CIENCIA FORENSE
ABUSO SEXUAL INFANTIL
Desde esta trinchera, me permito dar inicio a una serie de artículos referentes a la violación de menores de edad y, cuando escribo menores de edad, estoy hablando de aquellas víctimas de una franja etaria que va desde de los 0 meses a los 17 años de edad. Lo cual para un servidor resulta el más cobarde, demencial y aberrante de los actos violentos que puede realizar alguien que está muy lejos de considerarse como una persona física, mental y espiritualmente sana. Para el desarrollo de esta serie de artículos, me enfocaré en la epistemología correspondiente, para lo cual iré señalando campos del conocimiento científico como lo es la Psicología Clínica, la Psicología Cognitiva, la Psiquiatría, la Endocrinopatología, la Neurobiología, el Derecho Familiar y el derecho Penal.
Ante lo cual agradezco y hago pública la respuesta al compromiso social de Plaza de Armas al colaborar en este tipo de publicaciones para el beneficio de todos, principalmente de la población más vulnerable: nuestros niños y mujeres
Abuso sexual.- El psiquiatra J. Casado Flores y sus colaboradores en su libro titulado “Niños maltratados. Abuso sexual: un problema desconocido”, señala que el abuso sexual es una forma de violencia que adquirió mayor visibilidad en las últimas décadas. La UNICEF en el 2013 emitió un reporte titulado “Conceptos vinculados a la explotación sexual infantil” en el que señala que el abuso sexual infantil se define como: contactos e interacciones entre un niño y un adulto, cuando el adulto agresor usa al niño para estimularse sexualmente a sí mismo o a otra persona. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su artículo titulado “Violencia contra la mujer. Violencia de pareja y violencia sexual contra la mujer” en el que describe la violencia sexual como cualquier acto sexual, tentativa de consumar un acto sexual u otro acto dirigido contra la sexualidad de una persona mediante coacción por otra persona, independientemente de su relación con la víctima, en cualquier ámbito. Comprende la violación, que se define como la penetración, mediante coerción física o de otra índole, de la vagina o el ano con el pene, otra parte del cuerpo o un objeto.
Causística.- Algunos aspectos que han motivado el interés de la psiquiatría actual por la temática del abuso sexual guardan relación con la psicopatología que presentan pacientes adultos con antecedentes traumáticos infantiles. Los psiquiatras R. Florenzano, Fullerton C, J. Acuña y R. Escalona, en su trabajo “Somatización: aspectos teóricos, epidemiológicos y clínicos” señalan que historias de trauma infantil y abuso sexual se obtienen más frecuentemente de lo esperado en pacientes con psicopatología, particularmente con trastornos afectivos, trastornos ansiosos, trastornos por alimentación, trastornos por somatización y trastornos de personalidad. Acá la OMS cita que también se observan trastornos por estrés post traumático, insomnio e intentos de suicidio. En el trabajo del psiquiatra J. Leserman, titulado “Sexual and physical history in gastroenterology, how the types of abuse influence the health”y, por otro lado el Dr. J. Leserman en su trabajo “Sexual and physical history in gastroenterology, how the types of abuse influence the health”, coinciden al mencionar que a esto se suma el hallazgo frecuente de estos antecedentes en pacientes que consultan en servicios de medicina por cuadros como colon irritable, cefalea y síntomas ginecológicos. Y finalmente La OMS cita que no se deben dejar de lado los riesgos de lesiones, infecciones de trasmisión sexual, aumento del consumo de sustancias, embarazos no deseados, abortos y otras repercusiones que se pueden presentar.
Desajustes en la edad adulta.- La Dra. Silvia Vilanova I Salichs, en su tesis doctoral titulada “Abuso infantil y ajustes psicológico en la edad adulta: aportaciones del estudio de pacientes con y sin psicopatología alimentaria”, en el capítulo de conclusiones, señala que la presencia de abuso infantil (sexual y físico) observada en los dos grupos clínicos ha sido similar, resultado concordante con la literatura científica que señala el abuso infantil como factor de riesgo inespecífico de psicopatología general en la edad adulta. Así mismo, en los resultados hallados en su trabajo, pudo observar que casi tres cuartas partes de las pacientes victimizadas sexualmente en su infancia, realizan conductas compensatorias de tipo purgativo, como lo es el vómito autoprovocado y el abuso de laxantes y/o antidiuréticos.
El agresor.- Vicente garrido en su trabajo titulado “Psicología de la Violación” menciona el artículo “Understanding and treating sexual offenders” de S. L. Brodsky, publicado en 1980 en el que acertadamente comentaba que las primeras teorías de la delincuencia creyeron que cada delito violento implicaba un tipo de personalidad o bien una anormalidad conductual.
Los mitos.- El psicoanalista B. Karpman en su libro “The sexual offenders and his offenses” cita los violadores padecen de una neurosis parafílica, donde el elemento sexual llega a ser el condicionante fundamental de su conducta. Por lo que le ponemos un tache a su trabajo, ya que desde este enfoque se consideraría que el violador pudiera ser equiparable a un enfermo mental y, por consiguiente, sería inimputable ante la ley. Por su parte el psiquiatra A. Groth en su artículo “Rape power, anger and sexuality” menciona que “…el acto de la violación puede representar un síntoma de un defecto del desarrollo: un fracaso para alcanzar un adecuado sentido de la propia identidad, la consecuencia de llegar a ser especialmente grave en la adolescencia (…) la violación, en este contexto, representa una crisis interna o del desarrollo del delincuente.
Tipologías empíricas.- En la tipología de Groth aparecen tres componentes de modo necesario en la psicología de los agresores sexuales: hostilidad, poder y sexualidad; las interrelaciones entre estos factores y la intensidad relativa con que son expresados, varía de un sujeto a otro. Groth concluye con tres patrones básicos de agresión:
1 violación de hostilidad: existe más violencia de la necesaria para consumar el acto, y la erección procede de la propia exhibición de fuerza.
2 violación de poder: la meta es la conquista sexual, como compensación a su existencia rutinaria. De nueva parece que la satisfacción sexual alcanzada por estos sujetos es escasa, toda vez que manifiestan gran cantidad de fantasías masturbatorias.
3 violación sádica, en ella se funde el aspecto de sexualidad con el de poder. A diferencia del primer tipo, que supone una explosión de hostilidad, el asalto aquí es totalmente premeditado. Donde la agresión proporciona satisfacción sexual en un feedback a modo de espiral.
Cero hipersexualidad.- Son bastantes las investigaciones cuyos resultados niegan de modo consistente la aureola hipersexuada de la violación. Al respecto K, Osborne en su trabajo titulado “Sexual violence” menciona claramente que “La sexualidad, por consiguiente, puede contemplarse como algo secundario en la violación. En combinación con distintos grados de hostilidad y poder, la expresión hostil de la sexualidad es la forma en que el agresor intenta enfrentarse a las vicisitudes diarias. El detonante puede ser o no un acontecimiento estresante, las experiencias continuas de fracaso, incompetencia o rechazo pueden culminar en la manifestación de agresión o dominancia a través de la humillación sexual y el control de la víctima.
Los delincuentes sexuales.- El término delincuente sexual describe una categoría legal de delincuentes más que una categoría psicológica de sujetos ya que este grupo no presenta una personalidad uniforme sino heterogénea. Algunos delincuentes sexuales son: Pedófilos o pederastas. Mirones. Fetichistas o exhibicionistas. Violadores. Los delincuentes sexuales presentan diferentes motivaciones (no siempre de índole sexual) y a menudo buscan humillar y dominar a sus víctimas.
Continuará…