QUERETALIA
EL QUERÉTARO QUE SOÑE II
Ya eran cerca de las dos de la mañana arriba de El Cimatario, el sábado casi amanecía, pero Alonso Poalcyn, el más queretano de todos los queretanos, seguía instruyéndome sobre el mensaje que le tenía que dar a los candidatos a presidentes municipales de Querétaro, sobre todo a Nava Guerrero, Pérez Rojas y Osejo Domínguez.
“Les dirás divino Divo que deberán promover ante el Poder Constituyente local, formado por la Legislatura del Estado y los dieciocho ayuntamientos, la creación del municipio de Santa Rosa Jáuregui, mismo que ya existió de 1820 a 1917, y que por su desarrollo y problemática es merecedor de devolverle su categoría política. Santa Rosa ya necesita autoridades propias y tener su propio presupuesto y policía. Si el tejido social de Santa Rosa está tan descompuesto es porque la capital tiene olvidada a esta demarcación territorial. El municipio de Querétaro y el estado de Querétaro no pueden seguir utilizando a esta villa y sus comunidades como botín electoral o ser rehenes de los ricos que emigraron a las colonias ricas y que piensan egoístamente que sus bienes inmuebles perderían valor al pertenecer a un municipio que ya no sería el de la capital estatal.”
Vi cómo Alonso Poalcyn se encaboronaba y empezó a gritar con aires de indignación: “reduzcan la plantilla laboral municipal, reubiquen personal a donde sea verdaderamente necesario, hagan estudios de descripción de puestos y eliminen puestos y estructuras innecesarias que representan un alto costo económico en detrimento del gasto social. Eliminen aviadores y plazas administrativas creadas al contentillo del alcalde en turno. Modernicen el Comité de Adquisiciones eliminando la burocracia y la corrupción, además de reducir los engorrosos requisitos y trámites que se tienen que hacer para registrarse como proveedor del municipio de Querétaro. Es más caro ser proveedor de este municipio que del estado de Querétaro. A su vez, por esta ineficacia y corrupción, el municipio de Querétaro tiene un padrón pobre de proveedores de bienes y servicios que no son los más eficientes ni mucho menos baratos. Al municipio de Querétaro todo le sale más caro en materia de obras y servicios por tener un padrón ineficaz y simulado”.
El viejo patriarca ya parecía fuera de sí cuando tomó aire para indicarme le dijera a los próceres candidatos que “resuelvan la movilidad urbana coadyuvando con el estado y Federación en lo que a ellos toca pero, en lo que al municipio toca de manera exclusiva por competencia constitucional, deben crear cuatro nuevas avenidas torales que vengan a desfogar el intenso tráfico que se da en 5 de Febrero, Constituyentes, Universidad, Zaragoza y Bernardo Quintana. Estas obras estarán en un banco de proyectos hecho por expertos y su ejecución no costará mucho ni deberá afectar de manera importante a la marcha normal de la vida citadina. La obra pública se la otorgarán de manera preferente y transparente a constructores de la localidad y, como supongo no tienen quién les haya financiado un solo peso de gasto de campaña, no tienen compromisos con nadie y mucho menos pedirán moches o diezmos que se han convertido hasta en un veinticinco por ciento del costo total de la obra ejecutada. El costo financiero de las obras es alto por la corrupción pero más alto es el costo social y moral: la gente ya no cree en el gobierno ni en sus obras”.
Percibí que Alonso Poalcyn sacó de su morral de textil una plantita verde con las características propias de la marihuana (así dicen los anodinos policías y fiscales), le dio un tirón con los dientes y mascó lentamente para después proseguir: “eliminen la corrupción y arbitrariedad de las oficinas municipales en materia de desarrollo urbano, inspección y reglamentos y giros mercantiles, donde se violan flagrantemente los derechos administrativos del gobernado. Humanicen el Registro Civil, sobre todo en materia de bodas de personas del mismo sexo y de inhumaciones, porque hemos visto cómo tratan a las parejas solicitantes de boda civil del mismo sexo y a los deudos que además de sufrir la muerte de un ser querido les demoran hasta por ocho horas la entrega del acta respectiva, llorando de dolor y sufrimiento en el jardín Guerrero o en los patios del antiguo obispado llamado Palacio Municipal: Qué poca madre!”, atinó a decir el cacique fundacional.
