SERENDIPIA
Nuevo museo de arte digital
¿Podrías imaginar una obra de arte escapando del marco que la aprisiona hasta alcanzarte y fundirte con ella?
En Japón está por inaugurarse (a finales de junio) un museo digital, una obra imaginada por un colectivo de ultra tecnologistas, desafiando el concepto de arte y la manera en la que éste se relaciona con el público, en un museo tradicional.
Naturalmente la galería de un museo es un espacio sagrado donde no se habla, no se toca, y apenas se respira. En el nuevo museo digital de Tokio, en el popular barrio de Odaiba, no hay límites.
Aquí el arte escapa de las vitrinas y los lienzos y lo abarca todo alrededor: los muros negros del museo atacados por un bombardeo de colores que envuelve las flores, el chorro de agua de una cascada y una ballena con la piel cubierta por cualquier figura imaginable.
En uno de los muros negros laterales se yergue y se extiende a los costados un árbol de flores del color de los cerezos japoneses.El museo digital es un búnker dotado de 520 ordenadores y 470 proyectores que reproducen imágenes en tiempo real, en cinco universos diferentes y libres del aprisionamiento de marcos y vitrinas. Los integrantes de Team Lab, el colectivo detrás del museo, imaginaron el territorio donde se asienta el museo en 10 mil metros cuadrados como un espacio donde un bosque de flores o una cascada gigante pudieran extenderse mucho más allá de los bordes de un lienzo.
Team Lab nació en 2001, en un grupo de compañeros de la Universidad de Tokio que habían estudiado ingeniería y que desde entonces han puesto un gran esfuerzo en explorar y experimentar la belleza producida por medio de la tecnología interactiva e inmersiva. En uno de los universos del museo, los espectadores observan una cascada monumental, pájaros volando y kanjis (los caracteres de la escritura japonesa) cayendo del cielo. Una explosión de colores. Toshiyuki Inoko, fundador de
Teamlab, explica que las estaciones y los bosques de flores siempre cambian. El paisaje está vinculado al tiempo real. “Existe ahora pero nunca podrás volver a verlo exactamente de la misma manera. Es un mundo completamente nuevo”, contó al diario londinense The Telegraph. En otra de las salas, los asistentes a este museo se sumergen en un bosque de flores amarillas y rojas que caen como una lluvia infinita junto a los espacios que exhiben los paneles de arte digital que se mueven y transforman continuamente.
Una de las galerías que más expectativa han generado en el nuevo museo que se alza en Odaiba, en un barrio de tiendas de diseñador, robots gigantes que se mueven cada hora y unos jardines de ensueño, es la que estará dedicada a los niños.
En esa sala, los niños podrán navegar y capturar especies que después podrán escanear y proyectar en los muros negros. Lo más divertido es que puedes hacer lo que quieras: echarte encima del piso de flores, escalar una loma y atravesar la cascada, o incursionar en el fantástico bosque de flores.