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Corría el año de 1957 cuando la pareja se decidió a abrir en Cuitláhuac 3102, en la colonia Clavería, uno de los restaurantes que han hecho historia en la Ciudad.
Las recetas del acervo familiar, el cariño por la cocina tradicional y una incansable promoción del vino nacional hicieron de este establecimiento un obligado para cualquiera que se jacte de ser amante de la gastronomía mexicana.
Desde 1995, Nicos está comandado por Gerardo Vázquez Lugo, hijo de Raymundo y arquitecto de profesión, quien descubrió su verdadera pasión en la cocina.
“El ejemplo de vida que deja es amor por su familia, pasión por su trabajo y compartir la mesa con amigos”, dice el cocinero, discípulo de Alicia Gironella.
Quienes conocieron a Don Ray recuerdan especialmente su hospitalidad, ese don para hacer a sus comensales sentirse como en casa.
“Para mí, es la amabilidad y la caballerosidad en una persona. Siempre tenía un gesto amable y un comentario positivo que ofrecer.
“Era una persona sumamente observadora, que siempre se preocupaba porque todos alrededor suyo estuvieran bien. Sentarte en su mesa era sentirte parte de su familia”, comenta Fernanda Gutiérrez Zamora, directora de CESSA Campus Estado de México y clienta asidua de Nicos.
Fabiola de la Fuente, promotora de vinos y otra consentida de las mesas del lugar, lo describe como un hombre sencillo, de vocación y constancia, que un día soñó con tener una fuente de sodas y tiene muy presente su buen humor.
“A mí siempre me decía ‘pregúntame cómo estoy’ y cuando le preguntaba ¿cómo está, Don Ray? Me decía ‘cada día más bueno’”, cuenta De la Fuente .
POR: REFORMA