GOTA A GOTA
El retroceso
Hace unos días, Michael Reid publicó en “El País”, el diario español, un artículo en el que advierte la vuelta del populismo en América Latina. México ocupa un lugar en sus líneas. El descontento ciudadano augura ese fenómeno. Sus riesgos son mayores aquí que en cualquier otro literal, por así decirlo. Priva un clima de desánimo. Y de miedo. Y de falsas ilusiones. No habrá, como algunos temen, una nueva Venezuela, pero sí un retroceso. Los instintos semejan los de Luis Echeverria, según Reid ¿Cuál sería el temor más grande? Poner a prueba los frágiles contrapesos del poder. López Obrador, el candidato puntero, ofrece recetas ingenuas: extirpar la corrupción con la mera voluntad presidencial, someterse a un proceso revocatorio cada dos años, vender bienes públicos superfluos como el avión oficial, derogar las pensiones costosísimas de sus antecesores… la amnistía a delincuentes de lo que no tiene idea… la reconciliación nacional con el gesto pueril de “amor y paz”. La gente que le sigue está encantada. Aunque lo peor no es eso, sino esa ocurrencia nostálgica de un ‘desarrollo estabilizador’ que dio pie a lo que se denominó ‘el milagro mexicano’, un modelo prevaleciente en los años que corren entre 1952 y 1970 del siglo pasado. ¿Sus características? El proteccionismo, el alto crecimiento -6.8 en promedio-, la baja inflación… Fórmulas exitosas, pero perecederas. Y finalmente contradictorias como corresponde a la lógica del devenir capitalista. Pues que a la postre ese recetario descapitalizó el campo, debilitó la competitividad de las empresas, acentuó la pobreza, acrecentó la deuda…. Ideas viejas, pero no fracasadas. Simplemente cumplieron su ciclo. Hoy el mundo es otro. Es global. Y nos exige, en la dialéctica del capitalismo, otras políticas públicas, que de no adoptar, ahondarán nuestros males.
La historia fluye. La ignorancia de sus leyes nos puede conducir a la catástrofe. E impactará a todos los mexicanos. AMLO triunfará en la contienda si no ocurre algo inesperado y sorprendente. Pero su victoria, será una derrota de México.
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Por lo que a mi toca, recojo unas palabras de Shakespeare: “siempre me siento feliz, ¿sabes por qué? Porque no espero nada de nadie, esperar siempre duele, los problemas no son eternos, siempre tienen solución…”