Continuó expresando que “el eufemísticamente llamado Centro Cívico es una fortaleza inexpugnable y muy fría para el ciudadano de a pie, al que le cuesta mucho trabajo y dinero acudir, por lo que el programa de desconcentración y descentralización administrativa –además de la desregulación- deberá estar en marcha desde el primer día. Pero no solamente es lo incómodo del edificio lo que está mal -donde la gente que no tiene cita no tiene en dónde sentarse-, también es la actitud indiferente, prepotente y hasta grosera del personal, mismo al que tienen que enrolar en un proceso de mejora continua y el que no quiera esta nueva dinámica tendrá las puertas abiertas para irse mucho a la chingada. Resuelvan el problema de la nomenclatura de las distintas colonias y comunidades urbanas, suburbanas y rurales en los primeros seis meses de la administración, porque ya es un verdadero problema para los habitantes y foráneos que no gozan de los sistemas tecnológicos el dar con un domicilio, negocio o lugar. Es más, hasta a los amantes furtivos les cuesta mucho tiempo y riesgo encontrarse. Vuelvan a los sistemas de nomenclatura que más han durado, y que son los de 1916 y el de 1989-1990, no tienen por qué andar copiando a Puebla de los Ángeles las plaquitas azules, mejor den esos contratos a honrados proveedores locales”.
Ya completamente fuera de sí me dijo imperativamente que “basta de recibir en lo oscurito a inmorales fraccionadores –sobre todo foráneos a los que les vale pura chingada Querétaro- que cargados de portafolios negros -rellenos de billetes- tientan al mismo diablo para cambios irracionales de uso de suelo y luego para fraccionar. ¡Es pavoroso que habiendo sido esta zona un gran lago ustedes sigan destruyendo vasos reguladores para construir fraccionamientos! ¡Se van a quedar sin agua potable, se están hundiendo por la explotación excesiva de los mantos freáticos y las inundaciones se van a incrementar porque le quitaron al valle queretano espejos de agua, presas y contra presas y un chingo de árboles. Esta devastación de talar bosques y disecar el lago la comenzó el pendejo foráneo de Conín, pero ustedes están peor! Gane quien gane la elección de los próximos días no puede caer en la soberbia de creer que es dueño de la verdad absoluta: se requieren unos de otros; abrazar el sueño del próximo. La supervivencia de Santiago de Querétaro no es de apetitos partidistas sino de sueños compartidos”. Dio una larga fumada a la pipa con tabaco que llevaba en su bolsa para continuar con su perorata: “hagan tejido social entre las familias; cuántos inútiles padres de familia no dejan la función formadora a los maestros y éstos lógicamente no pueden ni están obligados a esa tarea en una sociedad masificada. Quiero más casas de la cultura y más espacios deportivos donde los niños y adolescentes se sientan como en su propia casa. Quiero ver los parques públicos llenos de árboles y como una extensión de los hogares, donde el homo sapiens disfrute la aldea local y viva, no solamente sobre viva”.
El sol sobre El Cimatario, la niebla del amanecer y el olor a espliego me terminaron de despertar de ese mágico sueño, en donde el verdadero dueño de mi ciudad hablaba con autoridad sobre el presente y el futuro de Querétaro. Contemplé ahora sí a plenitud la erguida figura autóctona y digna del noble indio Alonso Poalcyn y le dije que estaba dispuesto a llevar su mensaje a los candidatos a alcaldes, no sabiendo si lo iban a escuchar todos o me iban a recibir, pero que a través de “Plaza de Armas”, el periódico de Querétaro, les haría llegar esta suerte de instrucciones para ganar el futuro. Me preguntó que por qué solamente a través de “Plaza de Armas” difundiría este silvestre sermón de la montaña, a lo que contesté: porque los armeros no tienen compromiso más que con la verdad, sufriendo vetos y bloqueos por preservar la libertad de imprenta y, sin embargo, se ha mantenido entre el público gozando de gran credibilidad en una aciaga época para el periodismo independiente, en la que cualquiera es un señor, cualquiera es un gran escritor, lo mismo un burro que un gran profesor. Poalcyn se me quedó viendo y solamente exclamó antes de alzar el vuelo rumbo a la cumbre: “algunos candidatos no se quedan atrás”. Les vendo un puerco fundacional, heráldico, anunciador, natural, apocalíptico, prístino y chichimeca, aunque los pobladores originales de Querétaro y México no conocieran a los cerdos, sino hasta la llegada de los españoles.