EQUIDAD DE GÉNERO
Mujeres al frente
Hoy, 19 de Febrero la rectora de la UAQ, la Dra. Tere García Gasca, rendirá su primer informe al frente de la máxima casa de estudios de Querétaro. Un hecho importante para nuestro estado y para la historia de las mujeres si consideramos que es tan solo la segunda mujer que ha dirigido los destinos de la UAQ y que en nuestro país en pleno 2019 de 35 universidades estatales solamente 2 son encabezadas por mujeres. En Querétaro de las casi 90 universidades públicas y privadas en nuestro estado solo el 25 % son dirigidas por mujeres y en los más de 100 años de historia de la UNAM nunca ha estado al frente una mujer aun cuando en 2015 se postularon 4 de un total de 10 aspirantes.
Esta historia no es exclusiva de México. En España solo 7 de las 50 universidades públicas son dirigidas por mujeres. En Colombia por primera vez en 150 años una mujer fue nombrada al frente de la Universidad Nacional y en el Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas, que se compone de 26 universidades, solo hay una mujer que fue nombrada en abril de 2018.
En un estudio realizado en la Universidad Nacional de la Plata en Argentina sobre la composición de los cargos de mayor relevancia en las Instituciones de Educación Superior en Latinoamérica se determinó que existe una marcada tendencia ya que las secretarías académicas de la mayoría de los centros educativos están integradas por mujeres en contraposición con los puestos de rectores donde los hombres superan a sus pares mujeres de manera significativa ya que la función principal de las Secretarías Académicas es el apoyo a la gestión por lo que la colocación de mujeres en estos cargos ayuda a la masculinización y exaltación de los “gerentes” de orden superior. También se observa una segregación horizontal donde las mujeres “eligen” desde muy jóvenes especialidades de formación profesional consideradas tradicionalmente femeninas mientras que los varones son dirigidos desde pequeños a seleccionar opciones técnicas y científicas. Es decir, a los hombres se le prepara desde pequeños a abocarse a áreas que conducen al poder mientras que a las niñas y jóvenes se les impulsa a elegir actividades que prolongan los roles maternales y domésticos de cuidado del cuerpo y de la mente: educación, salud y carreras sociales. Esta segregación horizontal no queda solo a nivel de la matrícula, sino que podemos ver como se va seleccionando con mayor frecuencia a hombres que a mujeres para la dirección académica de institutos y facultades dentro de las universidades. Esto es claro, por ejemplo, en las personas que conforman el grupo de directores y directoras del Consejo Universitario de la UNAM, donde 15 son mujeres de un total de 66 integrantes y de ellas solo 3 dirigen institutos enfocados a la investigación en ciencias exactas.
El término “techo de cristal” hace referencia a las barreras invisibles a las que se ven expuestas las mujeres trabajadoras altamente calificadas que les impiden alcanzar los niveles jerárquicos más altos en el mundo, independientemente de sus logros y méritos, porque se encuentran esa superficie que permite a las mujeres mirar hacia arriba pero que al mismo tiempo les impide traspasarlo. Ese “techo de cristal” está construido sobre la base de rasgos que son difíciles de detectar, por eso no se ven pero que son recurrentes en la vida de las mujeres profesionales como son los estereotipos y roles de género, la falta de instalaciones para el cuidado de los hijos e hijas, los prejuicios que todavía prevalecen en nuestro sistema educativo y que dirigen a las niñas a estudiar carreras “propias de las mujeres” además de la presión social para dedicarse a labores que les permitan cumplir con sus “obligaciones” domésticas lo que resulta en una repartición inequitativa de las labores de cuidado y crianza en los hogares con respecto de sus parejas.
Como podemos ver las universidades no son la excepción en la asimetría entre mujeres y hombres en el desarrollo profesional de las mujeres. Gracias a los avances sociales conseguidos a favor de la igualdad de oportunidades y de las medidas y acciones para lograr una mayor participación de las mujeres en los puestos de toma de decisión al interior de las universidades se ha avanzado durante las últimas décadas pero de manera extremadamente lenta y esto nos lleva a plantearnos varias preguntas ¿Cómo esperar que el cambio suceda si en las universidades que son por naturaleza el motor de las mas grandes revoluciones científicas y sociales del mundo se ven reproducidas sistemáticamente las mismas inequidades de género? ¿Podemos continuar formando mujeres capaces de asumir liderazgos si no hay la disposición de cambiar el paradigma donde la voz cantante es la masculina? ¿Qué debemos hacer para corregir la legislación y composición universitaria dentro y fuera de las aula para generar una cultura de mayor participación de las mujeres en los puestos de poder y toma de decisión?
hoy rendirá su informe la rectora Tere García Gasca, la segunda mujer en romper el “techo de cristal” para dirigir la UAQ. Un hecho histórico en Querétaro, en México y en el mundo.