ENERGÍA Y MEDIO AMBIENTE
El final de la “Administración de la Ocurrencia”
En junio del 2015, le fue entregado el ensayo “El Reto Metropolitano de Querétaro” al Alcalde electo Marcos Aguilar, además de haber sido invitado a la presentación del mismo, sin embargo, en su momento, desdeñó asistir al evento, pero lo más grave fue el de no entender dos cuestiones: ¿Qué es hoy la ciudad? y ¿qué requiere el proceso metropolitano?
El papel de la ciudad global en el contexto actual, reviste ciertas características, entre las más importantes, su rol articulador y el peso político. Sin duda alguna la ciudad capital cuenta con las condiciones para estar dentro de la categoría de ciudad global, en la cual, un signo relevante es la conectividad en sentido amplio.
Está conectividad, se orienta más a la conectividad entre las ciudades, sin dejar de lado la conectividad hacia su interior, que para el caso se trata de la zona metropolitana de Querétaro, pero para ello, hay que romper la visión municipalista, lo cual, no consiguió la administración saliente, pues privilegió sus intereses políticos, por encima de un proyecto de ciudad global y metropolitana, es decir por encima del bien común. Desde un principio se pronunciaron frases impactantes, pero a pesar de todo, también desde un principio se escribieron y publicaron críticas, tal como sucedió con las ciclovías, que terminó en un desencuentro entre el gobierno y las organizaciones civiles que venían trabajando y exigiendo ser escuchados por el gobierno local.
Una ciudad global exige contar con acciones, medios e infraestructura para su sostenibilidad, pero sí a ello le adicionamos el contexto metropolitano, entonces se trata de un mayor reto, en este sentido, sí hay algo reluciente y explícito, es la calificación reprobatoria del gobierno local de la capital en éste rubro, que lejos de abonar en estos aspectos nos hereda grandes pasivos ambientales, que van desde los múltiples atentados al instrumento central de planeación territorial como lo es el Ordenamiento Ecológico del municipio, que en aras de intereses privados, o como bien lo señala el Q500, el modelo de presión de los desarrolladores, que dieron a diestra y siniestra cambios de uso del suelo sin coherencia integral basados en un plan urbano, que por cierto, el que se había hecho antes de su administración fue sencillamente desechado. ¿Y que hay de las obras para la prevención y defensa ante inundaciones? lo mismo, sólo frases publicitarias y más ocurrencias, pero la ciudad siguió inundándose (De acuerdo al Inventario Forestal del Municipio, los asentamientos humanos presentan un claro incremento en el riesgo de sufrir inundaciones y tormentas ante los cambios climáticos esperados). Se elaboró un inventario forestal urbano que arrojó un déficit de árboles, que a la fecha quedó inconcluso por cuanto el número de árboles plantados y por si fuera poco, no hizo caso, de que un programa de reforestación debía atender a la conectividad de corredores para frenar la fragmentación ecosistémica; para paliar las emisiones de C02 en vialidades de alto tránsito con especies de rápido crecimiento, así como de especies que favorecen a los polinizadores y; la protección de Peña Colorada. Por otra parte, en su último año, se publicó el Plan Municipal de Atención al Cambio Climático, y encontramos prácticas que contradicen el Plan como: ya se apuntó que no logró superar el déficit de arbolado urbano; en cuanto al “apoyo a mejoramiento del campo para contención de frontera agrícola” las cifras no pintan en el crecimiento de una agricultura sostenible, ni menos de aquella agricultura orgánica, por el contrario, algunos cambios de uso del suelo que dieron atentan contra Unidades de Gestión Ambiental destinadas a la preservación agrícola, así las cosas, la agricultura periurbana no se desarrolló; por lo que ve a “Contener las fronteras del crecimiento urbano promoviendo una ciudad compacta”, los innumerables cambios de uso del suelo para nuevos fraccionamientos con crecimiento horizontal, contradice tal acción; y en lo que respecta a la energía, tanto de eficiencia energética como uso de energías limpias, nos queda a deber, de entrada un Plan de transición energética, no se atendió más que uno de los tres rubros de eficiencia, faltando el de la energía para el bombeo de agua potable y la iluminación de sus edificios; y en tres años, no hay ningún proyecto de generación de energías limpias. Y de acuerdo al inventario estatal de gases de efecto invernadero que recientemente dio a conocer la SEDESU (2018), se duplicaron las emisiones de C02 eq, y por supuesto, se concentran en la capital.
Ahora bien, la visión metropolitana, tal como se propuso en el ensayo “El Reto metropolitano de Querétaro” (2015), lo primero que planteó, fue el de avanzar hacia un Pacto Metropolitano, lo cual no se dio principalmente por la negativa del gobierno de Marcos Aguilar, así las cosas, tres años transcurrieron sin avance alguno, dejando en el cajón del olvido los principales retos metropolitanos que no podrán ser resueltos desde la perspectiva de la municipalidad, como lo son la movilidad, la energía, abastecimiento de agua y el tratamiento de aguas residuales, la contaminación atmosférica, el manejo de residuos, la mitigación de cambio climático, el crecimiento urbano, la distribución de empleos y un largo etc. Éste gobierno municipal, utilizó negativamente el poder de una ciudad global, para impedir el avance de sus fortalezas, competitividad y conectividad, todo en aras de sus aspiraciones, que al final no le resultaron. No entendió el proceso metropolitano, como un proceso de re-territorialidad, por el contrario, lo obstaculizó y sólo impulso aquello que parecía asombroso y publicitario, pero sin lógica, sin coherencia integral, a guisa de meras ocurrencias y como lo calificó la Dra. Cristina Cortinas, como acciones “hollywodenses”.
Tres instrumentos eran y siguen siendo urgentes: la creación de una Comisión Ambiental Metropolitana, la Comisión Metropolitana del Agua, y en paralelo, quedó de nuevo, en el cajón del olvido, el Ordenamiento Territorial Metropolitano ya elaborado (pero por el gobierno estatal).
Ahora, que arranquen las nuevas administraciones municipales, es tiempo de comenzar a desatar el nudo metropolitano, so pena de rezagarnos y, entender mejor el papel de una ciudad global como Querétaro que requiere de conectividad entre las ciudades (de la metrópoli) y hacia su interior, pero muy de la mano con la ciudadanía, con base en las capacidades tecnológicas-científicas e intelectuales locales, para construir una nueva gobernanza, y no más gobierno de autócratas ocurrentes.