VOCES DE MUJERES
Cuando revisamos la historia de la humanidad nos damos cuenta de algo, las mujeres prácticamente no somos nombradas. Simplemente nuestra contribución ha sido invisibilizada. No porque no hayamos contribuido al desarrollo de la cultural, al nacimiento de nuestras naciones o al avance de la ciencia sino porque se nos relegó al ámbito privado subordinadas a los roles que por años se nos asignaron y que eran los únicos que podíamos jugar, esposas y madres. No se valorizó nuestra contribución porque no se valorizó lo femenino.
Ademas por años la participación de las mujeres en la vida pública fue castigada severamente. Ahí tenemos el caso de Hipatia de Alejandría, quien alrededor del año 400 d.C., logró grandes avances en la ciencia y la literatura y quien fue violentamente asesinada por grupos religiosos conservadores que se oponían no solo a la exploración científica, pero especialmente a que una mujer los realizara. Muchas más fueron víctimas de la Inquisición, quemadas en hogueras o ahogadas en ríos por mostrar curiosidad o querer ser más que meras subordinadas a roles de género. Otras como Sor Juana prefirieron encerrarse en un claustro para ejercer su autonomía y aun así fue duramente criticada por realizar activades que solo eran propias de hombres.
Muchas tuvieron que ocultar su identidad para poder ejercer su profesión. Tal es el caso de la escritora francesa Aurore Dupin, quien en 1832 comenzó a utilizar el pseudónimo George Sand a fin de poder publicar sus novelas. Más recientemente tenemos el caso de Rosalind Franklin primera persona en determinar la doble hélice del ADN y quien si embargo fue excluida de la ceremonia del premio Nobel en la que se reconoció a Francis Crick y James Watson. Este tipo de exclusiones de las mujeres en la historia continúa hasta nuestros días.
Las mujeres del mundo y las mujeres mexicanas hemos luchado por años y hemos logrado, del brazo de miles de otras mujeres, cambios importantes que nos han permitido avanzar sustancialmente en la batalla por el reconocimiento pleno de nuestros derechos. Hemos logrado incluir el tema de las mujeres y las niñas en la agenda pública e incorporarado la perspectiva de género en el marco jurídico laboral, económico y político. Esa unión de mujeres feminista nos ha permitido crear organizaciones, movilizarnos socialmente y obtener logros tan importantes como es la muy pronta incorporación de la paridad de género como un principio Constitucional.
Sin embargo, con cada avance de las mujeres viene una oleada en contra apoyada por grupos ultra-conservadores que buscan regresar a las mujeres al lugar del que ellos piensan nunca debimos salir. Este año el embate es particularmente fuerte y violento. Miles de mujeres alrededor del mundo han visto limitados o erradicados sus derechos de la norma. Otras han sido sentenciadas a muerte o castigadas con penas físicas y prisión por exigirlos. En México la ola de violencia contra las mujeres nos llevó al cuatrimestre con el mayor número de feminicidios del que tengamos memoria. Del 1 de enero al 30 de abril una mujer ha sido asesinada cada dos horas y media. Diez mujeres todos los días.
Hace unos años, la Dra. Martha Lamas presentó una ponencia en la UAQ en la que hizo referencia a la manera en la que las mujeres construimos lazos de solidaridad, amor y respeto entre nosotras. En su presentación nos compartió lo necesario que es visibilizar y reconocer el impacto que las mujeres han tenido en la historia de la humanidad pero sobre todo en nuestras vidas, tanto en el entorno familiar como en la comunidad, en la política, en la educación y en la ciencia pero sobre todo en la construcción de quiénes somos como personas. También hizo énfasis en lo importante que es que las mujeres trabajemos desde las coincidencias sumando el valor que aportan las diferencias que nos hacen únicas. Esa colaboración denominada sororidad, es una maravillosa hermandad que se forja entre mujeres y que nos permite percibirnos como aliadas para compartir nuestras luchas, logros y espacios y asi, juntas, cambiar nuestra realidad, reconociendo las características propias de cada mujer y respetando las diferencias desde una acto de confianza. Lo que las feministas italianas llaman affidamento.
Fue con esa idea que inició la campaña “Te Reconozco: 30 mujeres, 30 días” cuyo propósito es realizar un ejercicio de reconocimiento de las mujeres hacia las mujeres para celebrar y agradecer pero sobre todo visibilizar en nuestras redes sociales a una mujer diferente cada día por treinta días por impactar de manera positiva en nuestra vida y compartir ese reconocimiento con las demás.
Las mujeres hemos contribuido de manera importante al desarrollo de la humanidad, quién mejor que nosotras para contar esas historias.