SERENDIPIA
Las redes de la elección
En la elección 2004 en Estados Unidos, Karl Rove, el brillante y siniestro estratega del presidente George Bush, logró dominar el microtargeting para ubicar comunidades y convertirlas en blanco de los esfuerzos de conquista de votantes, sólo que se concentró en los grupos más proclives a votar por el texano.
El equipo de Barack Obama logró perfeccionar una estrategia que llamaron “aprender de Rove”para ampliar el electorado demócrata: compararon listas de votantes registrados con otras de potenciales electores separados por su historia electoral: preferencia partidista, votaciones, si acostumbraban servir como voluntarios o hacer aportaciones —la misma técnica que emplean las compañías de tarjetas de crédito para monitorear el gasto de la gente— hasta que encontraron que dos tercios podían ser convencidos de votar por Obama.
El siguiente paso era que los voluntarios les llamaran y realizaran visitas puerta a puerta. Los demócratas emprendieron una cacería metódica de millones de latinos para lograr que se registraran, y después salieron a las calles para llevarlos a votar.
Obama fue el primer candidato que explotó las redes sociales y las conectó con los votantes. Dos meses después de que anunciara su candidatura, el equipo trabajaba en una misión ambiciosa: integrar el poder del internet y otras herramientas tecnológicas que no existían cuatro años atrás, con la organización ciudadana que Obama deseaba ver trabajando estrechamente en la campaña.
El equipo comenzó a construir una red de comunicación compuesta por plataformas como Facebook, YouTube, Hi5, MySpace y Black Planet, un espacio virtual de encuentro de la comunidad negra.
Cuatro años después, cuando tenía 24, Christopher Wylie tuvo una idea: utilizar big data para construir una metodología militar que pudiera ser aplicada en el electorado de Estados Unidos a favor de Trump.
Steve Bannon, entonces director ejecutivo de Breibart, era jefe de Wylie y el millonario Robert Mercer uno de los principales inversionistas de la empresa que surgió para capitalizar la idea, Cambridge Analytica, una firma de análisis de datos que tuvo un rol determinante en operaciones digitales durante la elección de Donald Trump.
Cambridge Analytica logró crear los perfiles psicológicos de más de 230 millones de americanos
Nueve años después, el poder y la influencia de las redes sociales en la vida política de los países se ha extendido bajo denuncias de posible ilegalidad y difusión de noticias falsas (fake).
En México, el Instituto Nacional Electoral (INE) no ha conseguido contener este flujo, mientras se multiplican las denuncias sobre la obtención de datos de los usuarios de redes como Facebook.