entidad federativa de Baja California y Guanajuato). El Superintendente atribuye al dinamismo del sector industrial, de tal manera, que, según los registros, se están alcanzando contratos residenciales entre 2,500 y 3,000 y aumentando los contratos industriales en 181.Por otra parte, ello ha llevado también a crear más de 6 mil kilómetros en baja tensión que incluyen redes aéreas y subterráneas, mientras que otros 11, 757 Km corresponden a la media tensión. Así mismo, se instalaron 2 subestaciones de potencia (de acuerdo con el Informe 2018 de CFE, en el estado se contaba con 8 subestaciones) y 662 transformadores.
Los datos presentados, sólo confirman la tendencia al alza, que se registra desde el 2011, en donde la industria encabeza con un 67.1%, siguiéndole el domestico con 11.8% y el comercial aparece con 10.5%. Y que, conforme a la planeación 2018-2032 de CFE, se espera un crecimiento medio anual para la región Central de 2.6%. No obstante, no hay un solo proyecto de construcción de una central en Querétaro, pues la más cercana y reciente es la de Salamanca en Guanajuato y si a ello, agregamos que las perdidas en Tensión Alta para la zona del Bajío por causas técnicas y no técnicas es de 8.08%, mientras que en baja y media tensión es superior, alcanzando 10.24%, para ambos, (siendo mayor el porcentaje de pérdidas técnicas, que las no técnicas). Recordemos que en el presente año se tuvo una baja en el sistema que aíslo y dejo sin energía la zona de Santa Rosa.
Sin embargo, está ausente la información sobre la pobreza energética, que tal como lo apunte en el libro “Energía, desarrollo y medio ambiente en Querétaro”, para el 2018 se registraban 44 mil habitantes sin este servicio (La cobertura nacional de servicio de energía eléctrica, al cierre de 2017, fue del 98.64% del total de población, mientras que en 2016 fue de 98.58%.), y tampoco se habla de la dinámica de adopción de energías renovables.
Lo cierto es que como advertí en el libro citado, hay una ceguera para la inversión en el sector, (a pesar de que ya se creo el clúster de energía recientemente), que llevaría a reorientar en la zona metropolitana el uso del suelo para la instalación de parques solares y dejar atrás los desarrollos habitacionales. Y vuelvo a insistir que es una tarea pendiente los programas de transición energética de los gobiernos municipales y del estatal, y por supuesto, la pregunta clave es ¿cómo lograr la soberanía energética en el estado, para sostener el crecimiento industrial? En tanto el índice de independencia energética (relación entre la producción y consumo nacional de energía) ha venido disminuyendo a nivel nacional, es decir que hay menos producción que consumo. De tal manera que si consideramos una tasa anual para la zona Central de 2.6%, entonces la producción sería menor y en algún momento tendríamos apagones más frecuentes o insuficiencia para un crecimiento.
Lo único bueno del júbilo por el crecimiento de usuarios, es que, a mayor demanda, también se incrementa el uso de energías renovables, en el caso, en el sector doméstico con paneles solares, de donde se desprende la idea de que hay más racionalidad económica-energética en los simples usuarios que en los posibles inversionistas.
Las ventajas para generar energía solar, ahí están, sólo basta con promover y establecer una regulación estatal para su uso, que en mucho ayudaría a disminuir las emisiones de CO2 que hoy están muy elevadas.