ENCUENTRO CIUDADANO
Hacia una nueva ciudad
No es para menos que desde hace varios años se emiten comentarios catastrofistas acerca del futuro de la capital queretana. Varios de esos presagios toman fuerza hoy día: explosión demográfica, crecimiento desmedido de la mancha urbana, desabasto de agua, enajenación de áreas protegidas, enorme polución ambiental y excesivo tránsito motorizado, son sólo algunos de los problemas que ubican a la ciudad al borde de un punto de quiebra. Y eso sin contar con la mala administración municipal, la privatización de los servicios y espacios públicos, la realización de obras inconclusas, innecesarias, fatuas, así como caprichosas y mal planeadas. Y a esto habría que agregar la marca indeleble de su titular Marcos Aguilar, quién propicio el divorcio con la ciudadanía y la irritación popular gracias a su sordera y megalomanía.
Hasta el momento los gobernantes como él, no encuentran ni entienden el problema de raíz, actúan una vez que ya están los conflictos, reaccionan ante el crecimiento de la ciudad sin gestionar avance en los grandes problemas de la urbe. Añadiendo la ausencia de comunicación entre los municipios conurbados, sin importarles que las decisiones de unos afectan al vecino colindante. Y todo ello por egolatría política, aún con todo y su “Memento mori”.
Ahora, los problemas de la metrópoli surgieron por la insaciable voracidad económica que generó un embrollo, donde intervienen los gobiernos municipal y estatal, con una multitud de instituciones, programas y organismos de distintos ámbitos, los cuales provocan una ciudad fragmentada, polarizada y anómica. El Q500, Índice de la Prosperidad Urbana en Querétaro, que se desarrolló entre el IMPLAN y ONU-Habitat como estrategia de territorialización del Índice de la Prosperidad Urbana en Querétaro, llegó tarde y mal. Surgió como necesidad y bandera política. La propuesta técnica de desarrollo integral y sostenible de la ciudad (que tiene como horizonte de planeación el 2031, fecha en la que se cumplirán los 500 años de la fundación de la ciudad de Querétaro), al igual que muchos otros planes, adolece de la participación de ciudadanos especializados y reconocidos en cada uno de sus ejes. Como toda lista gubernamental su Consejo consultivo está integrado de cuates y cuotas y su operación estará marcada a los vaivenes políticos.
¿Y para el hábitat, que ha propiciado el municipio? Como hacer negocios y ventas de lo público han sido marca de la casa, sobre los cambios de uso de suelo los terrenos enajenados los desarrolladores inmobiliarios en Querétaro, impulsan modelos de construcción habitacional conocidos como fraccionamientos. Este es un modelo antiguo, arcaico y peligroso, ya que se están haciendo nódulos, células sociales, pero no se crea “ciudad” en el término estricto de la palabra; y ello en el mejor de los casos, cuando se fracciona adecuadamente y no hablamos de asentamientos irregulares. En Querétaro se sigue construyendo, en el mejor de los casos, como lo hacían los norteamericanos en los años sesentas y setentas, en los que una enorme masa habitacional quedaba al margen de los servicios, del comercio y de las fuentes de trabajo. Se siguen construyendo privadas en las que para cualquier necesidad se tiende al desplazamiento en automóvil, lo que fomenta una cultura de uso del vehículo, misma que es anacrónica con nuestros tiempos debido a los problemas de contaminación ambiental, saturación vehicular que tal situación obliga. Las imparables licencias y permisos municipales han sido para fraccionamientos habitacionales que siempre están cerrados, de espaldas a las avenidas y a los ojos de la gente, alejando ilusamente a sus habitantes de lo que pasa en las calles, de una criminalidad que está al acecho. Los estadounidenses se dieron cuenta de que lo que fomentaron por años, es un error y hoy están cambiando a lo que teóricamente se le llama como un “nuevo urbanismo”. Paradójicamente, esto de calles abiertas, con comercio y servicios cercanos a no más de cinco minutos de casa, con fuentes de empleo y mucha vitalidad en las calles, es un típico pueblito o colonia popular, pero hoy a la gente se le vende erróneamente la idea de que los fraccionamientos cerrados son lo que le ofrece más seguridad, cuando la realidad es todo lo contrario, y los políticos asociados con fraccionadores, urbanistas son justamente los que construyen esta ciudad, los que la hacen introvertidas, y cerradas sin ojos que vean hacia fuera, y todo porque se copian esquemas que no obedecen a nuestra realidad ni a nuestras necesidades, siendo que Querétaro es una ciudad que tiende a usar el espacio público de forma distinta a los norteamericanos. Hay un gusto por placear, el hacer comercio en las calles, hacer comunidad, por ello no se debería copiar esquemas obsoletos. Así pues, los expertos refieren qué si bien es cierto que observaremos escenarios apocalípticos respecto a la vida en la ciudad, más valdría que unamos esfuerzos individuales para darle una nueva opción a nuestra maltrecha ciudad. El camino entre el caos y una mejor calidad de vida, en buena medida está en nuestras manos el 1° de julio próximo. La mala experiencia con MAV nos hizo padecer la ciudad, pero quizá ahora logremos hacerla una ciudad más vivible.
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