POSVERDAD
El presidente López Obrador se ha caracterizado por enarbolar dos máximas en materia de política exterior: “La mejor política exterior es la interior” y “México tendrá amistad con todos los pueblos del mundo”. Ambas premisas como atajo o evasión, pueden ser muy útiles para navegar entre la inocuidad e irrelevancia en la arena internacional. No obstante, el reciente desafío migratorio-arancelario con Estados Unidos y las tensiones generadas a partir de la misiva enviada al Rey Felipe VI (quien por cierto hace una semana cumplió cinco años de reinado) para que España se disculpara por lo ocurrido hace 500 años durante el periodo de la conquista, ha exhibido a un gobierno reactivo y colmado de ocurrencias. Durante estas líneas, me ocuparé del segundo episodio diplomático.
En días pasados durante la conferencia de prensa matutina, se realizó un evento en Palacio Nacional donde se recordaron los 80 años del exilio español en México. Con la presencia del Embajador de España en México, Juan López-Dóriga Pérez; Cristina Latorre Sancho, Subsecretaria de Justicia para la Memoria Histórica del Ministerio de Justicia de España e Irene Lozano, Secretaria de Estado de España Global de la Cancillería española, el presidente López Obrador escenificaba un reencuentro que disipaba las dudas sobre el posible conflicto con el gobierno español tras el incidente de la carta incómoda.
La visita de Irene Lozano, Secretaria de Estado de la España Global, a nuestro país no es menor. Uno de los principales temas en la coyuntura política española es sin duda, lo que atañe al desafío independentista en Cataluña así como, la formación del nuevo gobierno tras los comicios generales del pasado 28 de abril, donde el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) fue el más votado pese a que no cuenta con los escaños suficientes para formar gobierno.
La Secretaría de Estado de España Global es una iniciativa del gobierno español que sustituyó lo que previamente se conoció como el proyecto Marca España (creado por el Partido Popular en 2012) con el objetivo de proyectar y divulgar “los aspectos positivos de España… ()…difundir la imagen de un país moderno, innovador y de talento”, tal y como reza su página de internet. Es preciso señalar que esta iniciativa está motivada principalmente como una estrategia para mejorar la imagen de España en el exterior en un momento donde su solidez democrática estuvo en juego frente al referéndum ilegal del pasado 1º de octubre en Cataluña. Esta labor supone un reto diplomático para el gobierno español ya que próximamente tendrá que posicionarse frente a este conflicto, tras la sentencia del Tribunal Supremo respecto a los políticos catalanes enjuiciados por los actos cometidos durante la jornada del referéndum. Esto significa que el socialista deberá buscar respaldo para su investidura, donde deberá optar por hacer alianza con partidos políticos separatistas y de extrema izquierda o bien, con partidos constitucionalistas.
Ante la interrogante de, ¿por qué esto es importante para México?, lo que puedo asegurar es que como lo titula el periodista Fausto Pretelini, en su columna del periódico El Economista del pasado 18 de junio, “El procés catalán llega a México”. El periodista dio cuenta de que en las mismas fechas de la visita de Lozano a México, el Consejero de Acción Exterior del gobierno catalán, Alfred Bosch, hizo lo propio. Bosch fue uno de los primeros en reaccionar a la carta del presidente López Obrador y no dudó en otorgarle la razón. Ofreció disculpas a México por “las matanzas y agravios cometidos por los españoles durante la conquista”.
Alfred Bosch, es un incondicional del actual presidente de la Generalitat de Cataluña, Quim Torra. Torra, quien sucedió a Carles Puigdemont (ahora fugado de la justicia), llamó a los catalanes que hablan español “bestias que viven, mueren y se multiplican”. En un artículo publicado en 2012 en un diario independentista subvencionado por la Generalitat, titulado La lengua y las bestias, el líder separatista aseguraba: “Ahora miras a tu país y vuelves a ver hablar a las bestias. Pero son de otro tipo. Carroñeras, víboras, hienas. Bestias con forma humana, que destilan odio. Un odio perturbado, nauseabundo, como de dentadura postiza con verdín, contra todo lo que representa la lengua”.
En su paso por tierras mexicanas, Bosch se reunió con dirigentes del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas, el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados, Alfredo Femat, del Partido del Trabajo, así como con diferentes organizaciones, ‘think tanks’ y la comunidad catalana en México.
Uno de los principales mensajes de Bosch fue expresar la intención del gobierno catalán de abrir una representación en México, como lo asegura Pretelini quien se entrevistó con él. Asimismo, ante estudiantes de la Universidad Iberoamericana aseguró que la apertura se realizaría “dentro de unos meses” y expresó su “sorpresa” de “hasta qué punto” principios como la democracia o el derecho a la autodeterminación “están muy claros para los mexicanos”. Actualmente, el gobierno de la Generalitat de Cataluña cuenta con ocho delegaciones en el exterior: ante la Unión Europea, los Balcanes, Francia, Reino Unido e Irlanda, Alemania, Estados Unidos, Italia y Suiza.
En el pasado, el gobierno español ya ha rechazado la creación de delegaciones en el exterior (Viena, Tallin, Zagreb, Lisboa, Estocolmo y Beirut) por lo que no sería extraño que volviese a hacerlo en esta ocasión. Sin embargo, el Presidente Sánchez aún está moviendo sus piezas de cara a la conformación del gobierno y ha expresado su voluntad por impulsar “diálogo político” con la élite separatista.
La ambigüedad sobre criterios democráticos, constitucionales y diplomáticos abre la compuerta de que el actual gobierno mexicano no tenga clara una hoja de ruta en los diferentes temas de su quehacer internacional. Esto trae consigo que personajes como Bosch parezcan inofensivos o bien, que personajes como Arnaldo Otegi con un pasado terrorista vinculado a ETA (organización independentista del País Vasco), sea recibido por el Presidente del Senado, Martí Batres.