CAMBIO DE RÉGIMEN
Este domingo se encontraron el Secretario de Estado Mike Pompeo, y el Canciller Marcelo Ebrard, como parte de la negociación que continúa en proceso con Estados Unidos referente al tema migratorio. Los 45 establecidos como marco temporal el 7 de junio, se cumplieron sin más fanfarria el 22 de julio; nuestro país ha sido serio en sus esfuerzos por atender el fenómeno migratorio y en efecto se han reducido el número de ingresos a Estados Unidos por nuestra frontera norte.
No es, ni será fácil mantener una relación certera con un gobierno como el de la actual administración estadounidense, no obstante, es imperativo reconocer el éxito de las gestiones que desde la Cancillería se han desplegado para asegurar que el país mantenga el curso de su propia política y convicciones. La reunión con el Secretario Pompeo, es indicativa de que continúan abiertos los canales de comunicación y que el tema migratorio se seguirá atendiendo según los parámetros mexicanos. Y no, como se continúa malinformando, bajo un esquema de Tercer País Seguro.
Más allá de la migración, el Canciller le planteó al Secretario Pompeo un tema fundamental: el tema del tráfico de armas. Esta tercera arista de las operaciones criminales, a menudo se obviaba en discusiones del crimen y la violencia fronteriza – se hablaba de drogas y se hablaba de trata de personas pero la trata de armas quedada relegada a un segundo plano. Como si no fuese una parte fundamental de las redes delictivas y como si no fuese también, la política estadounidense el eslabón más débil en la región en cuanto al control, distribución, posesión y venta de armas.
La relación bilateral con Estados Unidos versa en torno a mucho más que únicamente la migración indocumentada, y la frontera norte de nuestro país no es porosa únicamente hacia una dirección. Era hora que se pusieran sobre la mesa las exigencias de México también.