DESDE LOS BALCONES
Más que los ferrocarriles, los ejidos y las minas, entre otras transformaciones históricas que ha experimentado México; más que el intercambio comercial, el petróleo y los petroquímicos son y han sido las piezas claves de todos nuestros avances y tropiezos, no pocos, estos últimos, en la transformación del país con todas y sus contradicciones, cada vez más agudizadas.
Por eso y no por otra causa, uno de los fundamentales aciertos del Presidente Andrés Manuel López Obrador, es el poner en primer plano la recuperación de Pemex, como la empresa madre y soporte de nuestro desarrollo económico.
Sin energéticos y sin electricidad, ningún desarrollo que se intente tendría visos de realidad y, sobre todo, de realización en beneficio del país. Este es el más grande error mayúsculo cometido, por lo menos, en los últimos seis sexenios que ha vivido México, a partir de Miguel de la Madrid a la fecha y antes.
Incontables son los yerros históricos y los contrasentidos económicos, todos surgidos y motivados a partir de la impaciencia y el hambre de la neoburguesía nacional, asociada al extranjero, en su apresuramiento por acumular capitales parasitarios a partir de los endeudamientos financieros y la subasta barata, en el sube y baja de los precios de la materia prima petróleo.
Se apostó y se puso en manos foráneas la exploración, el aforo y la instalación de las plataformas marinas, los más cuantiosas volúmenes del hidrocarburo, como si se tratara de emparejarle las carreras en producción y exportación a los grandes productores del Medio Oriente: Libia, Arabia Saudita, Irán, Irak, Kuwait, los Emiratos Árabes, como si las ruta de las transformaciones económicas pudieran discurrir por los mismos senderos cenagosos del capital financiero y las enormes fisuras que tienen esos hoyos negros del capital especulativo.
No obstante ello, acaba de anunciarse y darse a conocer en Palacio Nacional, información financiera de por medio, un importante medida de renegociación de parte de la descomunal deuda de Pemex, dejada principalmente, al menor en parte importante, por los gobiernos de Calderón y Peña Nieto.
Cometimos y seguimos incurriendo en excesos de politiquería barata interna, como complemento de la irresponsabilidad financiera y de los embrollos en que se metió el Crédito Público del Estado Mexicano, Pemex por delante, para edificar una Torre de Babel de Contratos y contratismo desenfrenado, que dio por consecuencias, hasta ahora, la acumulación y el pasivo de un descomunal endeudamiento nacional, esto es del Estado y del Crédito Público, hasta por aproximadamente casi 11.5 billones de pesos, tocándole a Pemex, una deuda de aproximadamente cien mil millones de dólares, cerca de 3 billones de pesos.
PUES BIEN, Hoy se logra un refinanciamiento de cerca o poco más de 8 mil millones de dólares, que forman parte de ese endeudamiento.
La pequeña ventaja que esto tiene, respeto de otros endeudamientos a que nos referimos antes, es que lo hace el propio Pemex directamente, sin intermediación de contratismo privado alguno, sino Pemex empresa; en que, si bien refinancia un monto por aproximadamente la cantidad anterior, obteniendo reducción de intereses y a plazo fijo, sin que ningún intermediario privado, QUE contrato en mano concesionado por Pemex, ¿OCEANOGRAFÍA? lucrara por estos ajustes y obtuviera dividendos y beneficios especulativos sin ser propietario de la REFINERIA por construirse en DOS BOCAS, más impugnada que una central nuclear.
Por lo pronto, no hay enriquecimiento de particulares extranjeros y nacionales, por esta renegociación y sus ventajas, por pequeñas que fueran, como tampoco se toman valores a futuro de otras fuentes generadoras de valor, como sí se hizo con el aeropuerto de Texcoco, en donde los valores tarifarios a futuro del AICM y otros capitales de Banobras se sumaron a esa fabulosa especulación que en parte se frenó, no sin reclamos, algo peor que la deuda de LOS PASTELES, o el préstamo que Miguel Miramón contrajo en la Guerra de Tres Años contra Juárez y las Leyes de Reforma.
Tortuosa es la vida y el desarrollo de los pueblos del tercer mundo, México entre ellos y uno de los mejor librados. Véase sino a Brasil; esperemos a lo que suceda en Venezuela, en Perú, en Argentina, Etc.
El México de Lázaro Cárdenas del Ríos es el más exitoso, con todo y los peros que le pongan las gentes conservadores de siempre, hoy boyantes en casi todas las políticas municipales y locales de todos los Estados de la República y en el Gobierno Federal, donde la sombra de no pocos fraudes les persiguen a cuenta del descomunal endeudamiento de uno de los pueblos más pobres del mundo: EL MEXICANO.
Y si no se toma por cierto lo anterior, que hablen los montos salariales totales y la parte que le toca a obreros y campesinos de esa producción bruta anual de cerca 12 billones de pesos de donde se deducen, año con año, más de 40 mil millones de dólares, sólo por el pago y amortización de la deuda privada y pública.
¿Qué dice la oposición y la politiquería de toda laya de esto? El diputado local y varias veces presidente municipal de Corregidora, vacía el costal de su ignorancia sobre MORENA, en abstracto, nomás porque se le ocurre. Ta güeno, señor Antonio Zapata, que comprara tamaño equipo de espionaje en el exterior, siendo alcalde en funciones de ese sufrido y saqueado municipio. ¿Verdad que sí?