EL JICOTE
La senadora panista Guadalupe Murguía presentó una interesante iniciativa para ampliar la participación ciudadana en los procesos legislativos. En las elecciones en Querétaro del 2015 el blog dialogo queretano presentó una solicitud semejante, la de ampliar la participación ciudadana, pero en el acto de entrega-recepción del gobierno. En El Jicote pasado transmití mi experiencia al respecto. Ni el gobierno saliente de José Calzada, ni el entrante de Francisco Domínguez nos vieron ni nos oyeron, y eso a pesar de que publicamos nuestra solicitud en los medios de comunicación y les enviamos cartas personales. Todo en tono respetuoso y atento. A ninguno de los dos les interesó, ni ser educados y responder, menos aún dar un ejemplo institucional de transparencia y rendición de cuentas. El Señor Gobernador Domínguez, en una especie de respuesta indirecta a la propuesta de ampliar la participación ciudadana en la entrega-recepción se comprometió a crear una Contraloría Social, hasta el momento no ha cumplido y sigue traspapelada la promesa. Quien sí respondió fue Marcos Aguilar, candidato triunfador a la Presidencia Municipal de la Ciudad, incluso organizamos una reunión pública en la que se comprometió a abrir la participación de los ciudadanos en la entrega-recepción. Durante dos o tres temas cumplió y los testigos sociales pudieron asistir a las reuniones, Después, y lo que sería un precedente de su actuación pública como Presidente, le pareció más conveniente que la participación ciudadana estuviera limitada a formar parte de la escenografía aplaudidora. Nos engañó y decepcionó. La propuesta de la senadora Murguía es reformar el Reglamento del Senado para impulsar la participación ciudadana en el proceso legislativo. Los beneficios a nuestra democracia son muchos, como señala la senadora Murguía: aumentaría la confianza en el parlamento, promovería decisiones más inclusivas y representativas; los ciudadanos contribuirían al reforzamiento de la inteligencia colectiva, Para mí, algo más importante y que puede ser toda una estrategia de la oposición. El priísmo no es exclusivamente ser miembro del PRI, es todo un genoma de la clase política nacional. Los militantes de Morena, muchos ex priístas, entre otros el Presidente de la República, traen grabadas en su naturaleza y en su disco duro algunas de sus nefastas prácticas del PRI, entre otras, el mayoriteo en las decisiones públicas; en más de una ocasión saltándose el debate o pasándolo por arribita. Es necesario, en todas las áreas públicas, impulsar seria y formalmente la participación de la ciudadanía, pasar de un gobierno mayoritario a un gobierno consensual. Que las leyes sean producto de una democracia deliberativa y no exclusivamente como resultado de una aplanadora partidista; un gobierno de persuasión y no meramente impositivo. En el próximo artículo expondré mi ponderación y diferencias a un proyecto legislativo realmente muy positivo.