DESDE LOS BALCONES
La policía en la historia de todos los estados, juega un rol clave; pero sus misterios, sus prácticas ocultas y visibles no son fáciles de descifrar y menos, de explicar dentro de los intereses encontrados de la sociedad civil.
Intentemos otra vez acercarnos a la historia. ¿De dónde se reclutan y qué procedencia social tienen sus elementos? Entre la policía y la delincuencia común, además del fenómeno del crimen organizado, que se erige como una superestructura que linda entre los delincuentes y la policía, hay un trasvase, una doble intercomunicación compleja que permea a los aparatos estatales de arriba abajo.
Eugenio Francisco Vidocq es un personaje legendario que emergió desde los bajos fondos de la delincuencia hasta convertirse en el Jefe policíaco central en Francia. ¿Cómo logró esa proeza? Pues hallándose preso empezó a fraternizar con todo género de delincuentes y con la información que le proporcionaban, comenzó a escribirle a los jefes policíacos de su tiempo, interesados en descifrar este o aquel asunto criminal no fácil de encontrarle la madeja.
La historia del FBI y de la CIA, organismo policíacos y de inteligencia norteamericanos, son los dos casos más emblemáticos del mundo capitalista, por sus alcances internacionales y la forma como ambos se constituyeron y han evolucionado cada uno a su manera.
J. Edgar Hoover, Jefe del FBI por largos 37 años, de 1935 hasta su muerte en la década de 1970, antes jefe de una oficina de investigación desde 1924, es el personaje del que se ha escrito abundantemente y a la fecha, algunas de sus investigaciones siguen sin descifrar.
Los Carabineros y la DINA chilenos, son otro caso notable represivo de alcances continentales a través de la operación Cóndor y sus ciertas conexiones con la CIA en el golpe de Estado del Presidente Allende.
La triple AAA comandada por José López Rega, con alcances internacionales, fue otro instrumento de la represión institucionalizada y de la investigación política. Pudiera decirse que no hay policía en el mundo que pueda substraerse a la influencia y al control de los órganos poderosos de inteligencia norteamericanos, no sólo la CIA y el FBI; en el mismo plano internacional se mueven los órganos Israelíes del Mossad, creado en 1949, mismos que han podido penetrar en todo el Medio Oriente y Europa, por decir lo menos y realizar incontables acciones de inteligencia, acopio de información y acciones encubiertas propiamente dichas.
Nuestro Policía Federal, antes Federal de Seguridad, la primera dependiente por mucho tiempo de la PGR y la Segunda de la Secretaría de Gobernación hasta desembocar en una Secretaría de Seguridad Pública con facultades substantivas propias, para luego pasar a subordinarse a Gobernación, sin que a intervalos la policía judicial orgánica con la Procuraduría dejara de actuar y cuyas hazañas, de diversa índole y calibre, no hayan dejado una marca en el mundo policíaco mexicano.
Con estos órganos de seguridad e inteligencia mexicanos, a su lado actuaron otros poderosos instrumentos, principalmente en Distrito Federal, la famosa DIP de uno de sus últimos jefes Francisco Sahagún Baca, segundo de a bordo de Arturo Durazo Moreno, que también incursionó en la policía Judicial federal, destacado principalmente en el Aeropuerto de la Ciudad de México.
El Estado Mexicano de la post revolución fue un Estado monolítico a pesar de sus múltiples ramificaciones. El universo policiaco mexicano es eso, un universo, con sistemas solares, planetas, lunas y cometas de acuerdo el vaivén de la política nacional.
El crimen organizado y el narcotráfico dislocó todo el aparato policíaco nuestro y a la política también, Ni modo de cerrar los ojos. Últimamente, de 30 años acá, la llamada DEA norteamericana juega un papel específico y ha tenido mucho que ver en todos estos cambios y recambios policíacos de comandantes que suben y bajan, pero que reciben y filtran información a los organismos de su especie en el mundo y en ello sustentan su poder y permanencia.
Uno de los hombres más proverbiales de la inteligencia policíaca fue sin lugar dudas don Fernando Gutiérrez Barrios, quien vinculado a la clase política desde el gobierno del Presidente Miguel Alemán, con Ruiz Cortines tuvo un desarrollo destacado por su bajo perfil de civil y quién mejor entendiera a la prensa nacional y a la psicología de los periodistas de las diversas “fuentes”.
Hay innumerables episodios de estructuración y de reestructuración de los distintos órganos policíacos y por ellos desfilan otros afamados comandantes, gran parte de los cuales se destacan, principalmente, durante todo el ascenso de la tecnocracia al poder, donde se produce un corte de caja, reacomodos varios, sin perder su esencia de sigilo, misterio y espionaje de todo tipo y tamaño.
Por eso y por mas, es fácil hallar el motivo, la explicación y la necesidad que tiene la reciente creación de la Guardia Nacional, independientemente de su composición y procedencia militar o no. Era necesaria su centralidad federativa, ante la descomposición policíaca de casi la totalidad de las policías estatales y el descontrol en que han caído no sin antes ensayar mandos mixtos, con jefes militares y sin ellos, un gasto exorbitante que deja pequeña la inversión en ciencia y educación y uno y mil vicios más.
¿Qué suelo y qué intereses de todo tipo afecta la creación y funcionamiento de la llamada “Guardia Nacional”? Afecta a todo el entramado político y delincuencial del país y desequilibra intereses que se guarecen en el crimen social y el gasto público destinado a “combatirlo”, etc.
Asesorías y consejos de grandes dimensiones le sobran a la Policía Federal, de la que una ínfima parte se niega a desaparecer. ¿Razones? ¿Intereses? Los hay de todo tipo; pero si el mismo Estado Mayor Presidencial aceptó su remoción, ¿por qué los actuales jefes policíacos inconformes, van a condicionar los cambios que propuso y están en marcha bajo la égida del Presidente Andrés Manuel López Obrador? No lo entienden, no lo aceptan y nos les conviene transformarse. ¿Fueron más inteligentes en el pasado los diferentes mandos policíacos, como Aldana, Ardían Carrera, León Aragón, Florentino Ventura y el Grupo Tiburón que se difuminó y de alguna manera pervive hasta ahora? Es fácil entender que está pasando en los círculos policíacos visibles y ocultos, pero quedan pendientes varios episodios y sucesos venideros con que unos y otros quieren disputarle la hegemonía política y moral al Presidente Andrés Manuel López Obrador. Parecen no darse en cuenta que el mundo está cambiando y México necesita hacer lo propio. Provocaciones e insubordinaciones van a salir sobrando, aunque algunos por ahí quieran darles cuerda en eso.